La posible entrada en prisión de Ábalos sitúa al Gobierno ante un bloqueo parlamentario
La situación política en el Congreso de los Diputados podría experimentar un giro decisivo si José Luis Ábalos, exministro y actual diputado, ingresa en prisión preventiva y decide mantener su acta parlamentaria. Esta circunstancia privaría al Gobierno de un voto crucial en un contexto de equilibrio inestable, donde cada escaño cuenta para la aprobación de iniciativas legislativas.
El voto de Ábalos, clave en el tablero parlamentario
El Ejecutivo ha afrontado ya importantes dificultades para sacar adelante sus propuestas legislativas tras el distanciamiento de Junts, formación que ha pasado de apoyar a la mayoría «progresista» a optar por la abstención en las votaciones más relevantes. La pérdida del voto de Ábalos, siempre alineado con el PSOE, incrementa la fragilidad del Gobierno en el Congreso.
Actualmente, el bloque formado por PP, Vox y UPN suma 171 escaños. El resto de grupos, incluyendo al PSOE y a sus socios habituales, alcanzan 172 escaños cuando Junts se abstiene, siempre y cuando Ábalos participe en la votación. Sin embargo, si Ábalos es suspendido de sus funciones como diputado por estar en prisión preventiva —tal y como establece el artículo 21 del Reglamento del Congreso—, perdería su derecho a voto y su salario, aunque conservaría el escaño.
Implicaciones reglamentarias: suspensión de derechos pero no del escaño
El citado artículo del Reglamento determina que los diputados en prisión preventiva quedan suspendidos en sus derechos y deberes parlamentarios, pero no pierden la condición de parlamentarios. Esto genera un escenario de empate permanente en las votaciones en las que Junts se abstenga, siempre que todos los diputados estén presentes: 171 votos a favor y 171 en contra.
El artículo 88 del Reglamento establece el procedimiento en caso de empate:
- Se realiza una segunda votación.
- Si persiste el empate, la Presidencia puede suspender la votación durante un plazo razonable.
- Tras el plazo, se repite la votación y, si vuelve a producirse empate, la iniciativa queda automáticamente rechazada.
Esto implica que el Gobierno podría ver bloqueadas todas sus iniciativas parlamentarias en las que no cuente con el apoyo explícito de Junts. La abstención de estos diputados equivaldría, de facto, a una derrota parlamentaria para el Ejecutivo, salvo que consigan su respaldo en cada votación.
Sin cambios en los márgenes de la mayoría absoluta
En los días previos a la decisión del Tribunal Supremo sobre la situación de Ábalos, algunos miembros de la Mesa del Congreso barajaron la posibilidad de reducir el número de diputados en activo —de 350 a 349— para ajustar la mayoría absoluta y evitar el actual bloqueo. Esta alternativa, que implicaría rebajar el cuórum necesario de 176 a 175 votos, ha sido finalmente descartada por el momento.
No obstante, cabe señalar que durante la presente legislatura la mayoría absoluta ha sido invocada en contadas ocasiones, principalmente para la aprobación de leyes orgánicas. El Gobierno, en minoría parlamentaria, ha optado habitualmente por la vía del Decreto Ley, cuya convalidación requiere únicamente mayoría simple.
Un escenario de máxima inestabilidad política
La posible suspensión de José Luis Ábalos como diputado en pleno ejercicio de sus funciones parlamentarias aboca al Ejecutivo a una situación de bloqueo que podría prolongarse en el tiempo. Salvo un cambio de postura por parte de Junts, el Gobierno se enfrenta a la imposibilidad de aprobar nuevas medidas en el Congreso, lo que incrementa la tensión y la incertidumbre en un periodo político ya de por sí delicado.
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