Inundaciones arrasan el sudeste asiático: más de 1.100 muertos en Indonesia, Sri Lanka y Tailandia

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Más de 1.100 muertos en Indonesia, Sri Lanka y Tailandia tras graves inundaciones

Las intensas lluvias torrenciales que han azotado el sudeste asiático en los últimos días han provocado devastadoras inundaciones en Indonesia, Sri Lanka y Tailandia. El saldo preliminar hasta este lunes asciende a 1.146 fallecidos, centenares de desaparecidos y millones de personas afectadas, con la isla indonesia de Sumatra como uno de los epicentros más golpeados.

Indonesia: la región más afectada

En Indonesia, la Agencia Nacional para la Gestión de Desastres (BNPB) elevó rápidamente la cifra de muertes confirmadas, pasando en solo cuatro horas de 502 a 604 víctimas mortales en las provincias de Sumatra Septentrional, Aceh y Sumatra Occidental, donde residen más de 20 millones de personas.

Según el último balance oficial, hasta las 20:00 hora local, se contabilizaban 2.600 heridos y aproximadamente 570.000 evacuados. Las autoridades continúan actualizando estos datos a medida que avanza la jornada y se accede a nuevas zonas afectadas.

Los equipos de rescate indonesios buscan a 464 personas reportadas como desaparecidas. Sin embargo, el acceso a muchas áreas sigue siendo extremadamente difícil debido a árboles caídos, ríos desbordados y deslizamientos de tierra provocados por la fuerza del agua.

El fenómeno meteorológico que desencadenó la catástrofe está relacionado con la temporada de monzones y un inusual ciclón tropical que impactó la isla la semana pasada. Las pérdidas materiales en las regiones devastadas ya se estiman en alrededor de 4.000 millones de dólares.

En este contexto, el presidente de Indonesia, Prabowo Subianto, visitó las zonas más afectadas de Sumatra del Norte. Las autoridades locales han solicitado al Gobierno la declaración de desastre nacional, una medida excepcional que solo se ha implementado en tres ocasiones en las últimas tres décadas.

Sri Lanka: aumento de víctimas y riesgo sanitario

En Sri Lanka, la situación continúa agravándose con el paso de las horas. El número de fallecidos ha aumentado de 193 a 366 en apenas 24 horas, y los desaparecidos se han duplicado, pasando de 200 a 367, según el último informe del Centro de Gestión de Desastres (DMC).

Más de 1,1 millones de personas se han visto directamente afectadas por las inundaciones, y cerca de 200.000 permanecen desplazadas en refugios temporales tras perder sus hogares o quedar aisladas por la destrucción de infraestructuras esenciales.

Las autoridades sanitarias de Sri Lanka han advertido sobre un elevado riesgo de brotes de enfermedades como dengue, diarrea y leptospirosis, debido a la acumulación de lodo, basura y agua estancada. Algunos hospitales en las zonas más afectadas operan con graves limitaciones por cortes de electricidad, escasez de agua potable y un aumento constante de pacientes.

Tailandia: labores de limpieza y reconstrucción

En Tailandia, el foco de las autoridades está puesto en las operaciones de limpieza y reconstrucción, mientras el nivel de las aguas comienza a descender en el sur del país. Las inundaciones han dejado hasta el momento 176 fallecidos, afectando a doce provincias meridionales y a casi 4 millones de personas, según datos del Departamento para el Control y Mitigación de Desastres.

La provincia de Songkhla se cuenta entre las más castigadas, con 138 de las víctimas mortales y zonas donde el agua alcanzó los tres metros de altura. El primer ministro tailandés, Anutin Charnvirakul, visitó la ciudad de Hat Yai para coordinar junto a autoridades y representantes del sector privado los esfuerzos de recuperación y supervisar la respuesta ante la emergencia.

Desafíos para la reconstrucción y la salud pública

La magnitud del desastre ha puesto a prueba la capacidad de respuesta de los gobiernos y de las organizaciones humanitarias en la región. Las prioridades inmediatas son el rescate de supervivientes, la atención sanitaria de emergencia y la provisión de refugio y alimentos a los damnificados.

  • Evacuación y asistencia a centenares de miles de personas desplazadas.
  • Restauración de servicios básicos, como electricidad y agua potable.
  • Prevención de brotes de enfermedades infecciosas.
  • Reconstrucción de infraestructuras dañadas, especialmente carreteras y puentes.

Mientras las aguas empiezan a retroceder, la región se enfrenta a un largo proceso de recuperación en el que será fundamental el apoyo internacional y la coordinación entre los países afectados para mitigar las consecuencias de este desastre natural.

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