Acusan a Alegría y Montero de liderar una “caza de brujas” contra las denunciantes de Salazar
Nuevas informaciones han salido a la luz sobre la gestión interna de las denuncias por acoso dentro del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Según publica eldiario.es, tanto la ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, como la titular de Hacienda, María Jesús Montero, habrían participado activamente en una “caza de brujas” dirigida contra las mujeres que denunciaron a Paco Salazar por conductas machistas y acoso.
El origen de las denuncias y la reacción interna
Las primeras acusaciones contra Salazar, miembro destacado del PSOE, surgieron a través de los propios canales internos del partido. Sin embargo, la respuesta de la cúpula socialista no fue la esperada. De acuerdo con la crónica de la periodista Esther Palomera, ambas ministras habrían estado implicadas en la búsqueda interna para identificar a las mujeres que presentaron las denuncias, tras la publicación inicial del caso en junio pasado.
La reacción, descrita como una “caza de brujas” en Moncloa y en la sede socialista de Ferraz, se centró en descubrir la identidad de las denunciantes en lugar de abordar de manera transparente las acusaciones.
Pilar Alegría, en el centro de la polémica
Pilar Alegría, a quien se señala como la posible candidata socialista en las próximas elecciones de Aragón, ha estado bajo el foco mediático desde que se reveló que, meses después de que estallara el escándalo, mantuvo una reunión con el denunciado Paco Salazar. Este encuentro tuvo lugar a pesar de que Salazar ya había sido apartado del partido, al menos de manera oficial.
Antes de este episodio, Alegría había justificado la falta de acción del PSOE argumentando que “no podemos dar cuenta de las cosas que no conocemos” y asegurando que no existía ninguna denuncia formal en los cauces oficiales. Defendió, además, que el partido había actuado con diligencia una vez conocidas las acusaciones a través de los medios.
El papel de María Jesús Montero y la federación andaluza
Por su parte, María Jesús Montero también se ha visto implicada en la controversia, tanto por su posición en el PSOE como por la gestión de la federación andaluza, que dirige. La federación ha sido criticada por su inacción en el caso del alcalde de Torremolinos, quien fue finalmente denunciado ante la Fiscalía tras meses de supuesta desatención a las quejas presentadas internamente por una mujer.
Estos hechos se suman a los recientes problemas que enfrenta Montero en el ámbito andaluz, incluidas las próximas elecciones y la detención de Vicente Fernández, a quien ella había nombrado presidente y que ha sido arrestado en el marco de una operación contra la corrupción.
Falta de respuesta y ocultación en el PSOE
La información publicada refuerza la percepción de falta de transparencia y de intentos de encubrimiento dentro del PSOE ante casos de acoso. Las denuncias, que permanecieron sin respuesta durante cinco meses, han generado críticas tanto dentro como fuera del partido, poniendo en entredicho el compromiso socialista con la protección de las víctimas y la tolerancia cero frente a la violencia de género.
- Las ministras Alegría y Montero, señaladas por su papel en la gestión de las denuncias internas.
- La investigación interna se habría centrado en identificar a las denunciantes en vez de esclarecer los hechos.
- El caso de Torremolinos y la detención de un alto cargo andaluz agravan la crisis interna del PSOE.
Conclusión
El caso pone de relieve los desafíos que enfrentan las instituciones políticas en materia de transparencia, protección de los derechos de las víctimas y gestión de crisis internas. La presión sobre el PSOE aumenta al tiempo que se acercan importantes citas electorales, y la reacción del partido será clave para recuperar la confianza de la ciudadanía.
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