Trump amenaza con cortar fondos a nueve universidades si no protegen las ideas conservadoras
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha presentado un nuevo convenio dirigido a varias universidades del país, condicionando la continuidad de los fondos federales a la adopción de una serie de medidas alineadas con las prioridades ideológicas de su administración. Entre los puntos más destacados se encuentran la protección de ideas conservadoras, la eliminación de políticas de discriminación positiva y la imposición de restricciones en el discurso y actividad política de los empleados universitarios.
Condiciones para mantener la financiación federal
Según el documento presentado este jueves, las universidades deberán firmar un acuerdo denominado «Convenio para la Excelencia Académica en la Educación Superior» para conservar los beneficios federales. Este convenio establece un decálogo de obligaciones, entre ellas:
- Igualdad en las admisiones: Prohibición de considerar género, etnia, nacionalidad o religión tanto en el proceso de admisión de estudiantes como en la contratación de personal.
- Protección de las ideas conservadoras: Obligación de transformar o eliminar aquellos departamentos o unidades que, a juicio del Gobierno, discriminen o inciten a la violencia contra las perspectivas conservadoras.
- Neutralidad política del personal: Los empleados deberán abstenerse de realizar declaraciones públicas sobre temas políticos o sociales en su calidad de representantes de la universidad.
- Definiciones estrictas de género: Uso exclusivo de los términos «macho, hembra, hombre y mujer» basados en la función reproductiva y procesos biológicos, aplicable también a espacios y competiciones femeninas.
- Reducción y congelación de costes: Compromiso de minimizar los gastos administrativos y congelar el coste de la matrícula para estudiantes estadounidenses durante los próximos cinco años.
- Reembolso de matrícula: Devolución de los pagos realizados por estudiantes que abandonen sus estudios en el primer semestre, así como información previa sobre la empleabilidad y expectativas salariales de cada carrera.
Control sobre la actividad en los campus
La propuesta también exige que las universidades impidan manifestaciones o protestas que interrumpan las clases o dificulten el acceso a instalaciones, especialmente por motivos de raza, etnia, nacionalidad o religión. En caso de incumplimiento, se contempla el uso de la «fuerza legal si es necesario».
Restricciones para estudiantes internacionales
En cuanto a los estudiantes extranjeros, el documento establece que solo podrán recibir visados aquellos con «talento extraordinario» y que apoyen los «valores estadounidenses y occidentales». Además, limita su presencia a un máximo del 15% del total de estudiantes de grado, y ningún país podrá estar representado por más del 5% del alumnado internacional.
Transparencia y control de fondos
Las universidades firmantes deberán informar al Gobierno sobre cualquier financiación procedente de entidades o individuos extranjeros. Asimismo, no podrán permitir que estas donaciones influyan en sus políticas de contratación, enseñanza o admisión.
El Departamento de Justicia será el encargado de supervisar el cumplimiento del convenio. Las instituciones que infrinjan alguna de las cláusulas podrían perder la financiación federal durante uno o dos años y estar obligadas a devolver los fondos recibidos, tanto públicos como privados si así lo solicitan los donantes.
Reacciones y advertencias desde los estados
El gobernador de California, Gavin Newsom, ha anunciado que su estado retirará toda financiación estatal a las universidades que firmen el acuerdo, argumentando que aceptar estas condiciones supone una «traición a los estudiantes, profesores e investigadores» y un atentado contra la libertad académica. Newsom advirtió que, de adherirse al convenio, las instituciones perderían automáticamente miles de millones en ayudas estatales, incluidas las becas Cal.
Universidades afectadas y contexto político
El convenio ha sido presentado a nueve universidades de prestigio, entre ellas Vanderbilt, Dartmouth, la Universidad de Pensilvania, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), la Universidad de Texas en Austin, la Universidad de Arizona, Brown, Virginia y la Universidad del Sur de California.
Esta iniciativa se enmarca en la estrategia del presidente Trump de reformar el sistema de educación superior, utilizando incentivos económicos y sanciones para influir en la gestión universitaria. En los últimos meses, los tribunales han ordenado a la Casa Blanca restablecer la financiación retirada previamente a instituciones como Harvard y la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
Perspectiva y debates futuros
La propuesta ha generado un intenso debate en el sector educativo y entre los gobiernos estatales, que cuestionan el impacto de estas medidas sobre la autonomía universitaria y la diversidad ideológica en los campus. El resultado de esta confrontación podría definir el futuro de la educación superior en Estados Unidos durante los próximos años.
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