El lenguaje deshumanizador: la antesala invisible de los genocidios

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El papel del lenguaje deshumanizador en los genocidios

No todos los discursos que promueven la deshumanización culminan en genocidio, pero ningún genocidio ha ocurrido sin que antes se haya desplegado un lenguaje deshumanizador. Así lo puso de relieve recientemente el diario escocés The National tras el anuncio de un alto el fuego en Gaza, dedicando su portada a una pregunta clave: ¿Cómo ocurrió el genocidio?

Lejos de centrarse exclusivamente en los aspectos militares, el asedio o el sistema de apartheid, The National subrayó el papel fundamental del lenguaje en la génesis de todo genocidio. Una nube oscura compuesta por palabras y expresiones que fomentan el odio y la deshumanización del otro, generando el caldo de cultivo necesario para la violencia masiva.

El lenguaje como arma de destrucción

A lo largo de la reciente escalada en Gaza, diversas declaraciones de figuras políticas israelíes han alimentado esa atmósfera deshumanizadora. Frases como “Israel debería convertir Gaza en Auschwitz”, “No es Hamás lo que hay que eliminar, sino a toda Gaza”, o “Sin que pasen hambre y sed, no lograremos colaboradores entre los gazatíes”, son solo algunos ejemplos. También se han utilizado expresiones que califican a los palestinos como “animales humanos” o “serpientes”, y a los niños palestinos como “pequeñas serpientes”.

Estas manifestaciones no son hechos aislados, sino parte de una escalada retórica donde cada representante parece querer llevar la deshumanización un paso más allá, amparados en un clima de impunidad.

Un patrón que se repite en la historia

El uso de lenguaje deshumanizador ha sido una constante en otros genocidios. Durante el genocidio en Ruanda, las autoridades hutus se referían a los tutsis como “cucarachas”. En Bosnia, los líderes nacionalistas serbios llamaban a los musulmanes bosnios “plaga” o “cáncer”. Estas palabras no solo fomentan el odio, sino que allanan el camino para la violencia extrema y para que amplios sectores de la sociedad acepten o incluso apoyen la destrucción del otro.

La deshumanización en la cultura y los medios

La deshumanización de los palestinos, así como de quienes son percibidos como árabes o musulmanes, es un proceso que se extiende desde los discursos políticos hasta los medios de comunicación y la industria del entretenimiento. El documental Reel Bad Arabs: How Hollywood Vilifies a People ilustra cómo el cine, especialmente en Hollywood, ha contribuido a perpetuar imágenes negativas y estereotipos, profundizando la distancia entre “nosotros” (los humanos) y “ellos” (los otros, presentados como animales o plagas).

Consecuencias del discurso deshumanizador

Este proceso de deshumanización es clave para que la opinión pública tolere —e incluso justifique— actos de violencia, desplazamiento forzado, hambruna y exterminio. Cuando la sociedad acepta que un grupo de personas ya no merece ser considerado humano, se abre la puerta a todo tipo de abusos y crímenes atroces.

  • El lenguaje deshumanizador prepara el terreno para la violencia sistemática.
  • Facilita la aceptación social de acciones extremas contra grupos enteros.
  • Se reproduce en distintos ámbitos: política, medios de comunicación y cultura popular.

Reflexión final

La historia demuestra que el genocidio no es un acto espontáneo, sino el resultado de un proceso en el que el lenguaje juega un papel central. Reconocer y denunciar los discursos que deshumanizan es fundamental para prevenir futuros episodios de violencia masiva y para construir sociedades más justas e igualitarias.

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