La UE presiona a Bélgica para destinar fondos rusos congelados a ayuda militar para Ucrania

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La UE intensifica la presión sobre Bélgica para utilizar fondos rusos congelados en ayuda militar a Ucrania

La Unión Europea (UE) se encuentra en medio de una compleja batalla diplomática para convencer a Bélgica de autorizar el uso de fondos rusos congelados con el objetivo de financiar el apoyo militar a Ucrania. Con la mayoría de los Estados miembros y la Comisión Europea a favor de esta medida, el gobierno belga, encabezado por Bart De Wever, se ha convertido en el principal obstáculo para desbloquear miles de millones de euros retenidos en territorio comunitario.

Antecedentes: la respuesta europea a la guerra en Ucrania

Desde el inicio de la invasión rusa, la UE ha liderado la asistencia internacional a Ucrania, destinando recursos económicos y militares sin precedentes. Sin embargo, esta postura ha supuesto importantes costes internos, como la crisis energética y el aumento de los precios, además de una acelerada carrera armamentística ante la incertidumbre sobre el respaldo estadounidense bajo la administración de Donald Trump.

En este contexto, la UE busca evitar nuevas cargas financieras directas y plantea recurrir al uso de activos rusos congelados como alternativa para mantener el apoyo a Kiev.

Los fondos rusos en el centro del debate

Actualmente, la UE mantiene bloqueados alrededor de 210.000 millones de euros en activos rusos, de los cuales aproximadamente el 85% se encuentra depositado en el fondo de inversión Euroclear, con sede en Bruselas. Esta concentración convierte a Bélgica en actor clave para cualquier decisión sobre el destino de estos recursos.

El gobierno de Bart De Wever, líder de la Nueva Alianza Flamenca, ha manifestado serias reservas respecto a la legalidad y las potenciales consecuencias económicas y geopolíticas de liberar estos fondos en favor de Ucrania, bloqueando así el acuerdo en el seno europeo.

Dudas legales y temores a represalias

Las preocupaciones belgas no son aisladas. Cuando la Comisión Europea presentó inicialmente la propuesta para utilizar los fondos rusos, países influyentes como Francia y Alemania compartieron inquietudes legales, temiendo posibles violaciones del derecho internacional. Estos gobiernos advierten que, al finalizar el conflicto, Rusia podría exigir la devolución de los activos, lo que sumaría incertidumbre a los mercados financieros.

Para disipar estas dudas, la Comisión ha ofrecido garantías jurídicas a los Estados miembros y ha sugerido alternativas, como el aumento de ayudas bilaterales o la emisión de deuda comunitaria. Sin embargo, estas opciones encuentran resistencia entre varios países, reacios a asumir nuevas obligaciones presupuestarias.

Presión diplomática y avances recientes

Más allá de la reticencia de Bélgica y de los países abiertamente prorrusos como Hungría y Eslovaquia, Bruselas ha logrado convencer al resto de socios europeos. La presión ha llegado al punto de que el canciller alemán viajó recientemente a Bruselas, acompañado de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un intento de persuadir a De Wever. No obstante, el encuentro concluyó sin acuerdo y Bélgica mantuvo su postura.

A las dudas legales se suma el temor a represalias por parte de Moscú. El presidente ruso, Vladímir Putin, ya ha lanzado advertencias directas contra Bélgica y el Banco Central de Rusia ha presentado acciones legales en la justicia rusa contra Euroclear. Pese a ello, Bruselas asegura que cualquier consecuencia judicial recaería sobre toda la UE y no únicamente sobre Bélgica.

Nuevas medidas para aumentar la presión

La UE continúa incrementando la presión sobre el gobierno belga. Esta semana, tanto en el Consejo de Exteriores como en la cumbre de líderes europeos, el uso de los fondos rusos será un tema central. Como medida adicional, los Estados miembros han aprobado por vía de urgencia el mantenimiento indefinido del bloqueo a los activos rusos, una decisión que busca evitar eventuales vetos futuros de Hungría o Eslovaquia.

Aunque esta medida también generaba dudas legales, la Comisión Europea decidió adelantarla para reforzar la presión sobre Bélgica y facilitar el acuerdo para enviar los fondos a Ucrania.

Perspectivas de acuerdo

Fuentes diplomáticas señalan que Bélgica ha comenzado a suavizar su postura, mostrando disposición a explorar vías alternativas para destinar los fondos congelados a la defensa ucraniana. Además, el tono público del gobierno belga respecto a la medida se ha moderado, lo que genera optimismo entre los socios europeos sobre la posibilidad de alcanzar un consenso en los próximos días.

  • La UE lidera la ayuda internacional a Ucrania pero busca aliviar la carga financiera sobre sus propios Estados.
  • Bélgica, clave por albergar la mayoría de los fondos rusos congelados, sigue mostrando reservas legales y políticas.
  • La presión diplomática y nuevas medidas comunitarias podrían propiciar un acuerdo inminente.

El desenlace de esta negociación será crucial para determinar la capacidad de la Unión Europea de responder con firmeza y unidad ante el desafío que representa la guerra en Ucrania y las consecuencias del conflicto para la seguridad y economía del continente.

Nota:

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