Países Bajos frena el avance de la ultraderecha en Europa

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El auge de la ultraderecha en Europa sufre un revés en Países Bajos

El avance de la ultraderecha en Europa parecía imparable. En los últimos años, estos partidos han incrementado su representación en la mayoría de los países miembros de la Unión Europea, llevando a las instituciones comunitarias hacia una orientación más conservadora que nunca. Sin embargo, las recientes elecciones en Países Bajos han marcado un punto de inflexión inesperado, frenando —al menos temporalmente— esta tendencia y otorgando una victoria significativa a las fuerzas de centro y progresistas.

Un giro inesperado en Países Bajos

En las últimas elecciones neerlandesas, el Partido por la Libertad (PVV), liderado por Geert Wilders, partía como favorito tras haber ganado los comicios previos con 37 escaños. Las encuestas auguraban que Wilders volvería a imponerse, pese a algunos indicios de desgaste. Sin embargo, los resultados finales han sorprendido: el PVV ha perdido casi un tercio de sus representantes, quedando igualado a 26 escaños con los socioliberales de D66, encabezados por el joven político progresista y europeísta Rob Jetten.

Este vuelco electoral abre la puerta a un nuevo gobierno de coalición en Países Bajos, previsiblemente integrado por partidos liberales progresistas, fuerzas conservadoras tradicionales, democristianos y formaciones ecologistas y socialdemócratas. Se trata de un ejecutivo con una composición muy diferente al anterior gabinete liderado por Wilders, caracterizado por su enfoque populista y su marcado giro a la derecha. Como subrayó Jetten tras la publicación de los primeros sondeos, «millones de neerlandeses han pasado página y han dicho adiós al negativismo y al odio».

Excepción neerlandesa frente al avance ultra en Europa

La situación de los Países Bajos contrasta con la dinámica dominante en el resto de los grandes países de la Unión Europea, donde la ultraderecha ha ido consolidando su posición e influencia. En Alemania, la Alternativa para Alemania (AfD) no ha dejado de aumentar su presencia elección tras elección. En los últimos comicios al Bundestag, la formación duplicó su porcentaje de voto, pasando del 10,3% al 20,8%, y sumó 152 diputados, casi el doble que en la legislatura anterior.

Este ascenso ha influido en el discurso migratorio tanto del actual canciller, el conservador Friedrich Merz, como del anterior, el socialdemócrata Olaf Scholz. De hecho, Merz ha endurecido sus declaraciones sobre migración, llegando a calificar recientemente la presencia de migrantes como un «problema» en el «paisaje urbano» alemán, lo que ha generado polémica.

En Francia, el partido de Marine Le Pen se encuentra más cerca del poder que nunca. En las dos últimas elecciones presidenciales, Le Pen accedió a la segunda vuelta con más del 21% de los votos. Aunque Emmanuel Macron logró imponerse, el apoyo a la líder ultraderechista creció considerablemente entre 2017 y 2022. En las legislativas, el partido de Le Pen pasó de obtener un 17% a un 37% en la segunda vuelta, liderando en número de votos aunque Francia Insumisa, la formación de Jean-Luc Mélenchon, consiguió más escaños.

Italia representa otro caso paradigmático: la ultraderecha liderada por Giorgia Meloni ostenta el poder con un gobierno considerado de los más estables y populares de los últimos tiempos. Meloni ganó las elecciones con un 26% de los votos, acompañada por su aliado Matteo Salvini, que sumó un 9%.

La normalización institucional de la ultraderecha

El caso neerlandés, hasta ahora, no era una excepción en la tendencia europea, donde la ultraderecha ha accedido al poder en varios países o sostiene a gobiernos tradicionales mediante pactos parlamentarios. Lejos de generar una crisis en la UE, el bloque comunitario ha adoptado muchas de las políticas propuestas por estos partidos, especialmente en materia migratoria. Italia, Bélgica y el anterior ejecutivo neerlandés son ejemplos de cómo la presencia en la Unión no se ha visto cuestionada, aunque los nuevos gobiernos defienden una visión diferente del proyecto europeo.

El peso creciente de la ultraderecha en las instituciones europeas

Más allá de los gobiernos nacionales, la influencia de la ultraderecha se refleja en las instituciones de la UE. Por primera vez, la Comisión Europea cuenta con un comisario de extrema derecha, el italiano Raffaele Fitto. Además, el Partido Popular Europeo (PPE) y las formaciones situadas a su derecha suman mayoría simple en la Eurocámara, algo inédito hasta la fecha. Esto permite a los democristianos aprobar leyes sin necesidad de contar con el apoyo de fuerzas de centro o de izquierda, otorgando a la ultraderecha un papel decisivo en el Parlamento Europeo y relegando al centro y la izquierda a posiciones secundarias.

Conclusiones

  • El avance de la ultraderecha en Europa ha sido una constante en los últimos años, con excepciones puntuales como la reciente derrota del PVV en Países Bajos.
  • El resultado neerlandés podría suponer un freno temporal a la ola ultraconservadora, aunque el contexto europeo general sigue favoreciendo a estas fuerzas políticas.
  • La normalización institucional de la ultraderecha es ya un hecho en la UE, tanto en gobiernos nacionales como en las estructuras comunitarias.
  • La evolución futura dependerá de la capacidad de los partidos de centro y progresistas para articular alternativas sólidas y responder a las demandas sociales que han impulsado el auge de la ultraderecha.

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