Sanciones de EE. UU. asfixian a Rusia y Moscú intensifica ataques en Ucrania

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La presión económica de Estados Unidos sitúa a Rusia en una posición crítica y Moscú intensifica sus ataques en Ucrania

Las recientes sanciones impuestas por Estados Unidos a las principales empresas petroleras rusas han elevado de manera notable la tensión en la guerra de Ucrania. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha endurecido la estrategia económica contra el Kremlin, mientras Moscú responde con una escalada militar, intensificando los ataques a Kiev y otras regiones ucranianas en un contexto de creciente incertidumbre internacional.

El impacto de las sanciones sobre la economía de guerra rusa

Esta semana, la Casa Blanca anunció sanciones “masivas” dirigidas específicamente a gigantes energéticos rusos como Lukoil y Rosneft, con el objetivo de debilitar la capacidad financiera de Moscú para sostener su ofensiva militar. Aunque el presidente ruso, Vladímir Putin, minimizó la relevancia de estas medidas, la realidad es que podrían afectar seriamente la economía de guerra rusa a medio y largo plazo, limitando su margen de maniobra en el conflicto.

El efecto de las sanciones depende, en gran medida, de la cooperación de los principales compradores de petróleo y gas ruso, especialmente China e India. Trump, en su gira asiática, busca convencer a estos países de reducir sus importaciones de hidrocarburos rusos, utilizando como argumento la amenaza de nuevos aranceles estadounidenses. Las cumbres de la ASEAN y la APEC, celebradas en Malasia y Corea del Sur respectivamente, se han convertido en escenarios clave para estas negociaciones diplomáticas.

Respuesta rusa: intensificación de ataques militares

En respuesta a la presión económica, Rusia ha incrementado el ritmo y la intensidad de sus operaciones militares en Ucrania. Durante el pasado fin de semana, Kiev fue blanco de masivos bombardeos con misiles y drones, dejando al menos seis muertos y decenas de heridos en ataques consecutivos. Las ofensivas no se limitaron a la capital, sino que se extendieron a once regiones del país, afectando tanto a infraestructuras energéticas como a zonas residenciales.

En el frente oriental, especialmente en Donetsk y en las proximidades de Kupiansk, la situación se ha tornado crítica. Según informaciones del Kremlin, cerca de 10.000 soldados ucranianos podrían estar cercados en Pokrovsk y Kupiansk, lo que abriría el camino para la captura de Kramatorsk y Sloviansk, las dos mayores ciudades del Donbás aún bajo control ucraniano. La conquista total de esta región supondría una victoria estratégica de gran magnitud para Rusia.

Dificultades para la defensa ucraniana y peticiones de ayuda internacional

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha alertado sobre la creciente presión que sufren las defensas antiaéreas del país ante el volumen de ataques rusos. Según datos oficiales, solo en lo que va de año, Rusia ha lanzado aproximadamente 770 misiles balísticos, más de 50 misiles hipersónicos Kinzhal y superado los 700 ataques con drones en algunas operaciones. En la última semana, se habrían utilizado casi 1.200 drones y más de 1.360 bombas guiadas.

El abastecimiento de munición y sistemas antimisiles occidentales no logra cubrir la demanda, especialmente después de que la llegada de Trump a la Casa Blanca redujera drásticamente la ayuda militar directa estadounidense, trasladando esa responsabilidad a los países europeos. Por ello, desde Bruselas y Londres, Zelenski ha reiterado la necesidad urgente de recibir sistemas antimisiles Patriot y de acceder a los activos financieros rusos congelados, aunque esta última medida aún parece lejana.

  • Petición de 140.000 millones de euros en activos rusos congelados
  • Solicitudes de misiles Tomahawk a Estados Unidos (de momento rechazadas)
  • Exigencia de refuerzos en sistemas antiaéreos Patriot

Repercusiones internacionales: el pulso entre Washington, Moscú y Asia

El efecto de las sanciones estadounidenses no solo se percibe en Moscú, sino también en los grandes compradores de crudo ruso. Empresas estatales chinas, como PetroChina, Sinopec, CNOOC y Zhenhua Oil, han suspendido temporalmente la importación de petróleo ruso por vía marítima, y grandes firmas indias también han dejado entrever que podrían reducir sus compras. Si se interrumpe el suministro a través de oleoductos, el impacto sobre la economía rusa sería aún mayor.

La presión sobre Rusia afecta no solo a su balanza comercial, sino que tiene implicaciones geopolíticas de gran alcance. Trump busca aprovechar su gira asiática y los foros multilaterales para que tanto China como India colaboren en la restricción de hidrocarburos rusos, lo que podría forzar a Putin a reconsiderar su estrategia militar si la economía del país se resiente de forma significativa.

El futuro del mercado energético y la estrategia rusa

Las sanciones actuales afectan a la mitad del potencial de exportación de petróleo ruso, ya que Lukoil y Rosneft concentran una parte fundamental de este sector. Las otras grandes petroleras, Gazpromneft y Surgutneftegaz, ya sufrieron sanciones previas durante la administración de Joe Biden, pero el enfoque de Trump es aún más contundente, priorizando la presión sin importar las consecuencias en el mercado global.

Putin ha amenazado con tomar medidas que podrían afectar el precio global del petróleo, hasta el punto de provocar interrupciones en el suministro mundial. Sin embargo, una escalada de los precios también podría perjudicar a sus propios aliados asiáticos, lo que complica la ecuación para Moscú.

Perspectivas y posibles escenarios

El desenlace de este pulso económico y militar dependerá de varios factores: la eficacia de las sanciones, la capacidad de Rusia para mantener su ofensiva militar y la respuesta de sus aliados asiáticos a la presión estadounidense. Una caída significativa en los ingresos energéticos rusos podría limitar la capacidad bélica del Kremlin, mientras que una toma completa del Donbás supondría un cambio radical en el conflicto.

En este contexto, la comunidad internacional observa con preocupación la evolución de los acontecimientos en Ucrania y en los mercados energéticos globales. El equilibrio entre la presión económica y la respuesta militar marcará el rumbo de la guerra en los próximos meses, con consecuencias que podrían trascender las fronteras europeas.

Nota:

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