Alto el fuego en Gaza omite protección a periodistas y fortalece el control israelí sobre la información

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El alto el fuego en Gaza deja sin protección a la prensa y refuerza el control narrativo de Israel

El reciente alto el fuego en Gaza, ratificado por Israel el 10 de octubre, ha supuesto un alivio momentáneo para la población palestina, exhausta tras meses de sufrimiento, hambre y violencia. Sin embargo, el acuerdo excluye de manera preocupante cualquier mención a la libertad de prensa y la protección de los periodistas que arriesgan su vida en la Franja, perpetuando así el bloqueo informativo y consolidando el control israelí sobre la narrativa del conflicto.

Ausencia de garantías para la prensa en el acuerdo

El pacto, presentado el 29 de septiembre por Donald Trump y Benjamín Netanyahu sin la participación de representantes palestinos, no incluye entre sus 20 puntos ninguna referencia al derecho a la información, el acceso a medios o la seguridad de los profesionales del periodismo. Términos como «prensa» o «periodistas» brillan por su ausencia, lo que resulta especialmente grave considerando el elevado número de comunicadores asesinados desde el recrudecimiento de la ofensiva israelí en octubre de 2023.

Según Reporteros Sin Fronteras (RSF), cerca de 220 periodistas han perdido la vida en los últimos dos años en Gaza, al menos 56 de ellos en el ejercicio de su labor informativa. La organización denuncia que el alto el fuego no ha supuesto el cese total de los ataques israelíes ni el fin del bloqueo mediático. De hecho, después del anuncio de la tregua, se han producido nuevos bombardeos, como el que hirió al fotoperiodista Arafat al-Khour mientras documentaba los daños en el barrio de Sabra.

Denuncias ante la Corte Penal Internacional y exigencia de acceso

RSF ha presentado cinco denuncias ante la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra contra periodistas y solicita la emisión de órdenes de arresto para los responsables. La organización exige, además, el acceso inmediato al enclave palestino para periodistas exiliados y prensa internacional, así como la evacuación urgente de quienes deseen abandonar la zona. Jonathan Dagher, responsable de RSF para Oriente Medio, ha subrayado la gravedad de la situación: “El alto el fuego no debe distraer de la absoluta urgencia de la catastrófica situación que enfrentan los periodistas en el territorio”.

La Asociación de Prensa Extranjera (FPA) también ha reiterado su llamamiento a Israel para que abra las fronteras y permita el acceso libre e independiente de los medios internacionales a Gaza. Durante los dos últimos años, sus solicitudes han sido ignoradas, mientras los periodistas palestinos continúan arriesgando sus vidas para informar desde el terreno. La FPA recuerda que el 23 de octubre la Corte Suprema israelí escuchará sus argumentos tras más de un año de aplazamientos, aunque insiste en que las restricciones a la libertad de prensa deben cesar de inmediato.

Condiciones extremas para los periodistas en Gaza

Desde 2023, los escasos periodistas extranjeros que han accedido a Gaza lo han hecho bajo estricta supervisión militar y en visitas organizadas por las Fuerzas de Defensa de Israel. Ante esta situación, la información internacional depende en gran medida del trabajo de los reporteros palestinos, quienes operan en condiciones extremas: sin electricidad, con dificultades de comunicación y bajo constante amenaza de ataques.

La Federación Internacional de Periodistas denuncia el control de la narrativa

La Federación Internacional de Periodistas (FIP) ha calificado los últimos dos años como “el período más mortífero en la historia del periodismo”, contabilizando más de 223 profesionales palestinos asesinados. La federación acusa a Israel de llevar a cabo un ataque sistemático contra los periodistas y de controlar la narrativa del conflicto, agravado por la inacción de la comunidad internacional.

Anthony Bellanger, secretario general de la FIP, sostiene que “matar periodistas es matar la verdad” y denuncia la estrategia israelí de difamar a los periodistas palestinos acusándolos, sin pruebas, de vínculos con Hamás, lo que les convierte en objetivos legítimos. La FIP insiste en que el asesinato deliberado de reporteros constituye un crimen de guerra y que la impunidad con la que se cometen estos actos amenaza el derecho del público a la información.

Silencio informativo y consecuencias para la memoria histórica

Las organizaciones internacionales coinciden en señalar que Gaza está siendo no solo destruida físicamente, sino también silenciada de forma deliberada. La devastación de las infraestructuras de telecomunicaciones y el ataque contra quienes intentan informar configuran un escenario que condena al pueblo palestino a la oscuridad y al mundo a la ignorancia sobre lo que allí ocurre.

Tal y como advierte la FIP, controlar la narrativa es tan importante como controlar el territorio. Impedir la labor periodística en Gaza significa privar a la comunidad internacional de ser testigo del asedio y la destrucción, y supone un ataque directo contra la memoria y la posibilidad de reparación para las víctimas de un genocidio que, según diversas fuentes, ha costado ya más de 70.000 vidas.

Conclusión

El alto el fuego en Gaza, lejos de suponer una apertura hacia la transparencia y la rendición de cuentas, refuerza el control informativo de Israel y perpetúa la impunidad en los ataques contra la prensa. La comunidad internacional enfrenta el reto de responder a la valentía de los periodistas palestinos y defender el derecho a la información como pilar fundamental de los derechos humanos y la justicia.

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