El aislamiento a Wilders impulsa un posible gobierno de centro-derecha en Países Bajos

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El veto a Wilders y la extrema derecha augura un giro al centro-derecha en Países Bajos

Las elecciones legislativas de este miércoles en los Países Bajos apuntan a una nueva victoria de la extrema derecha liderada por Geert Wilders, según los principales sondeos nacionales. Sin embargo, a pesar de que el Partido por la Libertad (PVV, por sus siglas en neerlandés) parece consolidarse como la primera fuerza política, las posibilidades de que Wilders logre mantenerse en el poder son cada vez más reducidas. El creciente veto de otras formaciones políticas y el desgaste tras un gobierno inestable complican notablemente la continuidad del actual ejecutivo ultraderechista.

Desgaste electoral y aislamiento político del PVV

Las encuestas reflejan un claro desgaste del PVV y un desencanto ciudadano con la gestión de Wilders, marcada por la inestabilidad y disputas internas. Un reciente sondeo de la televisión pública neerlandesa prevé que el partido de Wilders obtenga 34 escaños en una cámara de 150, una ligera caída respecto a los 37 actuales. Aunque seguiría liderando en número de escaños, el aislamiento político del PVV se ha acentuado, ya que crece el número de partidos que excluye cualquier colaboración con la formación ultraderechista.

El gobierno saliente, que ha durado apenas 13 meses, evidenció desde el inicio sus dificultades. Tardó más de 200 días en formarse, y aunque los socios de Wilders aceptaron apoyar la coalición, rechazaron que él mismo liderase el gabinete. Finalmente, se designó como primer ministro a Dick Schoof, de perfil moderado, en un intento de aportar estabilidad. Sin embargo, las continuas presiones de Wilders para aplicar políticas migratorias más restrictivas dinamitaron la coalición, especialmente al no lograr endurecer la legislación de asilo.

El ascenso del centro-derecha y nuevas alternativas

En este contexto de incertidumbre y fragmentación, ha surgido con fuerza la figura de Henri Bontenbal, líder de la formación demócrata cristiana (CDA). Según las proyecciones, el CDA podría multiplicar por cuatro su representación, pasando de 5 a unos 23 escaños. Bontenbal ha sabido posicionarse como la principal alternativa de centro-derecha al gobierno de Wilders, prometiendo estabilidad, diálogo y buena gestión, y descartando explícitamente cualquier pacto con el PVV.

Por otro lado, la coalición ecologista y socialdemócrata liderada por Frans Timmermans, exvicepresidente de la Comisión Europea y promotor de la agenda verde comunitaria, se mantiene en niveles similares de representación. No obstante, el foco de su campaña ha virado de la lucha climática al problema de la vivienda, una de las principales preocupaciones sociales del país. Además, Timmermans propone reforzar la defensa nacional ante la amenaza del expansionismo ruso, en línea con el consenso de los principales partidos.

Fragmentación parlamentaria y compleja formación de gobierno

El sistema electoral neerlandés, basado en la representación proporcional, facilita la entrada al parlamento de una gran variedad de partidos. Actualmente, quince formaciones tienen presencia en la cámara, lo que favorece la fragmentación y dificulta la formación de mayorías estables. Por ello, ningún analista se atreve a aventurar qué combinación de fuerzas acabará liderando el próximo ejecutivo, ya que la aritmética parlamentaria puede variar considerablemente según los resultados finales.

Influencia neerlandesa en la Unión Europea

Aunque los Países Bajos no se encuentran entre las grandes potencias de la Unión Europea, su papel en Bruselas es notable, especialmente en temas económicos y de política internacional. Tradicionalmente, Ámsterdam ha abogado por la austeridad fiscal y ha mantenido posiciones críticas respecto a las políticas expansivas propias del sur de Europa. El país también destaca por su firmeza ante el régimen de Vladímir Putin y su apoyo al refuerzo de la defensa europea.

En Bruselas, el posible resultado de las elecciones neerlandesas no genera gran inquietud. Wilders ya ganó los anteriores comicios y, aunque no llegó a ser primer ministro, su partido lideró la coalición de gobierno. Sin embargo, la política exterior de los Países Bajos apenas ha variado en los grandes debates europeos, manteniendo la continuidad respecto a etapas previas bajo el liderazgo de Mark Rutte, actual secretario general de la OTAN. Incluso en materia migratoria, la retórica de Wilders no ha tenido un impacto disruptivo, en un contexto en el que la UE ya ha endurecido notablemente sus políticas en la materia.

Perspectivas de futuro

La cita electoral de este miércoles en los Países Bajos se presenta como un test clave para el futuro político del país y para el peso de la extrema derecha en Europa. Todo indica que, pese a una nueva victoria del PVV de Wilders, la imposibilidad de formar alianzas le alejará del poder y abrirá la puerta a un retorno del centro-derecha o de una gran coalición. La fragmentación parlamentaria y la necesidad de pactos serán, una vez más, la tónica dominante en la política neerlandesa.

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