José Antonio Kast lidera histórico giro a la ultraderecha en Chile

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El avance de la ultraderecha en Chile: claves de la victoria de José Antonio Kast

La ultraderecha ha marcado un nuevo hito en América Latina tras la victoria de José Antonio Kast en las elecciones presidenciales de Chile. El líder del Partido Republicano se impuso en la segunda vuelta celebrada el pasado 14 de diciembre, consolidando un giro político que pone fin a décadas de alternancia entre fuerzas tradicionales. Kast, quien recibió el respaldo de los principales grupos de derecha, representa una corriente conservadora que ha ido ganando terreno en la región.

¿Quién es José Antonio Kast?

Proveniente de una familia de migrantes alemanes, José Antonio Kast encarna una figura profundamente conservadora dentro del espectro político chileno. Padre de nueve hijos y vinculado a la secta ultracatólica Schöenstatt, ha basado su discurso en tres pilares fundamentales: Dios, patria y familia.

Su estrategia política guarda similitudes con la de líderes internacionales como Donald Trump, mientras que en lo económico se identifica con posturas liberales radicales similares a las del presidente argentino Javier Milei. En el contexto internacional, Kast mantiene vínculos ideológicos con partidos como Vox en España. No menos relevante es su defensa del golpe de Estado encabezado por Augusto Pinochet en 1973, un hecho que hasta hace poco era motivo de rechazo en gran parte de la sociedad chilena.

De la protesta social al auge de la extrema derecha

Para comprender el ascenso de la ultraderecha en Chile, es necesario retroceder al estallido social de 2019. Aquella ola de protestas, originada por el alza en el precio del transporte público, derivó en un amplio movimiento que puso en el centro del debate la desigualdad, el alto costo de vida y la crisis de representación democrática.

La respuesta del gobierno de Sebastián Piñera fue una represión severa, que dejó como saldo miles de heridos y decenas de víctimas fatales. Este clima de descontento y demanda de cambios propició el triunfo en 2021 de Gabriel Boric, con una agenda progresista que incluía la redacción de una nueva Constitución. Sin embargo, tras dos intentos fallidos de reemplazar la carta magna heredada de la dictadura, el impulso reformista perdió fuerza.

El «péndulo chileno» y la victoria de Kast

Chile ha experimentado en las últimas dos décadas una marcada tendencia a alternar gobiernos de distintos signos políticos, reflejando un voto más castigador que ideológico. Este fenómeno, conocido como el «péndulo chileno», ha impedido la consolidación de proyectos a largo plazo y ha facilitado la emergencia de opciones radicales durante periodos de crisis.

En las elecciones de 2021, Kast ya había alcanzado un 44% de los votos, situándose como una alternativa de peso. En esta tercera candidatura, logró imponerse con el 58% en la segunda vuelta, superando a la candidata comunista Jeannette Jara. Su éxito se explica, en parte, por el desencanto con las fuerzas tradicionales y por una retórica que apela a valores conservadores y a la promesa de orden ante la incertidumbre.

Factores clave en el triunfo de la ultraderecha

  • Desgaste de la agenda progresista: El fracaso de los procesos constituyentes minó la confianza en el cambio institucional.
  • Inestabilidad social y política: La polarización y el temor a la inseguridad favorecieron discursos de mano dura.
  • Influencia internacional: La sintonía de Kast con figuras internacionales de la ultraderecha y el liberalismo económico reforzó su perfil.
  • Voto de castigo: El electorado optó por una alternativa opuesta ante el desgaste de los gobiernos anteriores.

Un nuevo escenario para Chile y América Latina

La llegada de José Antonio Kast al poder supone un cambio profundo en la política chilena. La legitimación de figuras asociadas al pasado dictatorial y la consolidación de un discurso ultraconservador plantean nuevos desafíos para la democracia y la convivencia social en el país. Este giro, además, se inscribe en una tendencia regional donde las fuerzas de ultraderecha ganan protagonismo ante el desgaste de los proyectos progresistas.

El futuro de Chile estará marcado por la capacidad de las instituciones y la sociedad civil para responder a este nuevo contexto, en un escenario donde el debate sobre derechos, libertades y memoria histórica vuelve a estar en el centro de la agenda nacional.

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