El fiscal general proclama su inocencia y rechaza el victimismo en el juicio

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El fiscal general defiende su inocencia: “La verdad no se filtra, la verdad se defiende”

En la recta final del juicio que lo enfrenta a graves acusaciones, Álvaro García Ortiz, fiscal general del Estado, ha ofrecido un alegato firme y contenido para proclamar su inocencia, distanciándose de la confrontación política y del tono victimista mostrado por otros implicados en el proceso. Durante su comparecencia, García Ortiz se ha centrado en los hechos objeto del juicio, rehusando cualquier teatralidad y manteniendo la sobriedad propia de su cargo.

Un interrogatorio clave en la última fase del juicio

Tras cinco sesiones intensas, el fiscal general abandonó por primera vez la toga para someterse a las preguntas de los magistrados. Ante el tribunal, García Ortiz negó rotundamente ser el responsable de la filtración del correo que contenía la confesión de Alberto González Amador, pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. “No, no he hecho llegar el correo de 2 de febrero a personas ajenas a la Fiscalía”, afirmó con determinación.

Aunque se mostró nervioso al inicio, García Ortiz mantuvo un discurso sólido durante una hora y media, insistiendo en que la filtración no partió de él. Esta postura contrastó con la adoptada por González Amador, quien, según el fiscal, optó por un relato cargado de victimismo en su declaración anterior.

Rechazo a las acusaciones y contexto político

García Ortiz manifestó desde el principio su negativa a responder a las preguntas de las acusaciones, argumentando motivos de deslealtad. Además, subrayó el hecho de que González Amador renunciara a reclamar responsabilidad civil al Estado, concentrando sus acusaciones únicamente en su persona.

Bajo la tutela del abogado del Estado, el fiscal relató los acontecimientos del 12 de marzo de 2024, cuando Isabel Díaz Ayuso publicó en redes sociales mensajes que ponían en duda la honorabilidad de la fiscalía. García Ortiz recordó que Ayuso llegó a hablar de una supuesta “persecución” por parte del aparato estatal hacia su pareja, en el marco de la investigación judicial.

Sin mencionarlo directamente, el fiscal general señaló a González Amador por entregar el correo incriminatorio a una tercera persona con fines políticos. Esa tercera persona sería Miguel Ángel Rodríguez, jefe de Gabinete de Ayuso, quien habría difundido información falsa sobre un presunto pacto ofrecido por la Fiscalía. García Ortiz calificó el tuit de Rodríguez como “una insidia, una calumnia sobre la Fiscalía española”.

Desacuerdos dentro de la Fiscalía y dificultades en la comunicación

Una parte relevante de la declaración del fiscal general se centró en la actitud de Almudena Lastra, fiscal superior de Madrid, cuya colaboración calificó de insuficiente en momentos clave. Según García Ortiz, Lastra no facilitó la difusión de la nota de prensa destinada a desmentir el bulo sobre la Fiscalía y mostró una actitud poco colaborativa, lo que, en su opinión, favoreció los intereses de Ayuso y su entorno.

  • García Ortiz negó recordar expresiones atribuidas a Lastra que le implicaban en la filtración.
  • Destacó la importancia de la nota de prensa como respuesta institucional ante informaciones que ponían en entredicho el trabajo de la Fiscalía de delitos económicos.

La gestión de la información y el uso de correos electrónicos

El fiscal general también abordó la cuestión de la inclusión de datos de los correos en la nota de prensa oficial. Defendió la necesidad de mencionar ciertos aspectos para aclarar la confusión generada y aseguró que la información relativa a González Amador fue tratada de forma “exquisita”, eliminando datos accesorios y sustituyendo referencias personales por el nombre del afectado.

García Ortiz resaltó la frase que le transmitió una persona anónima para resumir su posición: “La verdad no se filtra, la verdad se defiende”.

El polémico borrado de datos y la colaboración con la investigación

Uno de los aspectos más delicados del proceso es el borrado, por parte del fiscal general, de los contenidos de su teléfono móvil y de su cuenta de Gmail, donde se encontraba el correo filtrado. García Ortiz explicó que esta eliminación se realiza de manera sistemática, en cumplimiento de las normativas española y europea sobre protección de datos. Justificó el uso de su cuenta personal de Gmail por cuestiones de usabilidad, frente a la cuenta corporativa de Outlook.

Durante su declaración, García Ortiz relató cómo entregó a la Unidad Central Operativa (UCO) todas sus contraseñas y cómo, tras la filtración del informe de la UCO a la prensa –sin ocultar sus datos personales–, fue objeto de comunicaciones hostiles.

Conclusión

A las puertas del veredicto, la declaración de Álvaro García Ortiz se ha caracterizado por la contención y el rigor, defendiendo la integridad de la Fiscalía y negando cualquier responsabilidad en la filtración investigada. El caso queda ahora en manos de los siete magistrados que deberán determinar si el fiscal general es culpable o inocente de los cargos que se le imputan.

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