Celebración de la ultraderecha israelí tras la detención de la fiscal que investigó torturas a un preso palestino
La reciente detención de Yifat Tomer-Yerushalmi, ex fiscal general de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), ha generado una ola de reacciones en la sociedad israelí, especialmente entre los sectores de la ultraderecha. Tomer-Yerushalmi fue arrestada tras autorizar la filtración de un video que evidenciaba torturas y violaciones cometidas contra un prisionero palestino en el campo de detención militar de Sde Teiman, inaugurado poco después de los ataques del 7 de octubre de 2023.
El video que desató el escándalo
El material audiovisual, captado por cámaras de seguridad del centro de detención Sde Teiman, mostraba a varios soldados israelíes sometiendo a un detenido palestino a torturas y agresión sexual. El video, filtrado a la prensa y difundido internacionalmente, puso en el centro del debate la situación de los derechos humanos en las cárceles israelíes.
Amnistía Internacional calificó estas prácticas como una «costumbre habitual» dentro de las prisiones de Israel. La gravedad de las imágenes y el testimonio de un sanitario que atendió a la víctima en estado crítico impulsaron la apertura de la primera investigación interna sobre maltrato a un preso palestino en la historia reciente de Israel.
Detención y confesión de la ex fiscal
La detención de Tomer-Yerushalmi tuvo lugar tras un intento fallido de simular su suicidio, con el que pretendía deshacerse de un teléfono que contenía pruebas de la filtración. Su confesión y posterior arresto, aunque limitados a las 72 horas máximas permitidas por la ley israelí para una ciudadana investigada, sirvieron como catalizador para un intenso debate político y social.
Lejos de centrar el foco en la sistemática violación de los derechos humanos, los sectores más conservadores de Israel, liderados por el primer ministro Benjamín Netanyahu, han utilizado la filtración del video como argumento para criticar lo que consideran un «fracaso mediático» que daña la imagen del país y de sus fuerzas armadas.
Reacción de la extrema derecha y el proceso a los militares
El caso no solo sacudió a la opinión pública, sino que también se convirtió en un arma política para la ultraderecha israelí. Tras la publicación del video, cientos de manifestantes se congregaron frente al campo de Sde Teiman para protestar contra el procesamiento de los militares implicados.
De los nueve soldados arrestados inicialmente, cinco enfrentan cargos, aunque todos esperan el resultado de la investigación en libertad. Uno de los acusados, Meir Ben-Shitrit, ha ganado notoriedad en medios afines a la derecha, presentándose como un ejemplo de «sacrificio» por el país y recibiendo apoyo económico para su defensa legal a través de campañas públicas.
El contexto de las torturas en las cárceles israelíes
Según datos de la organización palestina Addameer, actualmente hay más de 11.000 palestinos detenidos en prisiones israelíes, la mayoría en el centro de Sde Teiman. Organizaciones como B’Tselem han calificado el sistema penitenciario israelí como una «red de campos de tortura», documentando casos de asesinatos, amputaciones y graves abusos físicos y psicológicos.
- Privación de alimento y atención médica
- Prohibición de comunicación entre detenidos
- Tortura física y psicológica sistemática
Supervivientes y activistas han relatado experiencias de extrema violencia, algunas de ellas recogidas por Amnistía Internacional, que subrayan la falta de protección legal para los prisioneros palestinos y la ausencia de una legislación específica contra la tortura en Israel, pese a que el país ha firmado la Convención de la ONU contra la Tortura.
Implicaciones internacionales y ausencia de legislación
Aunque la comunidad internacional ha establecido mecanismos y normativas para prevenir la tortura, Israel sigue sin incorporar el delito en su código penal de manera explícita. Esta laguna legal dificulta el procesamiento efectivo de los responsables y la protección de los derechos humanos de los detenidos.
La situación en Sde Teiman, conocido como el «Guantánamo» israelí, y otros centros de detención, sigue siendo motivo de preocupación para las organizaciones humanitarias. Los testimonios y pruebas recopilados no solo evidencian la magnitud de los abusos, sino que también cuestionan el compromiso de las autoridades israelíes con las normativas internacionales de derechos humanos.
Conclusión
El caso de la ex fiscal Tomer-Yerushalmi y la filtración del video de torturas han expuesto las profundas divisiones dentro de la sociedad israelí y la instrumentalización política de los derechos humanos por parte de la ultraderecha. Mientras tanto, la situación de los presos palestinos sigue siendo crítica, en un contexto marcado por la impunidad y la ausencia de reformas legales efectivas.
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