Alfonso Ussía: el ingenio y la ironía que marcaron la literatura española

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Alfonso Ussía: genio, humor y melancolía

La figura de Alfonso Ussía ha dejado una huella imborrable en el periodismo y la literatura española. Reconocido por su ingenio y su particular visión crítica, Ussía supo aunar el humor más afilado con una profunda melancolía, comparable a la de Jovellanos retratado por Goya. Su legado es el de un patriota sincero, un observador perspicaz y un creador incansable de personajes inolvidables.

Un nombre que se hizo imprescindible

El primer encuentro con el nombre de Alfonso Ussía para muchos lectores fue a través de publicaciones emblemáticas como El cocodrilo Leopoldo. Su presencia se expandió rápidamente en los principales medios de comunicación, consolidándose como una de las voces más respetadas y carismáticas del panorama nacional.

En la redacción de ABC, Ussía compartía espacio con figuras de la talla de Mingote, Jaime Campmany y Antonio Burgos. Allí, la sección de Opinión se convirtió en un punto de encuentro para el ingenio y la creatividad. No faltaban las anécdotas: en una ocasión, los columnistas se lanzaron a escribir en verso, desatando tal efervescencia literaria que la dirección tuvo que poner límites a su entusiasmo.

El genio radiofónico y su universo de personajes

El talento de Ussía brilló especialmente en la radio, medio en el que desplegó un repertorio de personajes cómicos y entrañables. Su participación en programas como El estado de la nación, junto a Luis del Olmo, marcó una época. Creaciones como el Doctor Gorroño, Jeremías Aguirre —el sandinista llorón— o Ronaldo el gordo, el entrenador eternamente derrotado, arrancaron carcajadas a miles de oyentes.

  • Doctor Gorroño: Un personaje hilarante, de respuestas imprevisibles.
  • Jeremías Aguirre: Con su inconfundible “gracias millón”, conquistó a la audiencia.
  • Ronaldo el gordo: Un entrenador de fútbol ficticio, siempre al borde del desastre.

La improvisación era una de las grandes virtudes de Ussía. Aunque preparaba guiones meticulosos, su espontaneidad al micrófono era insuperable. Sin embargo, su humor no siempre fue bien recibido: una parodia navideña le costó su puesto en la COPE, pero el cariño del público y de sus compañeros permaneció intacto.

Un escritor que no presume, pero trasciende

Alfonso Ussía nunca alardeó de su faceta literaria, a pesar de haber creado personajes tan memorables como el Marqués de Sotoancho. Su aguda mirada también le permitió bautizar con ironía la mansión de Boyer y Preysler como Villa Meona, en referencia a sus trece baños, un apodo que ha perdurado en la cultura popular.

No faltaban momentos de humor negro y crítica social. En una ocasión, durante una tertulia televisiva sobre la Plaza de Colón, recurrió al sarcasmo más mordaz para señalar los problemas urbanos, provocando tanto risas como reflexión.

Una amistad marcada por el respeto y la admiración

Las relaciones personales de Ussía en el mundo de la comunicación estuvieron marcadas por la cercanía y el respeto. Compartió momentos clave con figuras como Santiago Amón o Antonio Herrero, cuyas pérdidas dejaron una profunda huella en el entorno profesional y humano de Ussía.

La nobleza de carácter de Alfonso se reflejaba en su capacidad para pedir disculpas, incluso años después de haberse distanciado, demostrando que, más allá del personaje, existía una persona íntegra y agradecida.

Legado de un patriota y genio melancólico

Alfonso Ussía fue, ante todo, un patriota genuino y un genio tocado por la melancolía, como los grandes ilustrados españoles. Su trayectoria, repleta de momentos inolvidables, lo convierte en una de esas pocas personalidades que uno agradece haber encontrado a lo largo de la vida, aunque siempre parezcan demasiado pocas esas ocasiones.

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