Grave brote de dengue y chikunguña en Cuba: más de 47.000 hospitalizados y respuesta oficial insuficiente

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Cuba enfrenta un grave brote de dengue y chikunguña: más de 47.000 hospitalizados y esfuerzos insuficientes

Cuba atraviesa una compleja situación sanitaria tras el auge de una epidemia de dengue y chikunguña, con 47.125 pacientes actualmente ingresados y una respuesta oficial que las propias autoridades consideran “insuficiente”. La crisis se produce en medio de una de las peores coyunturas económicas que ha vivido el país en décadas, lo que ha afectado gravemente la capacidad de prevención, control y atención médica.

Aumento exponencial de casos y gravedad de la situación

El Ministerio de Salud Pública ha reconocido por primera vez la magnitud de la emergencia, señalando estas enfermedades transmitidas por mosquitos como el principal problema de salud pública nacional. El director nacional de Epidemiología, Francisco Durán, detalló que solo el martes pasado se registraron 1.706 nuevos casos con síntomas febriles inespecíficos, posibles portadores de dengue o chikunguña. Además, se reportó el ingreso de 3.226 pacientes en un solo día, la mayoría de ellos bajo atención domiciliaria.

En cuanto a la chikunguña, actualmente hay 126 personas hospitalizadas en estado grave, crítico o en terapia intensiva, entre ellas 19 menores de edad que se encuentran en estado crítico por complicaciones asociadas al virus.

Factores que agravan la epidemia

La crisis económica de Cuba ha impedido mantener las acciones preventivas habituales, como la fumigación masiva para controlar el mosquito transmisor y la realización de pruebas diagnósticas para confirmar los casos. La escasez de recursos, especialmente de combustible, ha limitado drásticamente las campañas de fumigación en los últimos años.

El deterioro de los servicios públicos, incluyendo la recolección de basura, ha contribuido a la propagación del mosquito, ya que la acumulación de desechos en las calles ofrece un ambiente propicio para su reproducción.

Por otra parte, el sistema de salud cubano ha sufrido una significativa pérdida de personal: entre 2021 y 2024, Cuba perdió el 29% de sus médicos y el 17% de su personal de enfermería, según la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI). Esta escasez de profesionales y equipos se ha visto agravada por las lluvias estacionales y el paso del huracán Melissa, que impactó especialmente a la provincia de Granma, donde se concentra la mayoría de los casos actuales.

Datos epidemiológicos y comparación regional

Las cifras oficiales, según admiten las autoridades, probablemente no reflejan la totalidad de los casos, ya que muchas personas no acuden a los centros sanitarios o no son registradas adecuadamente. A pesar de ello, los datos recopilados muestran un panorama preocupante:

  • Entre el 11 de octubre y el 1 de noviembre se identificaron 15.590 casos de chikunguña.
  • En los primeros diez meses del año, Cuba acumuló 20.062 casos de chikunguña, lo que equivale a un promedio de 700 nuevos casos diarios.
  • La incidencia acumulada de chikunguña se situó en 183,43 casos por cada 100.000 habitantes, la más alta del continente americano, superando a países como Brasil (112,07) y los promedios regionales del Caribe y América.

En cuanto al dengue, entre enero y septiembre se notificaron 9.602 casos, de los cuales 115 fueron graves y se reportaron tres fallecimientos. Estas cifras multiplican casi por diez los 985 casos oficiales del mismo periodo del año anterior.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha señalado que en Cuba circulan actualmente los serotipos 2, 3 y 4 de dengue, lo que favorece la aparición de casos graves debido a infecciones sucesivas.

Provincias en mayor riesgo y advertencias internacionales

Según el análisis epidemiológico realizado por el Ministerio de Salud Pública y la OPS, las provincias de La Habana, Matanzas y Cienfuegos permanecen como zonas de muy alto riesgo de infección, requiriendo medidas urgentes de contención y prevención.

Desafíos y perspectivas

La elevada infestación del mosquito transmisor, junto con la limitada capacidad estatal para realizar campañas de fumigación y la pérdida de personal sanitario, plantea grandes desafíos para la contención de la epidemia. Las autoridades reconocen la necesidad de reforzar los esfuerzos, pero la actual situación económica dificulta una respuesta efectiva y sostenida.

Mientras tanto, la población cubana enfrenta una crisis sanitaria sin precedentes, en la que la prevención y el autocuidado adquieren una importancia fundamental ante la insuficiencia de los recursos estatales disponibles.

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