La paz en Gaza, en peligro ante los ataques israelíes y el drama del desplazamiento masivo
El plan de paz propuesto para la Franja de Gaza enfrenta serios obstáculos, pese al reciente acuerdo de Hamás para liberar a los rehenes. Los constantes bombardeos de Israel y la imposibilidad de reubicar a cientos de miles de desplazados complican cualquier avance hacia la resolución del conflicto, mientras la perspectiva de un Estado palestino parece alejarse cada vez más.
Un plan de paz cuestionado y ataques constantes
La reciente propuesta de paz impulsada por el presidente estadounidense Donald Trump ha suscitado escepticismo y resistencia tanto en el terreno político como humanitario. Aunque Hamás se ha comprometido a liberar a los 48 rehenes en su poder —de los cuales solo una veintena estarían vivos— y el gobierno israelí ha anunciado un cambio de estrategia hacia una postura «defensiva», los ataques en Gaza continúan. Desde el anuncio del plan, la cifra de palestinos asesinados por bombardeos israelíes supera ya los 67.000 y sigue aumentando diariamente.
El plan no contempla soluciones claras para el futuro de los cientos de miles de desplazados, quienes permanecen en una situación de extrema vulnerabilidad dentro del enclave, sin garantías de seguridad ni de un retorno seguro a sus hogares.
Negociaciones contrarreloj y presión internacional
En El Cairo continúan las negociaciones entre representantes israelíes, delegados de Hamás y mediadores de Egipto, Catar y Estados Unidos. La prioridad es la liberación de los rehenes vivos y la entrega de los cuerpos de quienes han fallecido. Donald Trump ha impuesto un plazo muy breve para que se confirme la liberación, amenazando con intensificar la presión militar sobre Hamás si no se concreta el acuerdo.
Aunque las fuerzas israelíes han detenido su avance sobre Ciudad de Gaza, los bombardeos persisten y provocan decenas de víctimas cada día. Según Trump, Hamás ha aceptado la entrega de los rehenes, pero el principal escollo radica en las condiciones y el calendario de esa liberación, así como en la presencia militar israelí dentro de Gaza.
Desacuerdos sobre la presencia militar y el futuro político de Gaza
Hamás exige una retirada más amplia de las fuerzas israelíes, mientras el primer ministro Benjamín Netanyahu aboga por mantener un control profundo en el territorio gazatí. El plan presentado por la Casa Blanca contempla «líneas de control» israelíes que, según la crítica de Hamás, parecen instaurar un régimen de ocupación más que de simple monitoreo.
- Las fuerzas israelíes mantendrían posiciones hasta 6,5 kilómetros dentro del sur de Gaza, 2 kilómetros hacia el centro y 3,5 kilómetros en el norte, tras la liberación de los rehenes, según mapas difundidos por la administración estadounidense.
- Estas líneas de control superan las propuestas en anteriores treguas, lo que incrementa la preocupación sobre la viabilidad de una paz duradera.
Netanyahu ha condicionado la retirada a la liberación total de los rehenes y al mantenimiento de la presencia militar israelí en las principales áreas de Gaza. Esta postura, junto con su negativa a reconocer un Estado palestino independiente, compromete seriamente cualquier posibilidad de estabilidad futura en la región.
El reto humanitario: desplazamiento masivo y falta de soluciones
Uno de los mayores desafíos para la implementación del plan de paz es el destino de casi dos millones de desplazados internos en Gaza, resultado de la ofensiva israelí iniciada en octubre de 2023. El desplazamiento forzado afecta ya a más del 90% de la población gazatí, obligada a abandonar sus hogares múltiples veces en busca de una seguridad que no existe en ningún punto de la Franja.
Organizaciones internacionales, como la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Amnistía Internacional y Human Rights Watch, han catalogado estos desplazamientos como crímenes de guerra, comparables a la hambruna forzada o los ataques deliberados contra civiles, hospitales y personal humanitario.
- Más de medio millón de personas tuvieron que abandonar el norte de Gaza tras ataques masivos sobre Ciudad de Gaza.
- El 92% de las viviendas del enclave han sido destruidas, dificultando cualquier intento de retorno.
- Los desplazados son frecuentemente objetivo de ataques, incluso cuando intentan regresar a sus hogares.
Zonas como Al Mawasi y la ciudad fronteriza de Rafah han recibido a la mayoría de los desplazados, pero estas áreas también han sido blanco de bombardeos y operaciones militares. El hacinamiento, la falta de recursos básicos y la destrucción generalizada han convertido la vida diaria en Gaza en una lucha por la supervivencia.
Un futuro incierto para Gaza y la región
A pesar de los esfuerzos diplomáticos, la comunidad internacional no ha logrado frenar la escalada del conflicto ni asegurar una salida digna y segura para la población gazatí. El control israelí sobre más del 80% del territorio de Gaza sigue siendo un hecho, y la posibilidad de una retirada duradera es puesta en duda por analistas y observadores internacionales.
La continuidad de la ocupación y las condiciones impuestas para el alto el fuego pueden terminar por imposibilitar la creación de un Estado palestino viable, mientras sectores extremistas israelíes abogan abiertamente por la anexión total del territorio y la eliminación del proyecto nacional palestino.
Conclusión
El plan de paz para Gaza se encuentra en una encrucijada. Las hostilidades continúan, los desplazados carecen de perspectivas de retorno seguro y la solución política permanece supeditada a intereses militares y geoestratégicos. La comunidad internacional enfrenta el desafío de evitar una catástrofe humanitaria aún mayor y de impulsar un proceso de paz realista que contemple los derechos y la seguridad de la población palestina.
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