Países del sur de la UE frenan presión del este para aumentar el gasto militar

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Resistencia de los países del sur de la UE ante el aumento del gasto militar solicitado por los estados del este

La presión para reforzar el rearme en la Unión Europea se intensifica a raíz de las recientes incursiones de drones rusos en territorios como Polonia y Dinamarca. Mientras los países del este y del norte de Europa exigen un mayor compromiso militar, los Estados del sur, como España, Italia, Francia y Portugal, mantienen una postura más cautelosa frente al aumento del gasto en defensa.

División interna en la Unión Europea

Desde el inicio de la guerra en Ucrania, la Unión Europea se ha visto fragmentada en dos grandes bloques. Por un lado, los Estados miembros que, debido a su proximidad geográfica e histórica con Rusia, perciben una amenaza directa y urgente. Por otro, los países del sur, que consideran el conflicto en Ucrania como un riesgo menos inmediato para su propia seguridad.

Si bien toda la UE ha mostrado apoyo a Kiev desde el primer momento, las diferencias en cuanto al tono y la estrategia de defensa han generado debates recurrentes en el seno de la política europea. Estas tensiones, aunque no paralizan la acción común, reavivan viejas discusiones sobre la responsabilidad y la solidaridad en materia de seguridad.

Demandas de mayor implicación militar

La reciente cumbre europea en Copenhague puso de manifiesto las discrepancias. Los líderes de los países del este y norte de Europa, preocupados por las violaciones del espacio aéreo por parte de Rusia, insisten en que los Estados del sur deben incrementar rápidamente su gasto militar y sus aportaciones en defensa, especialmente en el flanco oriental del continente.

La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, fue especialmente clara al respecto, subrayando la necesidad de una respuesta europea contundente ante lo que describe como una “guerra híbrida” que puede afectar a cualquier país miembro. Frederiksen, alineada con el bloque socialdemócrata europeo, recalcó la importancia de no subestimar el alcance de la amenaza rusa.

Otros líderes, como los de Finlandia y Estonia, también reiteraron la urgencia de que los países del sur asuman una mayor responsabilidad en materia de defensa conjunta.

Posiciones contrastadas de los países del sur

España, representada por Pedro Sánchez, se mantiene como una de las voces más críticas frente al rearme masivo de la UE. Sánchez fue el único en expresar públicamente su oposición a destinar el 5% del PIB en defensa, cifra que ha sido impulsada por referentes como Donald Trump en el ámbito de la OTAN. Sin embargo, el gobierno español insiste en su compromiso solidario con la seguridad europea, aunque evita comprometerse con cifras concretas.

Por su parte, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, defendió el esfuerzo de su país en la protección de las fronteras sur del continente, especialmente en el control migratorio. Meloni llamó a mantener la calma tras las últimas incursiones aéreas, una postura compartida por otros gobiernos del sur.

Iniciativas de defensa y cooperación diferenciada

La controversia también se ha visto alimentada por la propuesta respaldada por Bruselas y la mayoría de países del flanco este, excluyendo a Eslovaquia y Hungría, tradicionalmente más cercanos a Moscú. Esta iniciativa, centrada en la respuesta a los ataques con drones, involucra principalmente a los estados directamente afectados, mientras que el sur de Europa participaría de forma menos activa.

Ante esta situación, los países nórdicos y orientales insisten en que el sur debería incrementar su contribución a la defensa común y destinar más recursos al fortalecimiento del flanco este.

Nuevos enfoques para la defensa europea

Algunos Estados, como Alemania y Francia, ya han anunciado el envío de equipos para la detección e intercepción de drones en apoyo a los países del este. Además, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha propuesto la creación de grupos de países especializados en distintas áreas de la defensa. Esta estrategia permitiría que los países del sur contribuyeran en otras iniciativas de seguridad, aunque no participen directamente en el despliegue de sistemas de defensa antiaérea.

Así, el debate sobre el gasto militar y la distribución de responsabilidades dentro de la Unión Europea sigue vigente, reflejando las diferentes percepciones de amenaza y las prioridades estratégicas de sus Estados miembros. La búsqueda de un equilibrio entre solidaridad y eficiencia militar será clave para fortalecer la seguridad colectiva en el contexto actual.

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