Reñida contienda electoral en Honduras: menos de medio punto separa a los candidatos presidenciales
El proceso electoral en Honduras vive momentos de alta tensión tras la reanudación del escrutinio de votos, que estuvo paralizado durante tres días. Los resultados parciales muestran una diferencia mínima entre los dos principales candidatos a la presidencia, lo que ha generado incertidumbre y preocupación tanto a nivel nacional como internacional.
Nariz a nariz: Nasry Asfura y Salvador Nasralla
Con el 91,62% de las actas escrutadas, Nasry Asfura, representante del conservador Partido Nacional y exalcalde de Tegucigalpa, lidera con el 40,10% de los votos. Asfura, quien ha recibido apoyo explícito por parte del expresidente estadounidense Donald Trump, mantiene una ventaja muy ajustada sobre Salvador Nasralla, el candidato del Partido Liberal de tendencia centrista y conocido presentador de televisión, que suma el 39,72% de los sufragios.
La diferencia entre ambos se ha reducido a poco más de 11.200 votos, una brecha que disminuyó significativamente respecto a los 20.000 votos que los separaban al reanudarse el conteo. En tercer lugar se ubica Rixi Moncada, candidata del oficialista partido LIBRE y exministra de corte izquierdista, con el 19,16% de las preferencias, acumulando la mitad de votos en comparación con sus principales rivales.
Irregularidades y retos en el escrutinio
El proceso electoral se ha visto marcado por la paralización del conteo de votos desde la tarde del viernes, cuando el porcentaje de actas contabilizadas era del 88,02%. Al reiniciarse el lunes, el porcentaje era ligeramente inferior, situación que el Consejo Nacional Electoral (CNE) aún no ha explicado.
Según el CNE, aproximadamente el 14% de las actas presentan inconsistencias que deberán ser revisadas detalladamente. Especial atención ha despertado el caso del municipio de San Antonio de Flores, donde menos de 5.000 ciudadanos estaban habilitados para votar y la instalación de mesas receptoras fue obstaculizada inicialmente por denuncias de irregularidades.
Reacciones oficiales y clima político
La presidenta del CNE, Ana Paola Hall, comunicó a través de su cuenta oficial en la red social X que el conteo se reanudaba tras la implementación de «acciones técnicas necesarias» y bajo auditoría externa. Además, instó a los candidatos a estar atentos y a presentar impugnaciones conforme a la ley si así lo consideran oportuno.
Mientras tanto, organismos internacionales han pedido celeridad y transparencia en el proceso, instando a las autoridades a tomar medidas para fortalecer la confianza ciudadana en el resultado electoral.
- Salvador Nasralla ha denunciado públicamente un presunto fraude en su contra.
- Rixi Moncada solicitó la nulidad total del proceso electoral e hizo un llamado a movilizaciones, protestas y huelgas.
Contexto de calma y tensiones previas
A pesar de la incertidumbre, las calles de Tegucigalpa y de otras ciudades del país permanecían tranquilas este lunes. Sin embargo, el recuerdo de las protestas de 2017, que dejaron alrededor de 30 víctimas mortales tras la controvertida reelección de Juan Orlando Hernández, sigue presente en la memoria colectiva.
La jornada electoral del 30 de noviembre transcurrió de manera pacífica, según reportaron observadores independientes. No obstante, la publicación intermitente y el retraso en la actualización de resultados han incrementado la tensión en una contienda extremadamente cerrada.
El CNE ha atribuido la lentitud del conteo a problemas con la empresa responsable de la plataforma de tabulación de votos.
Un país pendiente de sus desafíos estructurales
Durante la campaña, tanto el oficialismo como la oposición intercambiaron acusaciones de presunto fraude, sin profundizar en propuestas para abordar los graves problemas que afectan a Honduras: el narcotráfico, la corrupción y la pobreza, condición que afecta a seis de cada diez hondureños.
Además de elegir al próximo presidente, los hondureños acudieron a las urnas para elegir a los 128 miembros del Congreso y a miles de funcionarios públicos en un ambiente marcado por la desconfianza y la polarización.
A la espera de la conclusión del escrutinio y la resolución de las impugnaciones, Honduras se encuentra en un momento decisivo para su democracia, con la mirada atenta de la comunidad internacional y la esperanza de la ciudadanía de que se respeten la voluntad popular y la transparencia del proceso.
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