Indignación en el funeral de Estado por la DANA: Mazón, señalado por los familiares de las víctimas
El primer aniversario de la DANA que asoló la Comunitat Valenciana ha estado marcado por la tensión y el rechazo explícito hacia el president, Carlos Mazón, quien asistió al funeral de Estado pese a la petición expresa de las asociaciones de víctimas para que no lo hiciera. La presencia de Mazón desencadenó protestas y gritos de “¡asesino!” y “¡Mazón, te queremos ver en prisión!” por parte de los familiares de las 229 víctimas mortales, evidenciando el clima de indignación y desconfianza hacia la gestión política tras la catástrofe.
Protestas crecientes y desgaste político
La situación política de Carlos Mazón ya era débil antes del acto conmemorativo, pero la jornada evidenció una mayor erosión de su liderazgo. Apenas unos días antes, miles de personas se manifestaron de nuevo en València exigiendo su dimisión, reavivando la presión social un año después del desastre. Medios tradicionales como Abc y Las Provincias, históricos referentes del conservadurismo valenciano, han dedicado portadas exigiendo su salida, lo que refleja tanto el fuego cruzado desde la oposición como las críticas internas.
Un aniversario marcado por el dolor y la protesta
En el mediodía del aniversario, la plaza de la Mare de Déu se llenó de mantas térmicas con los nombres de las víctimas, iniciativa del Acord Social Valencià. Posteriormente, una marcha recorrió el trayecto que, según la última versión de los hechos ofrecida por Mazón, habría seguido el president tras abandonar el restaurante El Ventorro el día de la riada.
Durante esas horas, Mazón se encontraba en el Palau de la Generalitat, desde donde emitió un discurso institucional en el que evitó asumir responsabilidades directas, limitándose a admitir que «hay cosas que se podrían haber hecho mejor». Ni las asociaciones de víctimas ni la oposición fueron invitadas a este acto, lo que incrementó el descontento.
- Las tres asociaciones de víctimas reiteraron públicamente su petición para que Mazón no asistiera al funeral de Estado.
- El acto, presidido por los Reyes y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue recibido con protestas a pesar del estricto protocolo.
- Familiares y allegados de las víctimas portaban camisetas reivindicativas y corearon consignas exigiendo responsabilidades.
El homenaje a las víctimas y el simbolismo del lugar
El funeral de Estado, celebrado en la Ciutat de les Arts i les Ciències, transcurrió con un tono sobrio y ajustado al guion institucional. No obstante, los discursos de las representantes de las víctimas —Andrea Ferrari, Naiara Chulià y Virginia Ortiz Riquelme— aportaron emoción y un mensaje claro de exigencia de justicia y memoria.
Uno de los momentos más emotivos fue la interpretación musical de La Maria, quien cantó Mon vetlatori, una pieza tradicional valenciana resignificada tras la tragedia de la DANA y convertida en símbolo de recuerdo y homenaje.
Durante su intervención, Virginia Ortiz lanzó un mensaje contundente: «Es quien omite su deber, a sabiendas de que su omisión puede suponer la pérdida de vidas humanas, quien comete el acto primigenio que deriva en sus muertes», en alusión directa a la gestión de la crisis.
La elección del escenario y su carga histórica
La elección de la Ciutat de les Arts i les Ciències como sede del funeral no fue casual. Este complejo, ubicado sobre el antiguo cauce del río Túria, remite al Plan Sur de 1957, que modificó el curso del río tras una riada histórica y marcó el inicio de una transformación urbanística que aún suscita debate.
El espacio, aislado y blindado para las autoridades, contrastó con la movilización ciudadana que recorrió los municipios más afectados de L’Horta Sud, donde el Acord Social Valencià organizó una marcha multitudinaria en memoria de las víctimas.
Paralelismos con tragedias pasadas
El simbolismo del lugar se refuerza al recordar que, en 2006, la Ciutat de les Arts i les Ciències acogió la misa multitudinaria tras el accidente de metro que costó la vida a 43 personas. Entonces, la falta de asunción de responsabilidades políticas por parte del gobierno autonómico —entonces también del Partido Popular— dejó una huella de indignación que se repite, casi dos décadas después, durante la gestión de Carlos Mazón.
Un president cuestionado y un gobierno en crisis
El objetivo de Mazón era proyectar una imagen de normalidad institucional, pero la jornada dejó patente la profunda crisis de confianza que atraviesa su gobierno. El hecho de que su asistencia al funeral no se confirmara hasta última hora, su ubicación en tercera fila y la ausencia de saludo a los familiares junto a los monarcas resaltan la situación de excepcionalidad y el aislamiento político en el que se encuentra.
Lejos de lograr el cierre de heridas, la conmemoración ha evidenciado la creciente disfuncionalidad institucional y el distanciamiento entre las autoridades y una sociedad civil que sigue reclamando memoria, justicia y responsabilidades tras la tragedia de la DANA.
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