Europa ante el reto del 5% en gasto militar exigido por Trump: Francia e Italia, en el punto de mira
El reciente incremento de las exigencias en materia de gasto militar por parte de la OTAN, impulsado especialmente por Estados Unidos bajo el liderazgo de Donald Trump, ha generado un profundo debate y múltiples complicaciones para las principales economías europeas. Si bien España ha sido señalada por su negativa a aceptar abiertamente el compromiso de destinar el 5% de su Producto Interior Bruto (PIB) a defensa, la realidad es que grandes potencias como Francia e Italia también enfrentan serias dificultades para cumplir con este objetivo.
- Europa ante el reto del 5% en gasto militar exigido por Trump: Francia e Italia, en el punto de mira
- España y el desacuerdo en la cumbre de La Haya
- Francia: Potencia militar, economía en apuros
- Italia: Estrategias alternativas y deuda creciente
- Otros países con reservas y la vigilancia de la OTAN
- El caso español: ¿es viable cumplir con menos inversión?
- Conclusión
España y el desacuerdo en la cumbre de La Haya
Durante la cumbre de la OTAN celebrada en La Haya en junio pasado, España se desmarcó del consenso al rechazar explícitamente el compromiso del 5% del PIB en gasto militar. Esta postura le valió al gobierno de Pedro Sánchez presiones desde Estados Unidos y críticas de los aliados más combativos contra Rusia. Sin embargo, la resistencia no es exclusiva de Madrid; fuentes diplomáticas de la Alianza Atlántica han confirmado que otros miembros relevantes, como Francia e Italia, atraviesan situaciones similares.
Francia: Potencia militar, economía en apuros
Francia, considerada la única potencia nuclear de la Unión Europea y uno de los ejércitos más robustos del continente, se encuentra actualmente en una encrucijada. Aunque el presidente Emmanuel Macron ha mostrado un fuerte compromiso con Ucrania y la defensa europea, el país atraviesa graves dificultades económicas y políticas que ponen en tela de juicio su capacidad para responder al aumento de gasto militar.
- El déficit público francés se mantiene en torno al 5% durante los últimos seis años, con previsiones de 5,5% para este año y variaciones mínimas hasta 2027.
- La deuda pública ronda el 116% del PIB, y se prevé que alcance el 120% en 2027.
- Los intentos de recortes sociales y ajustes presupuestarios han provocado amplias protestas ciudadanas.
Este escenario supone una clara vulneración de las reglas fiscales de la Unión Europea, que establecen un tope del 3% para el déficit. De persistir, la Comisión Europea podría imponer a Francia drásticas medidas de austeridad o incluso intervenir en las cuentas nacionales.
Italia: Estrategias alternativas y deuda creciente
Italia, bajo el liderazgo de Giorgia Meloni, también enfrenta un escenario complicado. Aunque su déficit se mantendría en el 3% este año, la deuda pública sigue en aumento y podría alcanzar el 137% en 2027. Ante la dificultad de asumir el gasto militar requerido, el gobierno italiano explora fórmulas alternativas.
Una de las propuestas más singulares consiste en considerar el futuro puente sobre el estrecho de Mesina —infraestructura que conectaría Calabria y Sicilia— como una inversión en seguridad estratégica, dado que en Sicilia operan varias bases de la OTAN. De este modo, los 13.000 millones de euros previstos para la obra podrían computarse como gasto de defensa.
- Italia destina actualmente unos 32.000 millones de euros anuales a defensa.
- El puente de Mesina, aunque justificado como estratégico, tendría principalmente un uso civil, con un flujo estimado de seis millones de coches y 60.000 trenes al año.
Otros países con reservas y la vigilancia de la OTAN
Además de Francia e Italia, otros Estados miembros como Eslovenia y Bélgica han manifestado abiertamente sus dudas respecto a la viabilidad de alcanzar el 5% de gasto militar. Eslovenia, por ejemplo, ha reiterado que solo se compromete con el objetivo del 3% aprobado por su Parlamento, mientras que Bélgica admite que su situación presupuestaria impide cumplir con las nuevas exigencias, ni a corto ni a largo plazo.
Frente a este panorama, la OTAN ha anunciado que comenzará a supervisar el avance de cada país en el primer semestre de 2026. Se espera que los Estados miembros compartan información sobre sus planes de rearme y que la Alianza realice evaluaciones periódicas para comprobar el grado de cumplimiento de los compromisos asumidos.
El caso español: ¿es viable cumplir con menos inversión?
España sostiene que puede alcanzar los objetivos de capacidades militares destinando solo el 2,1% del PIB, una cifra significativamente inferior al 5% exigido. Esta afirmación ha sido recibida con escepticismo por parte de la OTAN y de otros socios, quienes consideran que el esfuerzo español es insuficiente. Los próximos controles permitirán determinar si España podrá mantener su postura o si, finalmente, deberá incrementar su presupuesto de defensa para alinearse con los requerimientos de la Alianza.
Conclusión
El endurecimiento de las exigencias de gasto militar por parte de la OTAN ha puesto en aprietos a varias de las mayores economías europeas, que se ven obligadas a equilibrar sus compromisos internacionales con situaciones económicas y sociales complejas. Mientras la Alianza refuerza sus mecanismos de control, el debate sobre la sostenibilidad de estos niveles de gasto y sobre el reparto de responsabilidades en materia de seguridad colectiva sigue abierto en el seno de Europa.
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