Miles de personas protestan en Washington contra la deriva autoritaria de Trump
Este sábado, miles de ciudadanos salieron a las calles de Washington D.C. y de los 50 estados de Estados Unidos en la segunda gran convocatoria del movimiento «No Kings», una ola de movilizaciones que denuncia el giro autoritario de la administración de Donald Trump. Las manifestaciones, marcadas por la creatividad y la precaución, reflejan el creciente temor entre la población ante las políticas del presidente y la intensificación de la represión a la disidencia.
Pancartas, disfraces y anonimato
Bajo el lema «No Kings», los manifestantes se congregaron frente al Capitolio, exhibiendo pancartas y lemas que simbolizan la resistencia a cualquier forma de autoritarismo. El uso de mascarillas quirúrgicas fue masivo, no solo como medida sanitaria, sino como una estrategia para preservar el anonimato y evitar represalias. Además, se observaron numerosos disfraces de animales hinchables, una referencia a las protestas de Portland donde los trajes de rana y unicornio han servido para desmontar la narrativa oficial sobre la supuesta violencia en las calles.
Un contexto de militarización creciente
Han pasado cuatro meses desde la primera convocatoria de «No Kings» en junio, momento en el que la administración Trump desplegó la Guardia Nacional en ciudades como Los Ángeles, cruzando una línea que muchos consideraban infranqueable. Desde entonces, la presencia militar en las calles se ha normalizado y el propio presidente, en un reciente discurso en la base militar de Quantico, instó a los altos mandos a considerar las ciudades como «campos de entrenamiento» para el ejército, enfatizando la necesidad de combatir al «enemigo interno».
Cabe recordar que, en junio, los organizadores optaron por excluir Washington D.C. de la convocatoria para evitar dar pretextos a la Casa Blanca para nuevas demostraciones de fuerza. Sin embargo, Trump justificó igualmente el despliegue militar en la capital alegando problemas de seguridad, a pesar de que las estadísticas de criminalidad indicaban lo contrario.
Temor a la identificación y persecución
El clima de tensión y vigilancia se ha hecho patente entre los manifestantes. Ryan, nombre ficticio de un joven californiano de 28 años, confesó: «Es la primera vez que temo que me identifiquen en una manifestación». Relató su desánimo ante los retrocesos democráticos, especialmente en cuanto a la libertad de expresión, y recordó cómo, tras el asesinato del influencer de extrema derecha Charlie Kirk en septiembre, se desató una campaña en redes sociales para señalar y hostigar a quienes criticaban el discurso de odio de Kirk.
Ryan considera que el país vive un punto de inflexión, especialmente tras la decisión del gobierno de catalogar el antifascismo como terrorismo: «El antifascismo no es algo malo en sí, es el movimiento que puso fin al nazismo». Durante la protesta, la presencia de agentes montados, al igual que en las movilizaciones de Los Ángeles meses atrás, generó inquietud entre los asistentes.
Una movilización masiva bajo presión
La convocatoria de «No Kings» ha logrado reunir a más de 2.600 manifestaciones en todo el país, en un contexto donde la retórica oficialista ha intensificado la estigmatización de la protesta. Figuras destacadas del Partido Republicano han calificado las movilizaciones como «protestas de odio», vinculándolas al movimiento antifascista y tildando a los asistentes de «antifa», «marxistas» y «enemigos de América».
La catalogación ambigua del antifascismo como «organización terrorista» otorga a la administración un amplio margen para reprimir cualquier disidencia. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, ha sido especialmente duro en sus declaraciones, preparando el terreno para posibles medidas más restrictivas.
Organización y apoyo a la protesta
Detrás de «No Kings» se encuentran cientos de colectivos y organizaciones, tanto nacionales como locales, que han unido fuerzas para protestar contra lo que perciben como un avance autoritario del gobierno federal. Entre los principales organizadores destacan la American Civil Liberties Union (ACLU), Indivisible y nuevos grupos surgidos tras las elecciones de 2024, como el movimiento 50501.
El movimiento también ha recibido el respaldo de figuras críticas con Trump, como el abogado George Conway, quien ha donado un millón de dólares para apoyar la campaña nacional de protestas.
- Movilizaciones simultáneas en los 50 estados del país
- Presencia de grupos nacionales y locales de derechos civiles
- Campañas de hostigamiento en redes sociales tras el asesinato de Charlie Kirk
- Denuncias de uso político de la Guardia Nacional
Un país en tensión y una democracia en disputa
La masiva respuesta ciudadana bajo el lema «No Kings» evidencia la preocupación de amplios sectores de la sociedad estadounidense por el rumbo democrático del país. En un clima de creciente presión y vigilancia, la defensa de los derechos civiles y la libertad de expresión se han convertido en reivindicaciones centrales para quienes temen que el autoritarismo se instale como nueva norma en la vida política nacional.
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