Portugal vive su primera huelga general en 12 años contra la reforma laboral
Portugal experimenta este jueves una jornada histórica de movilización social con la celebración de su primera huelga general en doce años. La convocatoria, liderada por los principales sindicatos del país, surge como respuesta a la reforma laboral impulsada por el Gobierno de centroderecha, que según los representantes de los trabajadores, amenaza derechos fundamentales y facilita el despido.
Reforma laboral bajo crítica sindical
Los sindicatos denuncian que la nueva propuesta legislativa favorece la precarización laboral, desregula los horarios y pone en riesgo derechos consolidados como el permiso de lactancia. Según Tiago Oliveira, secretario general de la Confederación General de los Trabajadores Portugueses-Intersindical Nacional (CGTP-IN), la reforma representa un retroceso significativo en materia de derechos laborales.
Amplia participación y paralización de servicios clave
Desde las primeras horas del día, el impacto de la huelga se ha hecho sentir especialmente en el sector del transporte. En Lisboa, el metro permanece cerrado desde la medianoche y los autobuses urbanos tampoco están operando, salvo doce líneas gestionadas por Carris cuyo horario no ha sido especificado. El servicio ferroviario de media y larga distancia está suspendido en todo el país.
El aeropuerto de Lisboa también ha sido uno de los puntos más afectados, con más de 40 vuelos cancelados entre las 11:00 y las 20:00 horas, tanto en rutas nacionales como internacionales, incluyendo destinos como Madrid, París, Ámsterdam y Casablanca. Las aerolíneas, anticipando la jornada de protesta, ofrecieron a lo largo de la semana opciones de reprogramación para evitar aglomeraciones y caos en las terminales.
- Metro de Lisboa completamente cerrado
- Suspensión de trenes de media y larga distancia
- Más de 40 vuelos cancelados en el aeropuerto de Lisboa
- Servicios mínimos en sanidad
- Cierre de numerosos centros educativos
Educación y sanidad, sectores también movilizados
La Federación Nacional de los Profesores (FENPROF) confirmó que una parte significativa de las escuelas del país permanece cerrada en apoyo a la huelga. José Feliciano Costa, secretario general de FENPROF, destacó la amplia adhesión del profesorado, especialmente en el área metropolitana de Lisboa, donde se concentra el mayor número de docentes y alumnos. Costa subrayó que la reforma planteada supone una amenaza directa para la estabilidad y el reconocimiento profesional de los maestros.
En el ámbito sanitario, se mantienen únicamente los servicios mínimos en áreas críticas como urgencias, cuidados paliativos y tratamientos oncológicos. El Sindicato de los Técnicos de Emergencia Prehospitalaria, que inicialmente había anunciado su participación en la huelga, finalmente se desmarcó tras alcanzar un acuerdo con el Ministerio de Sanidad.
Marchas y manifestaciones en todo el país
A lo largo del día, están previstas marchas y concentraciones en Lisboa y en otras ciudades como Oporto, Braga, Évora, Faro, Guarda, Coimbra, Leiria, Santarém, Setúbal y Viana do Castelo. Los líderes sindicales han visitado diversos centros de trabajo para mostrar su apoyo, incluyendo fábricas automotrices y talleres municipales.
Sindicatos destacan la adhesión y advierten sobre el futuro laboral
Tiago Oliveira, de la CGTP-IN, aseguró que la huelga está logrando una “gran participación” tanto en el sector público como en el privado. “Basta ver la ciudad y comprobar que está vacía para entender la magnitud de la adhesión a la convocatoria”, señaló durante un piquete en el Hospital de Santa María de Lisboa.
Los sindicatos insisten en que la reforma laboral implica un aumento de la precariedad, la desregulación de los horarios de trabajo y la facilidad para efectuar despidos, además de suponer un ataque al derecho de huelga. En palabras de Oliveira, la respuesta de los trabajadores es “contundente ante un ataque que consideran profundamente negativo para el mundo laboral portugués”.
Perspectivas y próximos pasos
La jornada de huelga general en Portugal pone de manifiesto el profundo descontento social frente a los cambios propuestos en la legislación laboral. El elevado seguimiento y la paralización de servicios esenciales reflejan la determinación de los trabajadores y sindicatos por defender sus derechos y condiciones laborales.
A la espera de la reacción del Gobierno, los sindicatos advierten que la movilización podría continuar si no se reconsideran las reformas, manteniendo la presión y el debate en el centro de la agenda política portuguesa.
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