Las 72 horas decisivas que precipitaron la dimisión de Mazón y sitúan a Vox en el centro de la negociación
La reciente dimisión de Carlos Mazón como presidente de la Comunidad Valenciana ha desencadenado un periodo de incertidumbre política en la región. Ahora, la viabilidad de una nueva investidura del Partido Popular (PP) depende de la decisión que tome Vox, liderado por Santiago Abascal, sobre si apoyar o no la candidatura del PP, o bien forzar una convocatoria electoral anticipada.
Una renuncia anunciada tras meses de desgaste
La salida de Mazón era considerada por muchos como el desenlace de una crisis política prolongada. Sus intentos por mantenerse como candidato y mejorar su imagen pública no fueron suficientes para revertir una situación marcada por errores de gestión y contradicciones, especialmente a raíz de su actuación tras la dana, una catástrofe natural ocurrida hace un año. La negativa a declarar la emergencia nacional y su actitud durante los momentos más críticos minaron su credibilidad.
El punto de inflexión se produjo durante el funeral de las víctimas de la dana, donde Mazón fue recibido con abucheos e insultos. La tensión se vio amplificada por la reacción del Gobierno central y, tras este episodio, Mazón comunicó por teléfono a Alberto Núñez Feijóo su decisión de abandonar el cargo.
Negociaciones internas y una decisión inevitable
Estaba previsto que Mazón y Feijóo se reunieran el 7 de noviembre para analizar la situación política del último año. Sin embargo, los acontecimientos se precipitaron y la cita resultó innecesaria. El jueves 30 de noviembre, Mazón anunció públicamente que iniciaba un “tiempo de reflexión”, anticipando lo que sería su dimisión formal días después.
Durante el viernes 31 y el fin de semana, las conversaciones entre Mazón y la dirección nacional del PP continuaron, mientras la cúpula del Partido Popular de la Comunidad Valenciana (PPCV) celebraba reuniones regulares. Desde Génova se descartó cualquier presión para designar un nuevo candidato y se negó haber propuesto nombres, como el de Vicent Mompó o la alcaldesa María José Catalá.
Las conversaciones se retomaron el domingo 2 de noviembre, pero el foco se mantuvo en gestionar la salida de Mazón, sin abordar aún la sucesión. La elección del candidato a las próximas elecciones se pospone hasta aclarar el escenario de investidura.
Un proceso de investidura en manos de Vox
El acuerdo entre Feijóo y Mazón se comunicó el viernes, pero la dimisión no se hizo efectiva hasta seis horas después, lo que generó cierta confusión y puso en marcha el calendario electoral. Según la legislación vigente, existe un plazo de doce días para proponer un nuevo candidato y, posteriormente, se celebrará el pleno de investidura.
- Si la investidura fracasa, hay dos meses para alcanzar un acuerdo.
 - En caso contrario, las Cortes Valencianas se disolverán y se convocarán elecciones 54 días después.
 
La clave ahora la tiene Vox, ya que su decisión es fundamental para evitar nuevas elecciones. Por el momento, no ha habido contactos formales entre PP y Vox, y Santiago Abascal ha manifestado abiertamente su descontento con la salida de Mazón, a quien considera un “chivo expiatorio” entregado por el PP al Gobierno central.
Escenarios abiertos y negociaciones complejas
Mientras se especula con Juanfran Pérez Llorca como posible presidente de transición, el PP defiende que no negociará el nombre del candidato con Vox, sino únicamente su apoyo a la investidura. El PPCV será el encargado de liderar las conversaciones, siguiendo un esquema similar al de las anteriores elecciones autonómicas.
El futuro político de la Comunidad Valenciana queda, por tanto, pendiente de las decisiones que se tomen en los próximos días, en un clima de tensión e incertidumbre donde Vox tiene la última palabra sobre la gobernabilidad regional.
Nota:
Los contenidos publicados en este sitio han sido generados y/o reelaborados mediante el uso de herramientas de inteligencia artificial.
elpuebloinforma.com declina toda responsabilidad, directa o indirecta, por eventuales errores, inexactitudes, omisiones u otras irregularidades presentes en los textos.
El usuario reconoce que dichos contenidos tienen exclusivamente fines informativos y no pueden sustituir en ningún caso fuentes oficiales ni asesoramientos profesionales.