Manuel de Rivacoba: El jurista español venerado en Latinoamérica y olvidado en su país
Manuel de Rivacoba y Rivacoba (1925-2000) es una figura casi desconocida en España, pero su legado permanece vivo en el ámbito jurídico de países como Argentina, Chile y Ecuador. A pesar de haber sido condenado a muerte por el franquismo y exiliado durante décadas, su pensamiento y enseñanzas han marcado profundamente a generaciones de juristas en América Latina, especialmente en el campo del derecho penal.
Un legado invisible en España, presente en América Latina
En el centenario de su nacimiento, universidades y juristas latinoamericanos celebran la figura de Rivacoba. Su nombre identifica premios y manuales de derecho penal, y su influencia es palpable en la legislación de varios países de la región. En contraste, su contribución sigue siendo ignorada en España, donde su vida estuvo marcada por la lucha contra la dictadura franquista y la defensa de los valores democráticos.
Orígenes y juventud marcada por la represión
Nacido en Madrid en 1925, hijo único de una familia vasca, Rivacoba perdió a su padre siendo adolescente. Su progenitor, militante republicano, falleció poco después de salir de prisión en 1940. Este contexto familiar influyó en el compromiso político de Rivacoba, quien, ya en su juventud, participó activamente en la resistencia antifranquista a través de la Federación Universitaria Escolar (FUE).
En 1947, con apenas 22 años, fue arrestado, torturado y sometido a un consejo de guerra. El régimen franquista lo condenó a muerte, aunque la pena fue conmutada posteriormente por 30 años de prisión. Durante su encarcelamiento, Rivacoba pudo continuar sus estudios, primero en Filosofía y luego en Derecho.
Del presidio al exilio intelectual
Tras nueve años de prisión, Rivacoba logró huir en 1957 y se refugió en Francia, para posteriormente trasladarse a Argentina. Allí comenzó una destacada carrera académica, obteniendo la cátedra de Derecho Penal en la Universidad Nacional del Litoral en Santa Fe. Además de su labor docente, mantuvo un activo compromiso político, participando en la fundación del partido Acción Republicana Democrática Española junto a otros exiliados.
El exilio no terminó en Argentina. En 1966, la represión universitaria conocida como «la noche de los bastones largos» obligó a Rivacoba a buscar refugio en Chile, donde continuó su labor académica en la Universidad de Valparaíso. Allí formó a destacados juristas, como Eugenio Raúl Zaffaroni y Haroldo Brito, quienes más tarde ocuparían altas magistraturas en Argentina y Chile, respectivamente.
Una visión del derecho orientada a la dignidad humana
La presidenta del Tribunal Constitucional de Chile, Daniela Marzi, exalumna de Rivacoba, destaca la profundidad de su pensamiento y su concepción del derecho penal como instrumento para el progreso social y la protección de la dignidad humana. Una visión que, según Marzi, hoy resulta «contracultural», pero que fue clave en la formación de generaciones de juristas latinoamericanos.
El magistrado español Ramón Sáez, durante un homenaje celebrado en la Universidad de Valparaíso, resaltó la integridad moral e intelectual de Rivacoba, así como su resistencia frente al fascismo. Subrayó también el exilio forzado de casi 200 docentes universitarios españoles tras la Guerra Civil, muchos de ellos juristas cuya obra sigue siendo poco reconocida en España.
Regreso a España y contribución en la transición chilena
A comienzos de la década de 1980, Rivacoba regresó a España, donde se incorporó como catedrático en la Facultad de Derecho de la Universidad de Córdoba. Sin embargo, la transición democrática española apenas reconoció su trayectoria, una situación compartida por numerosos intelectuales exiliados.
Tras su jubilación, Rivacoba volvió a Chile en 1990, coincidiendo con la transición democrática tras la dictadura de Pinochet. Fue entonces cuando desempeñó un papel relevante como asesor jurídico, elaborando un informe clave para el posible enjuiciamiento del exdictador, en el que señalaba la responsabilidad de Pinochet en las desapariciones forzadas. También colaboró en la redacción de leyes penales para otros países latinoamericanos, como Ecuador.
El último adiós a un referente del derecho penal
Manuel de Rivacoba falleció el 30 de diciembre de 2000 en Santiago de Chile. Su legado, especialmente su concepción humanista del derecho y su resistencia frente a la injusticia, sigue vivo en la memoria de sus discípulos y en los sistemas jurídicos latinoamericanos.
- Su vida ejemplifica el compromiso con la justicia y la defensa de los derechos humanos.
- Su obra y pensamiento siguen influyendo en la formación de juristas en América Latina.
- En España, sin embargo, su figura espera aún el reconocimiento que merece.
El recuerdo de Rivacoba, como señalan quienes le conocieron y aprendieron de él, es el de un intelectual íntegro, comprometido con la libertad y la dignidad humana, cuya vida y obra trascienden fronteras y generaciones.
Nota:
Los contenidos publicados en este sitio han sido generados y/o reelaborados mediante el uso de herramientas de inteligencia artificial.
elpuebloinforma.com declina toda responsabilidad, directa o indirecta, por eventuales errores, inexactitudes, omisiones u otras irregularidades presentes en los textos.
El usuario reconoce que dichos contenidos tienen exclusivamente fines informativos y no pueden sustituir en ningún caso fuentes oficiales ni asesoramientos profesionales.