Bolivia a las urnas: la derecha se perfila para romper 20 años de hegemonía del MAS

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Bolivia se prepara para un giro histórico: la derecha regresa al poder tras dos décadas de hegemonía del MAS

Este domingo 19 de octubre, Bolivia vivirá unas elecciones presidenciales que marcarán un hito en su historia reciente. Más de siete millones de ciudadanos están convocados a las urnas para elegir entre dos candidatos que representan el viraje definitivo del país hacia la derecha, tras más de veinte años de dominio del Movimiento al Socialismo (MAS), la fuerza política que lideró Evo Morales y que articuló a sectores indígenas, movimientos sociales y sindicatos.

El MAS, debilitado por divisiones internas

La izquierda boliviana, que en el pasado supo consolidar un amplio respaldo social, llega a estos comicios gravemente fragmentada. Las disputas entre Evo Morales y su sucesor, Luis Arce, han desembocado en la ruptura del partido y en la dispersión de votos durante la primera vuelta electoral celebrada en agosto. Morales, impedido de postularse por decisión judicial, llamó al voto nulo, mientras que Arce y otras facciones presentaron sus propias candidaturas, obteniendo resultados discretos que no lograron hacer frente a la consolidación de la derecha.

  • Evo Morales: Inhabilitado, promovió el voto nulo, alcanzando un 20% de los votos.
  • Carlos del Castillo (cercano a Arce): Obtuvo un 3,2% de los sufragios.
  • Andrónico Rodríguez: Recibió el 8,2% de los votos, tras distanciarse de Morales y Arce.

La suma de estos resultados no logró igualar el caudal de votos de los candidatos opositores, mostrando la erosión del proyecto político que durante años fue referente de la izquierda latinoamericana.

Los candidatos: dos visiones de la nueva derecha boliviana

La segunda vuelta enfrenta a dos figuras que, aunque comparten una agenda de reformas económicas liberales y apertura internacional, representan estilos y trayectorias diferentes dentro de la derecha boliviana.

  • Jorge «Tuto» Quiroga: Expresidente y referente de la derecha tradicional, fue la mano derecha de Hugo Banzer y gobernó Bolivia entre 2001 y 2002. Su campaña se ha centrado en el «antimasismo» y en la promesa de recortar drásticamente el gasto estatal, incluso con expresiones como “usar la motosierra, machete, tijera y todo lo que encuentre” para reducir la administración pública. Quiroga ha anunciado que, si resulta electo, iniciará de inmediato negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener una línea de crédito de 12.000 millones de dólares.
  • Rodrigo Paz Pereira: Senador y exalcalde de Tarija, Paz Pereira representa una derecha tecnocrática y se presenta como una opción «centrista» y «renovadora». Hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, su campaña ha hecho énfasis en el lema “Capitalismo para todos”, proponiendo una liberalización económica que, asegura, no dejará atrás a los sectores más vulnerables. Su perfil moderno y su manejo de redes sociales le han permitido conectar con el electorado más joven, en un país donde cerca del 40% de los votantes tienen entre 18 y 30 años.

Un cambio profundo en la política económica y exterior

Ambos candidatos coinciden en la necesidad de reducir el gasto público y avanzar hacia la privatización de empresas estatales, incluidas áreas estratégicas como la minería. Mientras Quiroga aboga por una reestructuración agresiva del Estado, Paz Pereira apuesta por una transición más gradual y conciliadora, buscando captar votos de sectores desencantados del MAS.

En cuanto a política exterior, se prevé un distanciamiento de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP), y una aproximación a Estados Unidos, además de un enfriamiento de las relaciones con Venezuela y Cuba.

Contexto económico crítico

Bolivia atraviesa una grave crisis económica, con una caída sustancial de los ingresos fiscales derivados del gas y otros recursos naturales, alta inflación y escasez de divisas. El próximo gobierno asumirá el reto de estabilizar la economía en un contexto internacional adverso, con la mirada puesta en organismos multilaterales y en la atracción de inversiones.

Procesos judiciales y futuro incierto para la izquierda

La crisis interna del MAS se ve agravada por los procesos judiciales que enfrentan sus principales líderes. Evo Morales está inhabilitado para ejercer cargos públicos y afronta investigaciones por denuncias de abuso sexual y su supuesta implicación en protestas recientes. Luis Arce, presidente saliente, también enfrenta denuncias personales y su entorno está bajo la lupa de la Fiscalía, lo que anticipa posibles complicaciones tras la transición de poder.

Con un partido fracturado y sin perspectivas claras de reconstrucción, la izquierda boliviana asiste a un proceso electoral que supone el fin de una era y el inicio de un ciclo político marcado por la incertidumbre y por el regreso de propuestas neoliberales y conservadoras al centro de la escena.

Perspectivas tras las elecciones

Las encuestas previas a la segunda vuelta no otorgan una ventaja decisiva a ninguno de los dos candidatos, aunque el discurso confrontativo de Quiroga parece tener una leve primacía. Sea cual sea el resultado, Bolivia emprenderá un camino de reformas profundas y de redefinición de sus alianzas internacionales, dejando atrás dos décadas de políticas de corte progresista que marcaron la agenda nacional y regional.

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