Moncloa tilda de «oportunistas» las críticas internas del PSOE por el caso Salazar

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Moncloa desacredita críticas internas por el caso Salazar y las califica de «intento oportunista»

El Gobierno central ha rechazado las críticas surgidas desde sectores internos del PSOE por la gestión del denominado caso Salazar, calificándolas de «desleales» hacia el presidente Pedro Sánchez. Hasta el momento, el líder del Ejecutivo no ha realizado declaraciones públicas formales sobre el asunto, más allá de comentarios informales a la prensa tras el acto del Día de la Constitución en el Congreso de los Diputados.

Acusaciones de oportunismo y pugnas internas

Fuentes gubernamentales próximas a Sánchez interpretan estas voces críticas como un «intento oportunista» de capitalizar el escándalo para modificar el equilibrio de poder en la sede socialista de Ferraz. Estas dinámicas internas, según las mismas fuentes, responderían a intereses particulares dentro del partido, más que a una auténtica preocupación por la gestión del caso.

Las tensiones han aumentado con la decisión de Moncloa de cesar a Antonio Hernández, mano derecha de Paco Salazar en el gabinete de Presidencia, medida adoptada tras el último Consejo de Ministros. Sin embargo, esta acción no parece suficiente para sofocar la crisis interna, ya que persisten las dudas sobre el posible papel de Hernández como encubridor de los presuntos acosos atribuidos a Salazar, extremo que en el Ejecutivo aseguran desconocer.

Ferraz intenta cerrar la crisis tras meses de parálisis

En la sede del PSOE, tras cinco meses de inacción, los responsables socialistas han acelerado la elaboración de un informe con conclusiones sobre el caso, con el objetivo de zanjar la crisis lo antes posible. No obstante, el partido no ha vuelto a reunir a las responsables regionales de Igualdad, quienes recientemente denunciaron que se encubrió a Salazar y reprocharon la falta de respuesta de la dirección.

A pesar de las demandas de diversos sectores internos, entre los que destaca la postura de la socialista Adriana Lastra, Moncloa y la dirección federal insisten en que el caso no será remitido a la Fiscalía. Esta decisión contrasta con la tradicional defensa del PSOE de poner siempre en conocimiento de la justicia cualquier hecho de esta naturaleza.

El presidente del Gobierno ha argumentado que no es posible trasladar el caso a la Fiscalía debido al carácter anónimo de las denuncias. No obstante, esta justificación ha generado controversia, dado que el partido históricamente ha defendido la protección de las víctimas y la necesidad de actuar judicialmente ante cualquier indicio de acoso o encubrimiento.

  • El caso Salazar continúa generando divisiones internas en el PSOE y mantiene al partido en el centro de la polémica.
  • El Gobierno busca cerrar filas en torno a Pedro Sánchez ante las críticas, tachando de oportunistas las maniobras internas.
  • La decisión de no remitir el caso a la Fiscalía sigue enfrentándose a la presión de varios sectores socialistas.

Mientras tanto, la crisis sigue abierta y la respuesta definitiva de la dirección socialista se enfrenta al desafío de restablecer la confianza tanto dentro del partido como ante la opinión pública.

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