Guardiola busca seducir al votante socialista mientras Abascal refuerza la presencia de Vox en Extremadura
A tan solo seis días de las elecciones autonómicas en Extremadura, la contienda política se intensifica con estrategias diferenciadas entre los principales partidos. María Guardiola, actual presidenta de la Junta y candidata del Partido Popular, apuesta por captar a los votantes socialistas desencantados para tratar de alcanzar la mayoría absoluta, un objetivo que, según las encuestas, sigue siendo incierto.
Una campaña marcada por la moderación y la búsqueda de unidad
Guardiola ha optado por una campaña de perfil bajo, centrada en mensajes de unidad y superación de bloqueos, evitando confrontaciones directas y referencias explícitas a la ideología. Aunque hace poco más de un año gobernaba en coalición con Vox y cedió responsabilidades de gobierno a la extrema derecha, en la recta final de la campaña prefiere evitar los enfrentamientos y no critica abiertamente al PSOE ni a sus antecesores.
Respaldada por la dirección nacional de su partido, la presidenta extremeña ha limitado sus apariciones públicas, optando por encuentros cercanos y breves. Un ejemplo reciente fue su visita a una explotación de ovino, donde conversó con una vecina local para poner en valor los recursos y talentos de la región. Su mensaje: “Somos un proyecto conocido, no somos un melón por abrir, somos un melón abierto”, en referencia a la estabilidad y experiencia que dice aportar frente a la incertidumbre.
Guardiola ha rechazado incluso participar en el debate electoral organizado por RTVE, previsto para el 18 de diciembre, reforzando así su estrategia de discreción y baja exposición mediática.
El PSOE, en mínimos históricos y centrado en la vivienda
En paralelo, el Partido Socialista de Extremadura, encabezado por Miguel Ángel Gallardo, afronta su campaña en un contexto de fuerte desgaste. Las encuestas pronostican un resultado históricamente bajo para los socialistas en la región. Gallardo, además, arrastra la polémica de su imputación por presunta prevaricación en un caso relacionado con el hermano del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El candidato socialista ha intensificado su agenda, con hasta siete actos en un solo día, y ha centrado parte de su discurso en la política de vivienda. Durante una visita a Cáceres, Gallardo criticó la falta de desarrollo de vivienda pública bajo el mandato del PP y prometió un aumento significativo de la inversión, anunciando el “Plan 90.000”, que prevé la construcción de viviendas públicas con financiación de hasta 90.000 euros por unidad, siguiendo el ejemplo de iniciativas pasadas.
- Promesa de cuadruplicar la inversión en vivienda pública, hasta 600 millones de euros anuales.
- Compromiso con el desarrollo de vivienda asequible, sin limitar precios de alquiler, pero sí aumentando la oferta a través de financiación pública.
Vox refuerza su discurso con la presencia constante de Abascal
Mientras PP y PSOE centran sus estrategias en la disputa por el voto moderado y socialista, Vox despliega una campaña intensa con la presencia destacada de su líder nacional, Santiago Abascal. Aunque Óscar Fernández es el candidato autonómico, Abascal domina los actos y concentra la atención mediática, reforzando el perfil nacional del partido en la región.
En su última visita, Abascal recorrió la central nuclear de Almaraz antes de participar en un acto en Plasencia, donde fue presentado como “nuestro Alfonso VIII”. El discurso de Vox en Extremadura mantiene su línea habitual: fuerte crítica al Pacto Verde europeo, la política migratoria y el bipartidismo, señalando tanto al PP como al PSOE como responsables de los problemas actuales.
Fernández, por su parte, insistió en que ambos partidos han aprobado conjuntamente los presupuestos provinciales, reforzando la idea de una supuesta “pinza” entre populares y socialistas. Vox busca así incrementar su representación y batir su récord de votos en la comunidad.
Perspectivas para el 18 de diciembre: alta incertidumbre y movilización
El adelanto electoral en Extremadura pretendía dar al Partido Popular una victoria contundente que le permitiera gobernar en solitario y marcar distancias con Vox, además de debilitar al PSOE. Sin embargo, las encuestas no garantizan ese escenario y la competencia por los escaños sigue muy abierta.
La recta final de la campaña estará marcada por la movilización del electorado socialista tradicional, la captura de indecisos por parte del PP y el empuje de Vox, que busca consolidar su espacio como tercera fuerza. El desenlace de estos comicios será clave tanto para el futuro político de Extremadura como para el equilibrio de fuerzas a nivel nacional.
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