Una ONG fantasma y versiones contradictorias: la polémica llegada de 153 gazatíes sin documentación a Sudáfrica
La reciente llegada de 153 ciudadanos gazatíes sin documentación al Aeropuerto Internacional de Johannesburgo ha generado una fuerte controversia internacional y puesto en el foco a la organización humanitaria Al-Majd, cuya existencia y actividades han sido ampliamente cuestionadas. La operación, avalada por las autoridades israelíes, ha suscitado sospechas de tráfico de personas y ha dejado en evidencia la precariedad y desesperación de quienes buscan huir del conflicto en Gaza.
- Una ONG fantasma y versiones contradictorias: la polémica llegada de 153 gazatíes sin documentación a Sudáfrica
- Una operación bajo la sombra de la incertidumbre
- Al-Majd: una ONG desconocida y sin credenciales claras
- Un contexto de desesperación y advertencias oficiales
- Implicación israelí y versiones contradictorias
- Repetición del procedimiento y sospechas de tráfico de personas
- Reacciones internacionales y repercusiones
- Conclusiones
Una operación bajo la sombra de la incertidumbre
El pasado jueves, un grupo de 153 palestinos provenientes de Gaza aterrizó en Johannesburgo tras una escala en Nairobi, Kenia. La llegada, coordinada por Al-Majd, sorprendió a las autoridades sudafricanas, ya que los pasajeros carecían de visado, billete de regreso y pasaportes sellados por Israel. Esto obligó a los recién llegados a permanecer durante 13 horas en la pista de aterrizaje, ante la imposibilidad de ingresar legalmente al país.
La Embajada Palestina en Sudáfrica emitió un comunicado en el que aseguró estar monitorizando la situación y procurando la protección de los afectados, aunque evitó ofrecer detalles adicionales debido a la sensibilidad del caso.
Al-Majd: una ONG desconocida y sin credenciales claras
La organización Al-Majd, supuesta responsable de la operación, no cuenta con antecedentes verificables ni presencia activa en redes sociales. Según su página web, creada en febrero, habría sido fundada en 2010 en Alemania y tendría una sede en el barrio de Sheikh Jarrah, en Jerusalén Este ocupado, pero no proporciona dirección física ni teléfono de contacto, únicamente un correo electrónico sin respuesta.
Grandes organizaciones como la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Unicef y la ONG israelí Physicians for Human Rights han declarado no tener conocimiento previo sobre Al-Majd. Además, según medios como Haaretz y Al Jazeera, la organización habría ofrecido a las familias gazatíes la posibilidad de empezar una nueva vida lejos del conflicto a cambio de sumas que oscilarían entre 1.400 y 2.700 dólares por persona, incluyendo bebés y niños.
Un contexto de desesperación y advertencias oficiales
La incertidumbre y desesperación por escapar de la violencia en Gaza ha llevado a algunas familias a aceptar estas condiciones a pesar de la opacidad de la operación. No obstante, el Ministerio de Asuntos Exteriores palestino ha alertado sobre los riesgos de caer en redes de trata de personas y ha pedido a los residentes de Gaza que extremen precauciones ante ofertas dudosas de evacuación.
La Embajada del Estado de Palestina en Sudáfrica también informó que Al-Majd intentó deslindarse de la responsabilidad cuando surgieron complicaciones durante la llegada del grupo.
Implicación israelí y versiones contradictorias
La salida de los gazatíes fue permitida por las autoridades israelíes. La Oficina de Emigración Voluntaria de Israel, dependiente del Ministerio de Defensa, remitió a Al-Majd a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) para coordinar la operación junto al organismo militar COGAT, encargado de los asuntos civiles en los territorios ocupados. COGAT aseguró que el grupo salió de Gaza con la aprobación de un tercer país, en este caso Sudáfrica. Sin embargo, esta versión contradice la sorpresa manifestada por el gobierno sudafricano, que no esperaba la llegada de los palestinos ni había autorizado formalmente su entrada.
Repetición del procedimiento y sospechas de tráfico de personas
La ONG sudafricana Gift the Givers, que brindó asistencia a los recién llegados, señaló que no es la primera vez que ocurre una situación similar. El pasado 28 de octubre, otro vuelo procedente de Gaza llegó a Sudáfrica bajo las mismas condiciones y también fue gestionado por Al-Majd, aunque no se sabe si en esa ocasión los pasajeros tenían visado válido.
Sarah Oosthuizen, portavoz de Gift the Givers, advirtió que la situación podría constituir un caso grave de tráfico de personas y destacó la falta de información sobre el destino y la legalidad del procedimiento.
Reacciones internacionales y repercusiones
- Organizaciones y gobiernos han mostrado preocupación ante la aparente falta de control y transparencia en la evacuación.
- La comunidad internacional pide investigar a fondo el papel de Al-Majd y las circunstancias de la salida de los gazatíes.
- El caso revive el debate sobre propuestas previas, como la sugerida por el expresidente estadounidense Donald Trump, de reubicar a gazatíes en otros países para transformar la Franja en un destino turístico, idea que ha sido ampliamente criticada.
Conclusiones
La llegada de los 153 gazatíes a Sudáfrica a través de una ONG de dudosa existencia pone de manifiesto la vulnerabilidad de quienes huyen del conflicto en Gaza y la necesidad de mecanismos internacionales claros y seguros para la protección de los refugiados. Mientras tanto, persisten los interrogantes sobre la verdadera naturaleza de la operación y la responsabilidad de las partes implicadas.
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