Pesca ilegal en Gambia: las flotas chinas y su conexión con el mercado europeo y español
Las aguas costeras de Gambia, un pequeño país de África Occidental, se han convertido en escenario de una lucha desigual por los recursos pesqueros. Flotas de buques pesqueros industriales, principalmente de origen chino, operan de manera furtiva y a menudo ilegal, arrasando los caladeros y poniendo en peligro tanto el sustento de los pescadores artesanales locales como la biodiversidad marina. Parte de las capturas obtenidas de forma ilícita terminan, sin grandes obstáculos, en mercados europeos, especialmente en España e Italia.
- Pesca ilegal en Gambia: las flotas chinas y su conexión con el mercado europeo y español
- Un accidente mortal que revela una problemática crónica
- Competencia desigual y presión sobre los recursos
- La conexión con empresas europeas: el caso de Congelados Maravilla
- Infraestructura y volumen de negocio
- Pesca ilegal, corrupción y falta de control
- El papel de la Unión Europea y el impacto global
- Impunidad y consecuencias sociales
- Certificados y trazabilidad: ¿una garantía suficiente?
- Conclusión
Un accidente mortal que revela una problemática crónica
En la noche del 7 al 8 de marzo de 2024, un trágico accidente expuso la gravedad de la situación. Mientras cuatro pescadores senegaleses faenaban en una piragua cerca de la playa de How Ba, a unos 11 kilómetros de la costa gambiana, su embarcación fue violentamente embestida por el arrastrero Majilac 6, un buque de varias toneladas que navegaba sin luces. Dos de los pescadores murieron, y sólo uno logró sobrevivir tras horas aferrado a los restos de la piragua.
Este suceso, lejos de ser aislado, es uno de los muchos incidentes reportados entre embarcaciones industriales y pescadores artesanales en Gambia. Los barcos arrastreros, en su mayoría extranjeros, penetran ilegalmente en zonas reservadas a la pesca local, generando enfrentamientos y poniendo en riesgo vidas humanas.
Competencia desigual y presión sobre los recursos
La competencia por los recursos pesqueros en África Occidental es feroz. Las flotas industriales, compuestas mayoritariamente por barcos foráneos, explotan los caladeros cercanos a la costa, obligando a los pescadores artesanales a adentrarse cada vez más en el mar para encontrar capturas, en condiciones cada vez más peligrosas.
- Según Global Fishing Watch, al menos cuatro arrastreros de la flota Majilac faenan ilegalmente dentro del límite de nueve millas náuticas establecido por la legislación gambiana.
- Las capturas se desembarcan en el puerto de Banjul y en muelles discretos a lo largo del río Gambia, donde operan empresas procesadoras como Hansen Seafood.
La conexión con empresas europeas: el caso de Congelados Maravilla
Hansen Seafood, una de las mayores plantas de procesamiento de productos del mar en África Occidental, fue adquirida en 2022 por el grupo español Congelados Maravilla, con sede en Vigo. Esta compañía es una de las principales importadoras de pescado en Galicia y distribuye a gran escala en España, Italia y Portugal.
Hasta 2024, la empresa envasaba y exportaba pescado capturado ilegalmente en Gambia, incluyendo productos provenientes de la flota Majilac. Solo en 2023, más de 520 toneladas de pescado congelado llegaron a Vigo desde las instalaciones de Denton Bridge, cuando Hansen Seafood ya formaba parte del grupo español. La empresa, contactada para la investigación, asegura que desde 2024 solo compra pescado a pescadores artesanales y niega propiedad sobre los buques arrastreros, aunque admite haber adquirido marisco de la flota Majilac bajo acuerdos previos.
Infraestructura y volumen de negocio
La planta de Hansen Seafood cuenta con 80 trabajadores, mayoritariamente gambianos, y procesa entre 800 y 1.000 toneladas anuales de pescado, aunque su capacidad máxima es de 5.000 toneladas. Esta cifra es suficiente para abastecer a unas 25.000 personas al año, teniendo en cuenta el alto consumo de pescado en España.
La modernización de la planta y la mejora de las condiciones laborales han sido puntos destacados tras la adquisición española, aunque persisten las denuncias sobre la procedencia de parte del pescado procesado.
Pesca ilegal, corrupción y falta de control
Gambia, gracias a la riqueza de nutrientes que aporta su río al Atlántico, es un punto estratégico para la pesca, pero también un foco de actividades ilegales. Según la Asociación de Pescadores Artesanales de Gambia, los incidentes con arrastreros industriales son cotidianos y rara vez tienen consecuencias para los responsables.
La flota Majilac, gestionada por una sociedad con capital chino y gambiano, es reincidente en infracciones. En 2019, cuatro de sus barcos fueron multados por pescar a menos de 4,5 millas náuticas de la costa. Sin embargo, las actividades ilegales han continuado, incluso tras operaciones conjuntas de la Marina gambiana y organizaciones como Sea Shepherd.
- En marzo de 2024, siete arrastreros industriales fueron detenidos por pesca ilegal, cuatro de ellos de la flota Majilac.
- El uso de redes con mallas más pequeñas de lo permitido permite la captura de especies por debajo del tamaño reglamentario, lo que agrava el daño a la biodiversidad.
- Las operaciones de control no han conseguido erradicar la pesca ilegal: los buques reinciden tras ser liberados.
El papel de la Unión Europea y el impacto global
La Unión Europea mantiene con Gambia un Acuerdo de Asociación para la Pesca Sostenible (SFPA), por el que paga 550.000 euros anuales para permitir a barcos europeos capturar especies como atún y bacalao. Parte de estos fondos debería destinarse a políticas de control y lucha contra la pesca ilegal, aunque los resultados son limitados.
Según la Financial Transparency Coalition, la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (IUU) representa el 20% de las capturas mundiales, con un valor estimado entre 10.000 y 23.500 millones de dólares anuales. África Occidental concentra el 40% de esta pesca, lo que supone pérdidas de más de 9.000 millones de dólares y un impacto directo sobre la seguridad alimentaria y la economía local.
Impunidad y consecuencias sociales
Los incidentes mortales, como el del Majilac 6, rara vez tienen consecuencias legales para los responsables. Ni los propietarios ni el capitán del barco han sido procesados por el accidente. Mientras tanto, la presión sobre los recursos pesqueros empuja a las comunidades hacia la migración: el agotamiento de los caladeros locales lleva a muchos pescadores a buscar fortuna en otros países o incluso a intentar rutas migratorias hacia Europa.
En localidades como Sanyang o Tanji, pescadores procedentes de Senegal y Guinea se suman a las comunidades locales, enfrentando la competencia de las flotas industriales y el deterioro de sus medios de vida. La reconstrucción de piraguas dañadas y la vuelta al mar, a pesar del peligro, son una constante para quienes dependen de la pesca artesanal.
Certificados y trazabilidad: ¿una garantía suficiente?
Toda importación de pescado a la Unión Europea debe ir acompañada de un certificado de captura, que garantice la legalidad del producto. Sin embargo, la emisión de estos documentos recae en las autoridades locales, lo que deja espacio a la corrupción y a la entrada de pescado ilegal en el mercado europeo.
Conclusión
La pesca ilegal en Gambia, impulsada por intereses extranjeros y alimentada por la debilidad del control estatal, representa una amenaza para la sostenibilidad de los recursos marinos y para la supervivencia de miles de familias que dependen de la pesca artesanal. Las empresas europeas y el mercado español se ven involucrados, directa o indirectamente, en una cadena de suministro que aún debe responder a los desafíos de la transparencia y la legalidad.
Nota:
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