Trump impulsa visados para grandes fortunas y refuerza restricciones migratorias
La administración estadounidense, bajo el liderazgo de Donald Trump, ha dado un giro significativo en su política migratoria, combinando la apertura para grandes inversores con un endurecimiento de las condiciones para la mayoría de los migrantes. Mientras se aceleran las deportaciones y se imponen barreras adicionales para trabajadores y estudiantes extranjeros, el Gobierno ha lanzado un nuevo visado exclusivo para quienes posean grandes recursos económicos.
La “tarjeta dorada”: residencia exprés para millonarios
El Gobierno de Estados Unidos ha puesto en marcha la “tarjeta dorada de Trump”, una nueva vía de acceso a la residencia estadounidense dirigida a personas con alto poder adquisitivo. Por un pago inicial de 15.000 dólares para iniciar el proceso y una inversión total de un millón de dólares, los solicitantes pueden obtener la residencia en tiempo récord. Así lo anunció el presidente Trump a través de sus redes sociales, presentando el programa como un “camino directo a la ciudadanía” para quienes sean “calificados y verificados”.
Existe también una versión corporativa de este visado, que permite a empresas patrocinar a empleados extranjeros. En este caso, la tarifa inicial se mantiene, pero el coste total asciende a dos millones de dólares por trabajador patrocinado.
Endurecimiento de las políticas migratorias
La introducción de la “tarjeta dorada” contrasta con las medidas cada vez más restrictivas aplicadas al resto de migrantes. En los últimos meses, la administración Trump ha elevado la tarifa de los visados H-1B para trabajadores cualificados —utilizados principalmente en el sector tecnológico— a 100.000 dólares. Además, se han anunciado recortes en la duración de los visados para estudiantes y periodistas extranjeros.
En el caso de la prensa internacional, la duración del visado podría reducirse a solo ocho meses, permitiendo al Gobierno revisar con mayor frecuencia el trabajo de los periodistas extranjeros en el país. Esta iniciativa ha generado preocupación entre asociaciones periodísticas, que temen represalias contra voces críticas.
Refuerzo de la vigilancia y el control fronterizo
El endurecimiento no se limita a las condiciones de entrada, sino también a la vigilancia sobre quienes intentan acceder a Estados Unidos. Una de las últimas propuestas exige que los turistas compartan su actividad en redes sociales de los últimos cinco años al tramitar la autorización electrónica de viaje (ESTA), e incluso podrían solicitarse datos biométricos, como ADN o escaneo de iris.
Asimismo, el Gobierno ha considerado las publicaciones “antisemitas” en redes como un criterio para denegar o retirar visados y permisos. En lo que va de año, se han revocado 85.000 visados, incluyendo 8.000 a estudiantes internacionales, muchos de ellos por participar en protestas contra la guerra en Gaza.
- Durante el año fiscal 2025, los agentes fronterizos realizaron 55.424 registros de dispositivos electrónicos, frente a los 47.000 del año anterior.
- El aumento de revisiones, del 17% en el último año, evidencia el mayor control sobre la posición política de los extranjeros.
- Se han reportado casos de denegación de entrada por mensajes críticos con el presidente Trump en dispositivos móviles.
Impacto económico y percepción internacional
El clima de endurecimiento migratorio, sumado a detenciones prolongadas y vigilancia reforzada, está provocando que muchas personas reconsideren su decisión de viajar a Estados Unidos. Según un informe del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), el país podría perder hasta 12.500 millones de dólares en ingresos por turismo internacional este año, con una caída del 22,5% respecto al máximo alcanzado en 2019.
Perspectivas de futuro
La combinación de incentivos para atraer grandes fortunas y barreras crecientes para el resto de migrantes marca una nueva etapa en la política migratoria estadounidense. El debate sigue abierto entre quienes ven en estas medidas una protección de los intereses nacionales y quienes alertan sobre las consecuencias económicas y sociales de cerrar las puertas a la diversidad y el talento global.
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