La antigua Cárcel de Carabanchel es declarada Lugar de Memoria Democrática
El Gobierno ha oficializado la declaración de la antigua prisión provincial de hombres de Madrid, conocida popularmente como la Cárcel de Carabanchel, como Lugar de Memoria Democrática. Esta decisión, publicada recientemente en el Boletín Oficial del Estado (BOE), tiene como objetivo preservar el recuerdo histórico de uno de los principales símbolos represivos de la dictadura franquista y avanzar en el reconocimiento institucional de las víctimas del régimen.
Un símbolo del terror franquista
Construida entre 1940 y 1944 sobre las ruinas de la antigua Cárcel Modelo, destruida durante la Guerra Civil, la Cárcel de Carabanchel fue erigida por el régimen franquista mediante el trabajo forzoso de cerca de un millar de presos republicanos. Su imponente diseño panóptico, con seis galerías radiales bajo una gran cúpula de hormigón de 32 metros de diámetro, permitía una vigilancia total, materializando la lógica de control absoluto característica del autoritarismo de la época.
El complejo penitenciario albergaba, además de las celdas, la Escuela de Estudios Penitenciarios, el Hospital General Penitenciario, un reformatorio de jóvenes, un hospital psiquiátrico y un departamento femenino. Aunque concebida para mil internos, desde su inauguración en 1944, la prisión sufrió una grave masificación, llegando a albergar a miles de personas en condiciones infrahumanas: celdas pequeñas, falta de calefacción, higiene deficiente, agua escasa, duchas semanales y alimentación insuficiente, sumado a los frecuentes abusos por parte del personal.
Represión, ejecuciones y resistencia
La Cárcel de Carabanchel no solo fue escenario de represión, sino también de aplicación sistemática de la pena capital. Entre 1944 y 1975, se documentaron más de doscientas ejecuciones, incluyendo casos emblemáticos como los anarquistas Francisco Granado y Joaquín Delgado, ajusticiados a garrote vil en 1963, y los militantes del FRAP José Humberto Baena, José Luis Sánchez-Bravo y Ramón García Sanz, fusilados en 1975 durante las últimas ejecuciones del franquismo.
Por sus celdas pasaron numerosas figuras destacadas de la resistencia política, el sindicalismo y la cultura española, como Marcelino Camacho, Nicolás Sartorius, Miguel Boyer, Enrique Múgica, Fernando Savater, Marcos Ana, Ramón Tamames, Miguel Gila, Nicolás Redondo, Fernando Arrabal y Eduardo Saborido, entre otros. La prisión se convirtió así en un reflejo de la diversidad de personas perseguidas por sus ideas, actividad sindical, orientación sexual o situación social, conformando un microcosmos de la represión ejercida sobre la sociedad española bajo la dictadura.
La prisión durante la Transición
Durante la Transición democrática, la Cárcel de Carabanchel fue epicentro de las protestas y revueltas protagonizadas por la Coordinadora de Presos en Lucha (COPEL), que reclamaba amnistía, derechos básicos y reformas profundas del sistema penitenciario. Estos movimientos pusieron de manifiesto la persistencia de prácticas autoritarias en las cárceles españolas y derivaron en episodios trágicos, como el asesinato del joven anarquista Agustín Rueda Sierra, quien murió en 1978 tras ser torturado por funcionarios.
Reconocimiento y preservación de la memoria
Actualmente, solo permanecen algunos vestigios materiales de la antigua prisión: el pórtico de entrada, un tramo del muro exterior, el antiguo hospital penitenciario —hoy Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE)— y restos subterráneos de celdas y galerías. Todos estos elementos, situados en la avenida de los Poblados del barrio de Carabanchel, serán objeto de actuaciones destinadas a preservar y promover la memoria de este lugar emblemático.
El Estado, a través del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática, desarrollará una serie de iniciativas con fines conmemorativos, didácticos y reparadores, que incluyen:
- Realización de recursos audiovisuales y digitales explicativos sobre la historia de la cárcel.
- Instalación de placas, paneles y distintivos memoriales interpretativos en los vestigios conservados.
- Señalización de puntos de reconocimiento de las víctimas de violaciones de derechos humanos.
- Promoción de un centro memorial dedicado a la divulgación de la represión franquista y la defensa de los derechos humanos.
- Creación de un archivo digital con documentos y testimonios relacionados con la cárcel, disponible en el portal web de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática.
Un espacio para la memoria democrática
El reconocimiento de la Cárcel de Carabanchel como Lugar de Memoria Democrática se suma a otros enclaves recientemente protegidos, como la Real Casa de Correos y la tapia de fusilamiento del cementerio del este de Madrid, donde cerca de 3.000 personas fueron ejecutadas tras la Guerra Civil. Estas declaraciones representan un avance en el compromiso institucional con la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas del franquismo y la defensa de los valores democráticos en la sociedad española.
Con estas acciones, el Gobierno busca garantizar que la memoria de quienes sufrieron represión y vejaciones en Carabanchel permanezca viva, contribuyendo a la reflexión colectiva sobre el pasado reciente y fomentando el respeto a los derechos humanos y la convivencia en democracia.
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