Estados Unidos confiscará el petróleo de un barco incautado frente a Venezuela y anuncia nuevas interceptaciones
El gobierno de Estados Unidos ha informado que el petrolero incautado recientemente frente a las costas venezolanas será trasladado a un puerto estadounidense, donde su carga de crudo será requisada conforme a un proceso legal establecido. Esta acción, confirmada este miércoles por la Casa Blanca, se enmarca dentro de una estrategia más amplia de presión sobre el gobierno de Venezuela y de aplicación de sanciones internacionales.
Detalles de la incautación
Según explicó la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en una conferencia de prensa, el buque —identificado como Skipper— está actualmente bajo un “proceso de decomiso”, con un equipo de investigación estadounidense a bordo que interroga a la tripulación. La operación fue realizada conjuntamente con el Departamento de Justicia, el Departamento de Guerra y la Guardia Costera de Estados Unidos.
El Skipper, catalogado por las autoridades como un “buque fantasma”, había sido sancionado previamente por Washington debido a su implicación en el transporte de petróleo iraní destinado al mercado negro. Si bien en esta ocasión transportaba crudo venezolano, la embarcación navegaba con una falsa bandera y fue interceptada tras una orden judicial estadounidense por su historial vinculado al contrabando de petróleo sancionado.
La intervención se llevó a cabo mediante un gran operativo, con efectivos estadounidenses armados que abordaron el barco desde helicópteros y lanchas rápidas. El gobierno venezolano condenó la acción, calificándola de asalto y robo, lo que incrementa la tensión diplomática entre ambos países.
Contexto regional y objetivos
La incautación se produce en un contexto de creciente despliegue militar estadounidense en el Caribe, justificado oficialmente como parte de los esfuerzos para combatir el narcotráfico que, según Washington, involucra al gobierno de Nicolás Maduro. Sin embargo, Venezuela niega estas acusaciones.
Preguntada sobre si el objetivo principal de la campaña estadounidense es combatir el narcotráfico o asegurar el acceso a petróleo, la portavoz Leavitt señaló que la administración del presidente Donald Trump está “centrada en hacer muchas cosas” en la región. Añadió que el mandatario ha adoptado un enfoque inédito en décadas para atender los asuntos del “patio trasero” estadounidense, término que suele generar controversia en América Latina.
Leavitt subrayó que tanto la lucha contra el flujo de drogas como la aplicación de sanciones son prioridades para el gobierno estadounidense.
Próximas acciones e impacto en el sector marítimo
Fuentes citadas por la agencia Reuters indicaron que Estados Unidos se prepara para realizar nuevas interceptaciones de barcos que transportan petróleo venezolano. Esta medida ha generado inquietud entre armadores, operadores y agencias marítimas, muchos de los cuales están reconsiderando sus rutas y operaciones para evitar posibles incautaciones en aguas internacionales.
- Se prevén nuevas intervenciones directas contra buques que transporten crudo venezolano, así como petróleo de otros países sancionados, como Irán.
- El Departamento de Justicia y el de Seguridad Nacional habrían estado planificando estas operaciones durante meses.
- Estados Unidos ha elaborado una lista de petroleros sancionados susceptibles de ser incautados en las próximas semanas.
Por el momento, la Casa Blanca evitó detallar futuras acciones concretas, aunque reiteró que la administración continuará aplicando las políticas de sanciones vigentes. Según Leavitt, Estados Unidos no permitirá que buques sancionados operen impunemente en el mercado negro, argumentando que los recursos obtenidos podrían alimentar redes de narcotráfico y financiar a regímenes considerados “canallas e ilegítimos”.
Repercusiones económicas y políticas
La reducción o paralización de las exportaciones de petróleo representa un duro golpe para la economía venezolana, dado que el crudo es la principal fuente de ingresos del país. Esta ofensiva estadounidense, de continuar, pondría aún más presión sobre las finanzas del gobierno de Nicolás Maduro en un momento de alta tensión geopolítica en la región.
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