Trump impone restricciones a la prensa en el Pentágono y los medios responden con firmeza, incluida Fox News
Las nuevas medidas de control informativo en el Departamento de Defensa de Estados Unidos han provocado una reacción sin precedentes por parte de los principales medios de comunicación, quienes han decidido plantarse ante las políticas impulsadas por la administración de Donald Trump. Entre los medios que han rechazado estas restricciones se encuentra incluso Fox News, tradicionalmente afín al presidente.
Restricciones inéditas al acceso de la prensa
La semana pasada, el Departamento de Defensa (DoD) emitió una nueva política de prensa que limita severamente el acceso de los periodistas a información militar. Según la normativa, los profesionales solo podrán acceder a datos proporcionados directamente por el departamento, prohibiéndose cualquier solicitud o investigación independiente. Aquellos que no aceptaran la medida antes de las cinco de la tarde del martes perderían sus credenciales de prensa.
Como consecuencia, reporteros acreditados de medios como The Washington Post, The New York Times y agencias internacionales como Associated Press, Reuters y Bloomberg, decidieron abandonar las instalaciones del Pentágono en señal de protesta. Esta acción colectiva responde al rechazo de una política que reduce la labor periodística a la mera difusión de comunicados oficiales, creando un vacío informativo en una de las instituciones más importantes del gobierno estadounidense: el Ejército.
Un precedente histórico en la cobertura militar
Desde la apertura del Pentágono en 1943, nunca se había dado una situación similar en la que los principales medios de comunicación quedaran fuera de la cobertura militar. El Departamento de Defensa administra un presupuesto anual que se aproxima al billón de dólares, proveniente de los contribuyentes, y su transparencia ha sido históricamente fundamental para la rendición de cuentas.
Aunque la preocupación por las filtraciones no es nueva entre los responsables del Pentágono, la contundencia de las actuales restricciones marca un cambio radical. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, justificó la medida apelando a la seguridad nacional, mientras que el presidente Trump mostró abiertamente su respaldo. “Me molesta tener soldados e incluso generales de alto rango expuestos a las preguntas de los periodistas, porque pueden cometer un error, y un error puede ser trágico”, afirmó el mandatario.
Medidas adicionales para controlar la información
En meses recientes, el acceso de la prensa a las instalaciones militares se ha visto reducido de forma progresiva. Actualmente, los periodistas solo pueden transitar por determinados pasillos y siempre acompañados por personal del Pentágono. Además, las comparecencias públicas tanto del secretario de Defensa como de su portavoz, Kingsley Wilson, se han vuelto excepcionales.
El endurecimiento de las políticas informativas incluye también acciones dirigidas a los empleados del departamento. Está previsto imponer acuerdos de confidencialidad aún más estrictos y realizar pruebas de polígrafo aleatorias entre los más de 5.000 trabajadores del Pentágono. Durante una reunión militar en Quantico, Hegseth anunció el fin de las denuncias anónimas dentro del Ejército, reforzando la intención de erradicar cualquier voz crítica o disidente en la institución.
Contexto: militarización y uso interno del Ejército
Las restricciones impuestas a la prensa llegan en un momento en que el presidente Trump ha comenzado a normalizar el uso del Ejército en cuestiones domésticas. El despliegue de la Guardia Nacional en al menos cinco ciudades gobernadas por demócratas, y la promesa de extenderlo a otras urbes como Nueva York, ha generado preocupación sobre la posible utilización de las fuerzas armadas como herramienta política.
Durante la mencionada reunión en Quantico, Trump animó a los altos mandos a considerar las ciudades estadounidenses como “campo de entrenamiento”, evidenciando un cambio en la doctrina tradicional sobre el empleo del Ejército en asuntos internos.
Debate constitucional y lealtad militar
El endurecimiento de las medidas informativas y la militarización de la política interna han reavivado el debate constitucional en Estados Unidos. Aunque el presidente es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, los militares han jurado lealtad a la Constitución, no a la figura presidencial. Según expertos constitucionalistas, los soldados tienen el derecho y el deber de rechazar órdenes que contravengan los principios constitucionales.
La posibilidad de que Trump invoque la Ley de Insurrección para desplegar tropas en activo dentro del país plantea una situación inédita y delicada, poniendo a las fuerzas armadas ante la disyuntiva de obedecer órdenes presidenciales o salvaguardar la legalidad constitucional.
Conclusión
Las nuevas restricciones a la labor periodística en el Pentágono representan un desafío significativo a la transparencia y la rendición de cuentas en uno de los momentos más críticos para la democracia estadounidense. La reacción unánime de los principales medios, incluida Fox News, subraya la importancia de una prensa libre e independiente para la vigilancia del poder y la protección de las instituciones democráticas.
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