Junts se prepara para decidir sobre la ruptura con el PSOE mientras Sánchez solicita tiempo
La relación entre Junts y el PSOE, surgida a raíz del denominado Acuerdo de Bruselas que facilitó la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, atraviesa su momento más crítico. Tras más de dos años de tensiones, el desenlace podría estar próximo. El presidente de Junts, Carles Puigdemont, ha convocado para el próximo lunes una reunión clave de la Ejecutiva del partido en Perpinyà, donde se podría decidir el futuro de la alianza con el Ejecutivo socialista.
Un ambiente de ruptura inminente
Fuentes de Junts admiten que “la paciencia y el crédito se han agotado”. La advertencia pública de Míriam Nogueras, portavoz en el Congreso, dejó claro el creciente malestar: “Quizá debería hablarse menos de cambios de horario y empezar a hablar de la hora del cambio”, reclamó esta semana durante la sesión de control al Gobierno. El lunes, día que coincide con el octavo aniversario de la Declaración de Independencia del Parlament, será decisivo para el futuro de la relación entre ambos partidos.
Aunque desde Junts se insiste en que la convocatoria responde al calendario previsto, la dirección del partido reconoce que la relación con el PSOE y el Gobierno español será el tema central de la reunión. Se analizará en profundidad el grado de cumplimiento del acuerdo y no se descarta que la ruptura se concrete en ese mismo encuentro.
Sánchez solicita tiempo y advierte de una posible involución
Por su parte, Pedro Sánchez ha reiterado su compromiso de cumplir, en la medida de lo posible, los acuerdos alcanzados con Junts. No obstante, ha advertido que una ruptura podría facilitar la llegada del Partido Popular (PP) y Vox al Gobierno, lo que supondría una «involución» en el avance político desde 2018.
Según fuentes cercanas a Junts, Sánchez y destacados dirigentes socialistas estarían maniobrando para evitar la ruptura, estableciendo contactos directos con representantes de Junts. No obstante, no se confirma la posibilidad de una conversación directa entre Sánchez y Puigdemont para reconducir la situación.
Principales puntos de fricción
- El bloqueo del traspaso de competencias en inmigración a la Generalitat, debido al voto en contra de Podemos.
- La falta de avances en el reconocimiento del catalán como lengua oficial en la Unión Europea.
- La aplicación de la ley de amnistía, que sigue impidiendo el regreso de Puigdemont a Cataluña.
- El incremento de la presión fiscal a los autónomos y el bloqueo de iniciativas de Junts sobre empleo y multirreincidencia.
Estos desacuerdos han deteriorado gravemente la confianza entre Junts y el PSOE. Desde la formación independentista se señala que, a pesar de haber alcanzado acuerdos en la mesa de negociación de Suiza, “luego no se han cumplido”. En caso de ruptura, Junts solicitaría al mediador internacional, el diplomático Francisco Galindo, que haga públicos los incumplimientos del PSOE.
Implicaciones políticas de la posible ruptura
Si finalmente se consuma la ruptura, Junts retiraría su apoyo parlamentario clave al Gobierno, comenzando por votar en contra de los presupuestos generales. Esto supondría la desactivación de la mesa de diálogo de Suiza, donde hasta ahora Puigdemont y representantes socialistas, como el ex secretario de Organización Santos Cerdán (actualmente encarcelado), venían negociando periódicamente.
No obstante, desde Junts descartan respaldar una moción de censura junto a PP y Vox para desbancar a Sánchez y permitir la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia. La dirección del partido insiste en que la decisión final se adoptará de forma colegiada dentro de la Ejecutiva, tras evaluar el cumplimiento de los acuerdos pactados.
La posición del Gobierno central
Pedro Sánchez ha defendido públicamente que su Ejecutivo ha propiciado “un cambio indiscutible” en Cataluña desde 2018, señalando que algunos asuntos, como el reconocimiento del catalán en Europa o la gestión de la inmigración, no dependen exclusivamente del Gobierno central. “Estamos haciendo el trabajo, pero exige tiempo”, ha remarcado desde Bruselas.
Contexto y antecedentes
En enero, coincidiendo con el primer aniversario del Acuerdo de Bruselas, Junts ya amagó con presentar una cuestión de confianza a Sánchez, aunque finalmente desistió tras la mediación internacional. Sin embargo, el endurecimiento del discurso de Junts en el Congreso y el Parlament refleja el agotamiento de la vía negociadora, según fuentes parlamentarias de la formación.
Las demandas de Junts incluyen una mayor ejecución presupuestaria en Cataluña, la reducción del déficit fiscal y la aprobación de medidas para combatir la multirreincidencia y la ocupación de viviendas. El rechazo al traspaso de competencias ha llevado a la formación a exigir la aprobación de decretos estatales, aunque la falta de mayoría parlamentaria dificulta su ratificación.
Perspectivas y consecuencias
Todo apunta a que la Ejecutiva de Junts optará por la ruptura, aunque son conscientes de que su capacidad de influencia política en Madrid se vería seriamente mermada. La negativa a impulsar una moción de censura y la falta de intención de convocar elecciones generales por parte del Gobierno limitan el alcance inmediato de la medida.
El desenlace de esta crisis marcará el futuro de la legislatura y la estabilidad del Ejecutivo de Pedro Sánchez, que afronta un otoño decisivo en su relación con los independentistas catalanes. Para Junts, “el tiempo de los ultimátums ha terminado” y el PSOE “no ha sabido aprovecharlo”, sentenció Míriam Nogueras, anticipando un giro radical en la estrategia del partido.
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