Trump redobla la ofensiva diplomática para salvar su plan de paz en Gaza y frenar a Netanyahu

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Trump intensifica la presión diplomática para salvar su plan de paz en Gaza y contener a Netanyahu

La situación en la Franja de Gaza permanece en un estado crítico pese al reciente alto el fuego auspiciado por Estados Unidos. Israel mantiene el control de más de la mitad del territorio y continúa con acciones militares y bombardeos que, desde la entrada en vigor de la tregua el 10 de octubre, han provocado la muerte de al menos un centenar de palestinos. Además, las restricciones a la ayuda humanitaria complican la aplicación del plan de paz impulsado por el presidente estadounidense, Donald Trump, mientras la administración norteamericana incrementa la presión sobre el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para evitar el colapso total del acuerdo.

Un alto el fuego frágil y en riesgo de ruptura

Tanto Israel como Hamás han manifestado públicamente su compromiso con el alto el fuego, aunque la realidad sobre el terreno dista mucho de ser estable. El riesgo de una ruptura de la tregua es elevado, como ya ocurrió en marzo, cuando Netanyahu optó por retomar la ofensiva militar ante las presiones de los sectores más radicales de su gobierno. Bajo el pretexto de combatir a Hamás, Israel ha intensificado sus operaciones militares, extendiendo el control territorial más allá de lo pactado y dificultando la llegada de ayuda humanitaria.

La Casa Blanca, consciente de la fragilidad del acuerdo, ha desplegado una ofensiva diplomática de alto nivel. Esta semana está prevista la llegada a Tel Aviv del vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance, mientras que ya se encuentran en Israel el enviado especial para Oriente Medio, Steve Witkoff, y Jared Kushner, yerno de Trump y figura clave en la reconstrucción de Gaza debido a su experiencia e influencia en la región.

Incumplimientos y violencia sobre el terreno

A pesar de los compromisos asumidos, Israel ha reconocido abiertamente que responde con contundencia a los enfrentamientos con Hamás en la zona de Rafah. Un reciente ataque israelí, en respuesta a la muerte de dos soldados, dejó al menos 45 civiles palestinos muertos. Hamás, por su parte, justifica los combates acusando al ejército israelí de intervenir en disputas internas entre milicias palestinas, al tiempo que denuncia el control israelí sobre áreas que deberían haber sido evacuadas.

Según las autoridades de Hamás en Gaza, al menos 97 palestinos han muerto y 230 han resultado heridos durante los primeros diez días de tregua. Además, acusan a Israel de haber violado el alto el fuego en 80 ocasiones y de continuar realizando detenciones arbitrarias en las zonas bajo control militar israelí.

Control territorial y confusión entre la población civil

Muchos de los ataques israelíes se han producido cuando civiles palestinos cruzaron límites impuestos por el ejército, muchas veces sin estar debidamente señalizados. La falta de una delimitación clara de las zonas seguras genera confusión y pone en riesgo a la población, que se convierte en objetivo de disparos o ataques con drones si acceden a áreas consideradas estratégicas por los militares israelíes.

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ha advertido que cualquier persona que permanezca en zonas bajo control israelí será atacada sin previo aviso, confirmando así la intención de mantener el control sobre el 53% de la Franja de Gaza, una extensión superior a la acordada en el plan de paz.

Fases del plan de paz y dificultades en la implementación

El plan de paz de Trump contempla varias fases, comenzando por el alto el fuego y el intercambio de rehenes y prisioneros. La primera etapa incluyó la liberación de 20 rehenes israelíes por parte de Hamás y la excarcelación de cerca de 2.000 presos palestinos. El proceso de devolución de los cuerpos de ciudadanos israelíes ha avanzado lentamente, con restos de al menos 15 personas aún por recuperar entre las ruinas de Gaza, devastada en un 90% tras más de dos años de conflicto.

La ofensiva israelí en Gaza se inició tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, que dejó 1.200 muertos y 251 secuestrados en territorio israelí. Desde entonces, la respuesta militar ha causado la muerte de más de 68.160 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, transformando Gaza en un escenario de destrucción y crisis humanitaria.

Bloqueo humanitario y presión internacional

El acuerdo de alto el fuego contempla la entrada sin restricciones de ayuda humanitaria en Gaza. Sin embargo, Israel mantuvo cerrado el paso de Rafah —principal acceso para la asistencia— hasta este lunes, en una clara violación del pacto. Esta situación agrava la crisis alimentaria y sanitaria de la población gazatí, que depende de la apertura de la frontera egipcia para recibir suministros básicos.

Ante el riesgo de que el proceso de paz se desmorone en sus primeras semanas, la administración Trump ha intensificado su labor diplomática. Los enviados estadounidenses buscan disuadir a Netanyahu de romper el acuerdo y frenar las presiones internas que apuestan por la ocupación total de Gaza y la anexión de Cisjordania.

Desafíos y perspectivas para la reconstrucción y la paz

Las próximas fases del plan de paz incluyen la creación de un Gobierno Transitorio Temporal bajo supervisión estadounidense, la reconstrucción de infraestructuras esenciales en Gaza y el desarme de Hamás. Se prevé que países árabes y otros actores regionales colaboren en la estabilización del enclave, así como en la canalización de la ayuda humanitaria, que continúa siendo un punto de fricción ante el incumplimiento israelí.

  • Rehabilitación de servicios básicos: agua, electricidad, alcantarillado y hospitales.
  • Entrada de organizaciones internacionales como la ONU y la Media Luna Roja sin interferencias.
  • Desescombro y reconstrucción de viviendas e infraestructuras destruidas.

Mientras tanto, las luchas internas entre Hamás y otras facciones palestinas complican aún más el panorama. Estas disputas ofrecen a Netanyahu argumentos para denunciar el acuerdo de paz y solicitar respaldo militar estadounidense para eliminar a Hamás, como ha advertido explícitamente Trump: «Si Hamás no se desarma, nosotros lo haremos por él».

Conclusiones

El futuro del plan de paz para Gaza patrocinado por Trump pende de un hilo. La presión diplomática de Estados Unidos busca evitar una nueva escalada del conflicto y obligar a Netanyahu a cumplir los compromisos asumidos. Sin embargo, la persistencia de violaciones del alto el fuego, los obstáculos a la ayuda humanitaria y las tensiones internas tanto en Israel como en Palestina hacen incierta la viabilidad de un proceso de paz duradero en la región.

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