El Partido Popular y la condena al franquismo: medio siglo de ambigüedad
Cincuenta años después de la muerte de Francisco Franco, la relación del Partido Popular (PP) con la memoria de la dictadura sigue siendo motivo de debate en la política española. A pesar del tiempo transcurrido, el principal partido de la derecha no ha celebrado actos conmemorativos ni ha emitido una condena explícita y rotunda del régimen franquista, manteniendo una postura que provoca controversia tanto dentro como fuera de sus filas.
- El Partido Popular y la condena al franquismo: medio siglo de ambigüedad
- De Alianza Popular a la actualidad: una herencia incómoda
- Votaciones clave y equilibrios políticos
- La memoria histórica en el centro del debate
- Posturas divergentes y tensiones internas
- El PP ante el 50 aniversario de la muerte de Franco
- Conclusión: una condena aún pendiente
De Alianza Popular a la actualidad: una herencia incómoda
La historia del PP está marcada por sus orígenes en Alianza Popular, formación fundada por siete exministros del franquismo. El 31 de octubre de 1978, durante la aprobación de la Constitución Española, ocho de los dieciséis diputados de AP votaron en contra o se abstuvieron; cinco de ellos rechazaron la Carta Magna y tres optaron por la abstención. La mayoría de estos parlamentarios tenían vínculos directos con el régimen de Franco, lo que evidenció desde el principio la compleja relación del partido con ese pasado.
Décadas más tarde, esta ambigüedad persiste. En el 50 aniversario de la muerte del dictador, el líder actual del PP, Alberto Núñez Feijóo, restó importancia a los actos de memoria histórica organizados por el Gobierno, calificándolos con un “¡Qué pereza dan!”. Mientras tanto, fuentes oficiales del PP insisten en que “condenan toda dictadura”, incluidas la franquista, aunque no existen declaraciones públicas contundentes en este sentido por parte de sus principales dirigentes.
Votaciones clave y equilibrios políticos
A lo largo de los años, distintas iniciativas parlamentarias han puesto a prueba la disposición del PP para condenar la dictadura franquista. Durante el primer gobierno de José María Aznar, el Congreso debatió una proposición para condenar el “golpe fascista militar contra la legalidad republicana”, ante la cual el PP votó en contra, considerando que estas propuestas simplificaban un conflicto histórico complejo.
En el año 2002, el Congreso aprobó una resolución que rechazaba la violencia para imponer regímenes totalitarios, pero el texto evitó mencionar explícitamente a Franco, el golpe de Estado de 1936 o la represión posterior. Este acuerdo ha sido utilizado posteriormente por el PP para justificar su postura, a pesar de las críticas de sectores tanto de la izquierda como del ámbito franquista, como la Fundación Francisco Franco.
- En 2003, el PP se negó a participar en un homenaje a las víctimas del franquismo, alegando que la moción de 2002 ya suponía una condena suficiente.
- Ese mismo año, el partido bloqueó la anulación de los juicios políticos del franquismo, argumentando falta de “altura moral” por parte del PSOE.
La memoria histórica en el centro del debate
La llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al Gobierno intensificó el debate sobre la memoria histórica. El PP mostró su rechazo a la retirada de la última estatua de Franco en Madrid e insistió en que estos gestos reabrían heridas del pasado. Esta postura se mantuvo a lo largo del tiempo, incluyendo el voto en contra de la Ley de Memoria Histórica en 2007 y la negativa a retirar símbolos franquistas o revocar honores concedidos durante la dictadura.
La posición del PP también se trasladó al ámbito europeo. En 2006, durante un pleno del Parlamento Europeo, la mayoría de eurogrupos condenaron el golpe de Estado de 1936, mientras que Jaime Mayor Oreja, entonces eurodiputado del PP, evitó pronunciarse de forma clara y criticó el inicio de lo que consideraba una “segunda transición”.
Posturas divergentes y tensiones internas
En el ámbito autonómico, el PP gallego apoyó en 2007 una moción parlamentaria para condenar el franquismo y defender a las víctimas de la Guerra Civil, lo que generó tensiones internas, especialmente con figuras históricas como Manuel Fraga, fundador de Alianza Popular.
En 2013, el PP se opuso a declarar el 18 de julio como Día Oficial de Condena de la Dictadura y rechazó iniciativas para eliminar la simbología franquista de espacios públicos. Cuando se discutió la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos, el partido optó por la abstención, manifestando una actitud de distancia y desinterés.
La etapa de Pablo Casado
Con Pablo Casado al frente, el PP mantuvo la estrategia de evitar una condena explícita del franquismo. Durante la polémica por la exhumación de Franco, tanto el PP como Ciudadanos se abstuvieron en el Senado y en el Congreso. Casado justificó la postura afirmando que “este asunto no va con la España del año 2018” y mostró indiferencia ante la cuestión. Posteriormente, intentó rectificar en declaraciones públicas, afirmando “yo condeno a Franco”, pero el debate interno persistió.
El portavoz Javier Maroto defendió la “condena a la dictadura franquista sin ambages”, aunque Casado continuó matizando el relato histórico, lo que generó diferencias incluso con Feijóo, quien reconoció la naturaleza golpista de la Guerra Civil, aunque matizó sobre el contexto del momento.
El PP ante el 50 aniversario de la muerte de Franco
En el contexto del cincuentenario de la muerte de Franco, el líder actual, Alberto Núñez Feijóo, ha mantenido su distancia respecto a los actos de memoria histórica, minimizando su importancia ante las bases del partido y la opinión pública. En contraste, figuras del PP como Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de Andalucía, han defendido la importancia de celebrar los 50 años de democracia en España.
Conclusión: una condena aún pendiente
La trayectoria del Partido Popular en torno a la memoria del franquismo ha estado caracterizada por la ambigüedad, la evasión y las justificaciones. Si bien en foros internos y declaraciones a medios el partido sostiene que condena toda dictadura, la ausencia de una declaración pública, explícita y firme sobre el régimen franquista sigue siendo un tema pendiente que genera debate en la sociedad española y en el propio seno del partido.
- La herencia histórica de Alianza Popular pesa sobre la identidad del PP.
- Las posiciones del partido han ido variando según el contexto político y social del momento.
- El debate sobre la memoria histórica y la condena del franquismo sigue abierto, 50 años después de la muerte del dictador.
Nota:
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