Política y cofradías en España: entre la laicidad constitucional y la estrategia electoral
La relación entre la política, las instituciones públicas y las cofradías o hermandades religiosas vuelve a estar en el centro del debate en España. El auge de actos y procesiones religiosas fuera del marco tradicional de la Semana Santa, especialmente en Andalucía, evidencia la persistente vinculación entre el poder político y la religiosidad popular, una cuestión que los grupos laicistas consideran pendiente de revisión en un Estado constitucionalmente aconfesional.
- Política y cofradías en España: entre la laicidad constitucional y la estrategia electoral
- Datos: honores y distinciones a entidades religiosas
- Actos institucionales y visitas privadas: la delgada línea
- La aconfesionalidad del Estado: interpretación y práctica
- Identidad, tradición y disputa política
- Cofradías como agentes socioculturales y capital político
- Financiación pública y privilegios de la Iglesia
- Ejemplos de privilegios y exenciones
- Instrumentalización y debate social
Datos: honores y distinciones a entidades religiosas
Según el Observatorio del Laicismo de Europa Laica, actualmente en España existen 312 alcaldesas perpetuas y honorarias —la mayoría de advocaciones marianas—, 58 alcaldes perpetuos, principalmente cristos, así como 103 medallas de oro o de la ciudad y 28 títulos, honores o cargos civiles o militares otorgados a entes religiosos. Además, la organización detalla los apoyos políticos a estas distinciones: 305 con respaldo del Partido Popular, 287 del PSOE, 43 de IU, 31 de Ciudadanos, 9 de Podemos, 37 de Vox y 101 de otros partidos. Un total de 86 de estos actos se remonta al periodo franquista.
Actos institucionales y visitas privadas: la delgada línea
El debate se reavivó tras la reciente imagen del presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla (PP), recibiendo a la Esperanza de Triana en el Palacio de San Telmo. Acompañada también por la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez (PSOE), en una visita privada, la escena ilustró cómo las autoridades participan en actos religiosos tanto a título institucional como personal, aunque los expertos subrayan una diferencia sustancial entre ambas formas de presencia.
Para los grupos laicistas, el problema se agrava cuando la vinculación entre cargos públicos e instituciones religiosas se traduce en actos oficiales, financiación pública y distinciones honoríficas, lo que, en su opinión, contradice el principio constitucional de aconfesionalidad.
La aconfesionalidad del Estado: interpretación y práctica
Pura Sánchez, investigadora y autora de diversos estudios sobre la laicidad, sostiene que el principio de aconfesionalidad recogido en la Constitución española no se respeta plenamente. Señala que «la propia Constitución otorga una posición preeminente a la religión católica, aludiendo a la tradición», y que ningún gobierno ha impulsado una revisión real del concordato con la Santa Sede. Esta situación perpetúa, según Sánchez, la falta de separación efectiva entre Iglesia y Estado e incentiva la instrumentalización política de la religiosidad.
Alejandro Torres, catedrático de Derecho Constitucional, coincide en que la identificación pública de autoridades con símbolos religiosos, aunque mayoritarios socialmente, resulta poco compatible con la neutralidad exigida por la Constitución. Matiza que la presencia personal no supone conflicto, pero sí lo hace la participación institucional, especialmente durante periodos electorales.
Identidad, tradición y disputa política
El componente identitario de la religiosidad popular, especialmente en Andalucía, explica en parte la implicación de todos los colores políticos en actos de cofradías. El historiador César Rina señala que, aunque para la izquierda estos gestos no suelen traducirse en votos, sí ayudan a evitar la pérdida de respaldo social. En su análisis, la derecha política ha sabido asociarse históricamente con la defensa de las tradiciones, mientras que la izquierda trata de disputar ese imaginario, participando en procesiones como muestra de respeto a la cultura local y no tanto por convicción religiosa.
Rina advierte, no obstante, del riesgo de consolidar una visión monolítica de la identidad andaluza centrada en el cofradierismo, algo que considera una construcción reciente pero profundamente interiorizada por la juventud.
Cofradías como agentes socioculturales y capital político
La antropóloga Grecia Mallorca, impulsora del Proyecto Palio, subraya que las cofradías y hermandades son reconocidas como instituciones de gran impacto cultural y social, especialmente en Andalucía. Considera que ignorar su relevancia sería no comprender la realidad social, pero advierte del riesgo de instrumentalización política de estos colectivos por parte de las élites.
Mallorca y otros expertos coinciden en que la participación de cargos políticos en actos cofradieros responde tanto a estrategias de captación de votos como a la búsqueda de reconocimiento de actores socioculturales clave. La percepción pública de estas visitas varía según el partido, la cofradía implicada y el contexto político.
Financiación pública y privilegios de la Iglesia
El Observatorio del Laicismo denuncia, además, la falta de transparencia en la financiación pública que reciben cofradías y hermandades. Calcula que, al menos, se han destinado 16,1 millones de euros en ayudas de ayuntamientos, diputaciones y gobiernos, aunque la cifra real podría ser mucho mayor dada la opacidad institucional.
Alejandro Torres considera cuestionable esta financiación estatal, recordando que el acuerdo económico de 1979 entre España y la Santa Sede preveía la autosuficiencia financiera de la Iglesia Católica. Aboga por que sean los propios cofrades quienes asuman el sostenimiento económico de las hermandades, tal y como establece la lógica de un Estado laico.
Ejemplos de privilegios y exenciones
- Educación: Predominio de la enseñanza católica y presencia de profesorado de religión católica financiado por fondos públicos en escuelas estatales.
- Financiación directa: Recolecta de fondos públicos para el sostenimiento de la Iglesia y la restauración de edificios religiosos.
- Exenciones fiscales: Exoneración del pago del IBI y otras ventajas tributarias para propiedades de la Iglesia, así como la polémica sobre las inmatriculaciones de bienes.
Instrumentalización y debate social
El catedrático emérito de Antropología Isidoro Moreno destaca el carácter populista y electoralista de los gestos políticos hacia las cofradías, que considera una manifestación del nacional-catolicismo adaptado a la actualidad. Moreno advierte que esta instrumentalización debilita la independencia social de las hermandades, que a menudo aceptan o incluso facilitan la utilización política de su imagen.
En definitiva, la relación entre política y cofradías en España evidencia la persistencia de un modelo de colaboración entre el poder público y lo religioso, en clara tensión con los principios de laicidad y neutralidad institucional. Mientras los expertos reclaman una separación efectiva, la realidad muestra que la dimensión cultural y simbólica de la religiosidad popular sigue siendo un terreno fértil para la estrategia política y la construcción identitaria.
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