Corrupción en las renovables de Aragón: el caso Forestalia y la red de empresas vinculadas
El sector de las energías renovables en Aragón se encuentra bajo el escrutinio público tras revelarse una compleja trama de corrupción que involucra a varias empresas y figuras políticas de alto perfil. Entre los nombres destacados figuran Forestalia, Sumelzolia, Lambanalia, y otras entidades relacionadas, que habrían operado de manera conjunta para obtener concesiones y permisos de desarrollo de proyectos energéticos en la región.
Una red empresarial con apoyo institucional
Forestalia, una de las principales empresas implicadas, habría logrado hacerse con el 97 % de las concesiones solicitadas, según datos recientes. A su alrededor se tejió una red de colaboración con otras compañías, como Sumelzolia, Lambanalia, y sociedades de refuerzo como Servinabar o Cerdanalia, esta última vinculada a figuras como Cerdán y Antxon Alonso.
La investigación, liderada por la Unidad Central Operativa (UCO), revela que estas empresas no solo actuaban en paralelo, sino que compartían información, recursos y concesiones. Todo ello, bajo la protección de responsables políticos de los gobiernos socialistas de Aragón, especialmente durante la etapa de Javier Lambán.
Reparto de concesiones y creación de sociedades
El entramado se sofisticó con la creación de una red de más de 800 sociedades mercantiles, a través de las cuales se repartían acciones, mayorías y gestión según el tipo de concurso al que aspiraban. El reparto de las concesiones estaba planeado: Forestalia se centraba en la energía eólica, mientras que Sumelzolia apostaba por las instalaciones solares. Esta estrategia les permitió monopolizar la adjudicación de proyectos y perpetuar su dominio en el sector.
Consecuencias medioambientales y económicas
La expansión sin control de las renovables en Aragón ha tenido un impacto negativo en el paisaje y en la economía local. Diversos colectivos denuncian que esta política ha convertido a la región en una mera central eléctrica para otras comunidades autónomas, como Cataluña y el País Vasco, sin que Aragón reciba compensaciones económicas justas ni beneficios directos.
El desarrollo masivo de infraestructuras energéticas ha sido criticado por su escasa contribución al tejido productivo y por la destrucción de parajes naturales valiosos, lo que reduce el potencial para el turismo sostenible y de calidad.
Implicación del Gobierno central
El Ministerio para la Transición Ecológica, liderado por Teresa Ribera, también ha sido señalado como un actor clave en la concesión de permisos y la supervisión laxa de estos proyectos. Se ha documentado que funcionarios del ministerio facilitaron la labor de Forestalia y otras empresas, y posteriormente algunos de estos funcionarios pasaron a ocupar cargos de asesoría en el propio ministerio o en instituciones europeas.
Oposición y demandas de anulación
Solo algunos movimientos y organizaciones, como Paisajes de Teruel y parte de la agrupación Teruel Existe, han mantenido una oposición activa frente a la proliferación de concesiones y la destrucción del entorno. Recientemente, la Guardia Civil ha respaldado la necesidad de revisar y anular las concesiones otorgadas de manera irregular, señalando la magnitud del escándalo.
El reto de la regeneración política en Aragón
El caso Forestalia y la red de renovables en Aragón representan uno de los mayores desafíos para la transparencia y la regeneración política en la región. La anulación de las concesiones y el procesamiento de los responsables aparecen como las únicas vías para restaurar la confianza ciudadana y proteger el patrimonio natural aragonés.
De cara a los próximos procesos electorales, el debate sobre la gestión de las energías renovables y la protección del territorio cobra especial relevancia. La ciudadanía aragonesa afronta la oportunidad de exigir un modelo energético más justo, transparente y respetuoso con el entorno.
- El 97 % de las concesiones solicitadas fueron adjudicadas a Forestalia.
- Más de 800 sociedades participaron en la trama para repartirse proyectos.
- El impacto ambiental y la falta de retorno económico centran las críticas de vecinos y ecologistas.
- Se reclama la anulación de concesiones y la depuración de responsabilidades políticas y empresariales.
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