Venezuela acusa a EE.UU. de sabotaje cibernético contra su petrolera estatal

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No es el narco, es el petróleo: Venezuela acusa a Estados Unidos de estrangular su petrolera estatal

Petróleos de Venezuela (PDVSA), la empresa estatal encargada de la extracción y exportación del crudo venezolano, denunció este martes haber sido víctima de un ataque cibernético que, según la compañía, buscaba interrumpir sus operaciones. El incidente ocurre en un contexto de creciente tensión diplomática con Estados Unidos, país al que el gobierno venezolano señala como responsable directo de la ofensiva.

Ataque cibernético a PDVSA y escalada de tensiones

La denuncia de PDVSA se produce pocos días después de que la marina estadounidense confiscara un buque petrolero que transportaba más de un millón de barriles de crudo venezolano. Según la estatal, «gracias a la pericia del talento humano de PDVSA, las áreas operativas no sufrieron afectación alguna», quedando el ataque limitado a su sistema administrativo.

Delcy Rodríguez, vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, calificó el incidente como un acto de «sabotaje imperial» y afirmó que forma parte de un plan más amplio para desestabilizar la industria petrolera nacional. En un comunicado oficial, la empresa subrayó que este tipo de agresiones se enmarca en la estrategia pública del gobierno de Estados Unidos para incautar el petróleo venezolano mediante la fuerza y la “piratería”.

El petróleo, pilar de la economía venezolana

En 2025, el petróleo continúa siendo el principal sostén económico de Venezuela, aportando aproximadamente una cuarta parte del Producto Interno Bruto (PIB) y generando cerca de dos tercios de los ingresos por exportaciones. La producción nacional ronda el millón de barriles diarios, lo que convierte al sector en la principal fuente de divisas y en el eje central de la economía venezolana.

Cualquier medida que afecte la operatividad petrolera representa un golpe directo al frágil equilibrio económico del país, sumido en una escasa diversificación productiva. Voceros cercanos al gobierno venezolano aseguran que tanto la confiscación del carguero como el ciberataque buscan «estrangular la economía nacional para provocar un desorden social» que podría servir de pretexto para una intervención extranjera.

Acusaciones cruzadas y estrategia estadounidense

El Ejecutivo venezolano sostiene desde hace meses que el despliegue militar estadounidense en el mar Caribe, iniciado hace tres meses, no tiene como objetivo principal combatir el narcotráfico, como argumenta Washington, sino presionar para la caída del gobierno de Nicolás Maduro. El propio presidente venezolano elevó el tono en sus declaraciones, acusando a Estados Unidos de intentar «provocar una guerra para apoderarse de los recursos naturales de Venezuela». Según Maduro, las acciones estadounidenses constituyen una “ofensiva integral” cuyo fin es asfixiar a la población venezolana para forzar un cambio político.

«Estados Unidos pretende provocar una guerra para apoderarse de los recursos naturales de Venezuela», declaró el mandatario, en referencia directa al petróleo.

Nueva doctrina energética en Estados Unidos

La Estrategia de Seguridad Nacional de 2025, publicada recientemente por la administración Trump, define la «restauración del dominio energético» estadounidense como una prioridad estratégica. El documento enfatiza la necesidad de asegurar el control sobre el petróleo, el gas, el carbón y la energía nuclear, y vincula la abundancia energética con ventajas geopolíticas y económicas para Washington.

Esta retórica de dominio y exclusión de «adversarios» del mercado energético es interpretada en Caracas como una prueba de la intención de la Casa Blanca de recuperar el control sobre Venezuela, país que posee las mayores reservas probadas de petróleo del mundo.

China: principal destino del crudo venezolano

En la actualidad, China se ha consolidado como el principal destino para el petróleo venezolano, absorbiendo cerca del 80% de las exportaciones —unos 746.000 barriles diarios de un total de 920.000 barriles diarios en noviembre de este año—. Históricamente, Estados Unidos fue el principal importador del crudo venezolano, especialmente del Merey, un tipo de petróleo ultrapesado. Sin embargo, las sanciones y el giro geopolítico han desplazado ese flujo hacia Asia.

  • 80% del crudo venezolano se exporta a China.
  • Estados Unidos fue anteriormente el principal cliente.
  • La reorientación responde a sanciones y tensiones políticas.

Fuentes cercanas al oficialismo venezolano interpretan la Estrategia de Seguridad Nacional estadounidense como una confirmación de que Washington busca garantizar su soberanía energética con el petróleo venezolano y, al mismo tiempo, reducir la influencia de China en la región. Según estas fuentes, el discurso sobre seguridad y estabilidad regional no está motivado por el combate al narcotráfico, sino por el interés en el control de los recursos energéticos.

Repercusiones en el mercado internacional

La tensión geopolítica en torno a Venezuela ha provocado fluctuaciones en el precio internacional del petróleo. La reciente confiscación del buque y el ciberataque a PDVSA impulsaron un incremento del 0,5% en el precio del barril, que actualmente oscila en torno a los 60 dólares. Este aumento se produce pese a los esfuerzos de los principales productores —Arabia Saudita, Rusia y Estados Unidos— por mantener una oferta elevada y estable en el mercado global.

El futuro inmediato del sector petrolero venezolano y su impacto en el equilibrio regional dependerán de la evolución de estas tensiones y de la capacidad del país para sortear las presiones externas, en un contexto marcado por la competencia geopolítica y la lucha por el control de los recursos estratégicos.

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