El Gobierno fija un techo de gasto histórico pese al veto del Congreso

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El Gobierno aprueba un techo de gasto récord pese al rechazo parlamentario

El Ejecutivo ha dado luz verde a un techo de gasto histórico, consolidando un nivel de gasto estructural que diversos analistas consideran difícilmente sostenible a medio y largo plazo. Esta decisión llega en un contexto de fuerte oposición parlamentaria, después de que el Congreso rechazara recientemente la senda de estabilidad presupuestaria, un hecho que anticipa la probable imposibilidad de aprobar nuevos Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el próximo ejercicio.

Un cuadro macroeconómico optimista y cuestionado

Días antes de la votación en el Congreso, el Consejo de Ministros aprobó tanto el techo de gasto no financiero como el cuadro macroeconómico para los próximos años. Este último recoge ahora también indicadores microeconómicos, aunque algunos expertos consideran que su inclusión responde más a motivos propagandísticos que a una utilidad real para la planificación presupuestaria.

El Ejecutivo ha actualizado sus previsiones, elevando el crecimiento esperado para 2025 al 2,9%, manteniendo el de 2026 en el 2,2% y situando el de 2027 y 2028 en el 2,1%. Según el Ministerio de Economía, estas cifras acercarían el crecimiento potencial de la economía española al 2%. Sin embargo, la realidad subyacente es que este crecimiento se sostiene fundamentalmente en un aumento sin precedentes del gasto público, más que en una mejora de la productividad o de los fundamentos económicos.

Incremento del gasto público: cifras récord

La propuesta del Gobierno establece un incremento del gasto no financiero del 8,5% respecto al año anterior (sin contar los fondos europeos), lo que supone 16.610 millones de euros adicionales y sitúa el total en 212.026 millones de euros. Si se incluyen los fondos europeos, el techo de gasto asciende hasta los 216.177 millones de euros, apenas 396 millones más que el ejercicio actual.

  • Desde la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno, el gasto no financiero ha aumentado en 92.129 millones de euros (sin fondos europeos).
  • Sumando los fondos europeos, el incremento desde 2018 asciende a 96.280 millones.

Estos datos reflejan una consolidación del gasto estructural, ya que el aumento del gasto sin fondos europeos supera ampliamente al crecimiento del gasto total, lo que evidencia que el grueso del incremento no es coyuntural, sino permanente.

El problema persistente de la Seguridad Social

Uno de los puntos más críticos sigue siendo el déficit de la Seguridad Social. En lugar de abordar su sostenibilidad, el Gobierno incrementa la transferencia desde los PGE hasta los 22.881 millones de euros. Esta cifra pone de manifiesto el rápido deterioro de las cuentas de la Seguridad Social, que cada año depende en mayor medida del apoyo del Estado, rompiendo con la ortodoxia fiscal tradicional.

A pesar de las declaraciones oficiales sobre la sostenibilidad del sistema, los datos muestran que la Seguridad Social, por sí sola, ya no es capaz de cubrir sus compromisos, lo que añade presión adicional sobre las cuentas públicas.

Déficit y deuda: equilibrio aparente

La reducción del déficit responde principalmente al aumento del PIB nominal, impulsado por revisiones estadísticas y por la inflación, así como a una recaudación fiscal extraordinaria. Sin embargo, incluso con estos factores favorables, no se alcanza el equilibrio presupuestario, lo que revela un deterioro estructural en las finanzas públicas.

La deuda pública, por su parte, apenas se reduce en términos relativos al PIB, debido al elevado ritmo de crecimiento del gasto público, que supera de forma constante el 3% anual, muy por encima de las recomendaciones europeas.

Riesgos para la economía española

El enfoque adoptado por el Gobierno se basa en un optimismo de corto plazo, apoyado en el gasto público y en la capacidad recaudatoria generada por la inflación. Sin embargo, esta estrategia posterga la solución de los problemas estructurales y puede comprometer la estabilidad económica a medio y largo plazo.

De no contar con el respaldo tácito del Banco Central Europeo, especialmente a través de instrumentos como la herramienta antifragmentación, la prima de riesgo de la deuda española podría dispararse, incrementando los costes de financiación y agravando la vulnerabilidad fiscal.

Un modelo de crecimiento basado en el aumento del gasto

La política económica actual se fundamenta en el incremento sostenido del gasto público y en un crecimiento poblacional que no necesariamente se traduce en mayor productividad. La sustitución de talento por mano de obra de bajo valor añadido amenaza con acentuar el problema de la baja productividad, un mal endémico de la economía española.

Conclusión

La aprobación de un techo de gasto récord, en un contexto de clara debilidad parlamentaria y con unas cuentas públicas tensionadas, supone un riesgo considerable para la estabilidad económica de España. El rechazo de la senda de estabilidad y la previsible no aprobación de los Presupuestos Generales del Estado basados en estas cifras ofrecen, según numerosos expertos, un respiro temporal ante una política económica que muchos consideran insostenible en el medio y largo plazo.

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