Al menos cinco muertos y 16 heridos en nuevos enfrentamientos fronterizos entre Tailandia y Camboya
La tensión en la frontera entre Tailandia y Camboya ha vuelto a escalar tras una serie de ataques armados que han dejado, hasta el momento, al menos cinco fallecidos y 16 heridos. Se trata del episodio más grave desde julio, cuando ambos países acordaron un alto el fuego mediado por Estados Unidos.
- Al menos cinco muertos y 16 heridos en nuevos enfrentamientos fronterizos entre Tailandia y Camboya
- Nueva ola de violencia tras meses de relativa calma
- Desplazados y recrudecimiento del conflicto fronterizo
- Acusaciones cruzadas y violación de acuerdos de paz
- Impacto en la población civil y acusaciones de violaciones a derechos
- Contexto político y crisis de gobernabilidad
- Perspectivas y desafíos para la paz regional
Nueva ola de violencia tras meses de relativa calma
El Ejército tailandés confirmó este lunes la realización de ataques aéreos sobre objetivos militares en territorio camboyano, en respuesta a supuestas operaciones armadas procedentes de Camboya. Según las autoridades, los enfrentamientos han provocado la muerte de cuatro civiles camboyanos y un soldado tailandés, además de numerosos heridos en ambos bandos.
El ministro de Información de Camboya, Neth Pheaktra, informó que al menos cuatro civiles han perdido la vida y otros nueve resultaron heridos en las últimas 24 horas. Los combates se concentran en zonas cercanas a la extensa frontera de 820 kilómetros, cuya delimitación data de la época colonial francesa y continúa siendo motivo de disputa entre ambos países.
Por su parte, el portavoz del Ejército tailandés, Winthai Suvaree, confirmó el fallecimiento de un soldado y siete heridos, atribuyendo la responsabilidad de los ataques a fuerzas militares camboyanas.
Desplazados y recrudecimiento del conflicto fronterizo
El repunte de la violencia se produjo tras un intercambio de disparos el domingo, que dejó dos soldados tailandeses heridos y forzó el desplazamiento de miles de residentes en localidades cercanas a la frontera. El Ejército de Tailandia reconoció haber lanzado ataques aéreos el jueves contra “objetivos militares” en Camboya como represalia por la muerte de uno de sus soldados, aunque Phnom Penh niega haber iniciado las hostilidades.
En julio pasado, un enfrentamiento de cinco días dejó cerca de 50 víctimas mortales, y la situación solo se estabilizó tras un alto el fuego alcanzado en Malasia, con participación de Estados Unidos como mediador y China como observador.
Acusaciones cruzadas y violación de acuerdos de paz
Las hostilidades actuales suponen una ruptura del acuerdo de paz firmado en octubre en Malasia, durante una ceremonia en la que participaron el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y los líderes de ambos países, Anutin Charnvirakul (Tailandia) y Hun Manet (Camboya). Este pacto, que ya había sido suspendido temporalmente en noviembre por el gobierno tailandés, buscaba poner fin a décadas de tensión fronteriza.
Camboya incluso propuso la nominación de Donald Trump al Premio Nobel de la Paz por su papel mediador, destacando el uso de aranceles como herramienta para incentivar la resolución del conflicto. Sin embargo, los recientes ataques han dejado en entredicho la durabilidad de estos esfuerzos diplomáticos.
Impacto en la población civil y acusaciones de violaciones a derechos
El ministro camboyano de Información denunció que las fuerzas tailandesas dispararon contra zonas habitadas en las provincias de Preah Vihear, Oddar Meanchey y Beanteay Meanchey, áreas que ya habían sido escenario de combates en julio. Según Phnom Penh, los ataques afectaron indiscriminadamente a civiles.
Desde Bangkok, las autoridades aseguran que los bombardeos se dirigieron únicamente contra infraestructura militar, depósitos de armas, centros de mando y rutas logísticas asociadas a actividades consideradas una amenaza para la seguridad nacional.
- Provincias camboyanas afectadas: Preah Vihear, Oddar Meanchey, Beanteay Meanchey
- Objetivos tailandeses: infraestructura militar y logística
- Desplazados: miles de personas en localidades fronterizas
La portavoz de Defensa de Camboya, Maly Socheata, denunció ataques “indiscriminados y brutales” contra zonas residenciales, mientras que el primer ministro tailandés, Charnvirakul Anutin, defendió la postura de su país, subrayando que Tailandia “no tolerará violaciones de su soberanía” y responderá con “razón, cautela y paz”.
Contexto político y crisis de gobernabilidad
La reactivación del conflicto se produce en un contexto de inestabilidad política en ambos países. En Tailandia, el gobierno de Anutin Charnvirakul atraviesa un periodo de debilidad, enfrentando una minoría parlamentaria y críticas por la gestión de recientes inundaciones. Anutin ha anunciado su intención de dejar el cargo y convocar elecciones anticipadas a finales de enero.
En Camboya, el gobierno liderado por Hun Manet mantiene una aparente estabilidad tras suprimir la oposición política desde 2018, pero enfrenta creciente presión internacional por la proliferación de centros de estafas en línea en su territorio.
El conflicto fronterizo se reactivó tras la filtración de una conversación entre el veterano líder camboyano Hun Sen y la entonces primera ministra tailandesa Paetongtarn Shinawatra, quien fue destituida poco después por decisión del Tribunal Constitucional de Tailandia.
Perspectivas y desafíos para la paz regional
La escalada de violencia entre Tailandia y Camboya pone de manifiesto la fragilidad de los acuerdos alcanzados en los últimos meses y la persistencia de disputas históricas no resueltas. La comunidad internacional observa con preocupación el aumento de las hostilidades y el impacto sobre la población civil, mientras ambos gobiernos buscan consolidar su estabilidad interna en un clima de desconfianza mutua.
La situación sigue siendo inestable y el riesgo de un conflicto mayor permanece latente, a la espera de nuevas iniciativas diplomáticas que permitan restablecer el diálogo y evitar una mayor escalada en la región.
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