Fracasa la OPA hostil del BBVA sobre el Sabadell: se queda en el 25,47%
La tentativa de adquisición hostil del Banco Sabadell por parte del BBVA ha finalizado sin éxito tras más de un año y cinco meses de negociaciones e intensos movimientos corporativos. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) comunicó oficialmente que la oferta pública de adquisición (OPA) lanzada por el BBVA no ha alcanzado el umbral mínimo del 30% de aceptación entre los accionistas del Sabadell, quedándose en un 25,47%. Este porcentaje, muy por debajo del objetivo inicial de lograr al menos el 50%, deja sin efecto la posibilidad de lanzar una segunda OPA, lo que marca el cierre de una de las operaciones financieras más controvertidas en el sector bancario español de los últimos años.
Reconocimiento de la derrota y nuevas estrategias del BBVA
Carlos Torres, presidente del BBVA, fue el primero en reconocer públicamente el fracaso de la operación. En un comunicado, anunció la retirada definitiva del proceso de adquisición y adelantó que el banco acelerará su plan de retribución al accionista. Entre las medidas previstas destacan el inicio de una recompra de acciones por valor de cerca de 1.000 millones de euros a partir del 31 de octubre, el pago de un dividendo récord de 0,32 euros por acción el 7 de noviembre —que supondrá un desembolso total de aproximadamente 1.800 millones de euros—, y una recompra adicional de acciones pendiente de la aprobación del Banco Central Europeo (BCE).
Torres agradeció tanto a los accionistas del Sabadell que respaldaron el proyecto de fusión como a los del propio BBVA por su apoyo, así como al equipo directivo por el esfuerzo realizado durante todo el proceso. El presidente quiso mirar al futuro destacando el potencial de la entidad y sus planes estratégicos hasta 2028, con la previsión de alcanzar un beneficio atribuido acumulado de unos 48.000 millones de euros y destinar 36.000 millones a retribuir a los accionistas en ese periodo.
Un proceso marcado por obstáculos políticos y regulatorios
Desde el anuncio oficial de la OPA en mayo de 2024, el intento de adquisición se ha visto dificultado por una fuerte oposición política y regulatoria. Diversos intereses políticos han intervenido en el proceso, generando un entorno de incertidumbre. El propio Gobierno, a través del ministro de Economía, Carlos Cuerpo, mostró su rechazo frontal a la operación desde el primer momento, en contraste con posturas previas más favorables.
Además, las presiones de formaciones independentistas catalanas llevaron a que la operación fuera sometida a una consulta pública, un hecho inusual en el ámbito corporativo, en la que se recibieron más de 348.000 respuestas, aunque solo el 19% fueron consideradas válidas. De estas, el 89% se mostró en contra de que el Gobierno interviniera en la OPA, aunque finalmente el Ejecutivo impuso condiciones restrictivas que aumentaron la incertidumbre sobre la viabilidad de la fusión.
- Período de fusión condicionado a un mínimo de tres años, con posibilidad de prórroga por dos años más.
- Recursos cruzados entre ambas entidades ante posibles injerencias sobre los accionistas.
- Procedimiento de infracción abierto por la Comisión Europea contra España por las normas aplicadas a la OPA.
Repercusiones legales y europeas
El BBVA presentó un recurso formal ante el Tribunal Supremo el 15 de julio, impugnando las condiciones impuestas por el Gobierno español para autorizar la operación, argumentando que incrementaban los riesgos y afectaban negativamente el desarrollo de la misma. Paralelamente, la Comisión Europea abrió un procedimiento de infracción contra España el 17 de julio, al considerar que las leyes nacionales que permiten al Ejecutivo intervenir en fusiones bancarias podrían vulnerar las competencias del BCE y restringir la libertad de establecimiento y de movimientos de capitales dentro de la Unión Europea.
Balance y perspectivas
El desenlace de esta OPA hostil sitúa a España en el punto de mira internacional en términos de seguridad jurídica para grandes operaciones corporativas. A pesar de la derrota, el BBVA se muestra optimista respecto a su futuro, apostando por el crecimiento orgánico y la rentabilidad, mientras que el sector bancario español sigue atento a las posibles consecuencias legales y regulatorias que puedan derivarse de este caso.
Nota:
Los contenidos publicados en este sitio han sido generados y/o reelaborados mediante el uso de herramientas de inteligencia artificial.
elpuebloinforma.com declina toda responsabilidad, directa o indirecta, por eventuales errores, inexactitudes, omisiones u otras irregularidades presentes en los textos.
El usuario reconoce que dichos contenidos tienen exclusivamente fines informativos y no pueden sustituir en ningún caso fuentes oficiales ni asesoramientos profesionales.