Nuevos episodios de somnolencia reavivan dudas sobre la salud de Trump

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¿‘Sleepy Donald’? Las dudas sobre la salud de Trump resurgen tras nuevos episodios de somnolencia

Las especulaciones sobre el estado de salud de Donald Trump han vuelto a ocupar titulares tras varios episodios recientes en los que el presidente estadounidense ha mostrado signos de cansancio en público. A sus 79 años, Trump intenta proyectar una imagen de vitalidad y actividad constante, pero diversos momentos han generado inquietud tanto en la opinión pública como en la esfera política.

Se repiten escenas de somnolencia en actos oficiales

Durante la última reunión de gabinete en la Casa Blanca, que se extendió por más de dos horas, Trump fue captado recostándose en su silla y luchando visiblemente por mantener los ojos abiertos mientras sus secretarios de gobierno intervenían. Este episodio no es aislado: semanas antes, en un acto en el Despacho Oval para presentar un plan de reducción de costes en medicamentos como Ozempic, el mandatario también parecía tener dificultades para permanecer alerta. Incluso, apenas reaccionó a un desmayo ocurrido a escasos metros.

Estos momentos contrastan con la imagen de energía que Trump intenta proyectar, especialmente a través de su intensa actividad en redes sociales como Truth Social, donde publica mensajes incluso durante la madrugada. No obstante, la edad y el desgaste del cargo parecen empezar a hacerse evidentes pese a los intentos del presidente por desviar la atención hacia su predecesor, Joe Biden, a quien bautizó como “Sleepy Joe” y criticó reiteradamente por su avanzada edad y aparente fragilidad.

Un informe médico que deja más preguntas que respuestas

La publicación reciente de los resultados de una resonancia magnética practicada a Trump en octubre ha aportado poca claridad sobre su estado de salud. El informe firmado por el médico de la Casa Blanca, el capitán Sean Barbabella, asegura que las imágenes del corazón y el abdomen del presidente fueron «perfectamente normales». Sin embargo, la realización de este examen fuera del calendario habitual —Trump ya había superado su chequeo anual en abril— levantó suspicacias.

La administración explicó que la resonancia formaba parte de un «chequeo de rutina», pero evitó precisar el motivo y la zona exacta examinada. Especialistas médicos han señalado que este tipo de pruebas suelen realizarse ante síntomas específicos y no de manera preventiva, lo que ha alimentado las especulaciones. Además, la carta del doctor, breve y poco detallada, fue publicada justo después de que el gobernador de Minnesota, Tim Walz, pidiera que se hicieran públicos los resultados.

  • La Casa Blanca no ha especificado qué motivó la resonancia magnética.
  • El propio Trump afirmó ignorar qué parte de su cuerpo fue escaneada, aunque descartó que fuera una resonancia cerebral.
  • Expertos consideran poco habitual realizar este tipo de pruebas sin una razón médica clara.

Cambios en la agenda y menor exposición pública

Coincidiendo con la publicación del informe médico, un reportaje del New York Times destacó que la agenda pública del presidente cada vez se concentra más en las horas centrales del día, evitando compromisos temprano por la mañana o en la noche. Según el medio, desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha reducido notablemente la cantidad de actos y apariciones públicas respecto a su primer mandato.

Este patrón recuerda a la estrategia adoptada en los últimos meses de la presidencia de Biden, cuando su equipo limitaba sus actividades a horas en las que el mandatario se sentía más lúcido, en un intento de evitar episodios de fatiga o lapsus en público.

Trump responde a las críticas y minimiza los rumores

Ante el creciente escrutinio, Trump ha mostrado incomodidad y acusa a los medios y rivales políticos de someterlo a un trato injusto en comparación con Biden. Durante la reciente reunión de gabinete, el presidente aseguró: “Os lo haré saber cuando algo esté mal. Algún día lo habrá. Eso es algo que nos pasará a todos. Pero ahora mismo creo que estoy más lúcido que hace 25 años. Pero, quién sabe”.

No es la primera vez que el estado de salud de Trump es motivo de rumores. En septiembre, su ausencia durante una semana de la escena pública disparó teorías en internet sobre su supuesto fallecimiento o enfermedad grave. Estas especulaciones se intensificaron tras observarse una mancha en su mano derecha y cierta hinchazón en los tobillos, detalles que algunos consideraron intentos de ocultar problemas de salud.

El debate sobre la edad y la capacidad presidencial

El factor generacional sigue marcando el debate político en Estados Unidos. Trump, con 79 años, es el presidente electo de mayor edad y, de concluir su mandato, llegaría a los 83 años. La comparación con Biden es recurrente, aunque el republicano insiste en que su salud y energía son superiores a las de su antecesor. Sin embargo, los episodios de somnolencia y los cambios en su rutina diaria alimentan las dudas sobre su capacidad para afrontar la exigencia del cargo.

  • Trump es el presidente electo de mayor edad en la historia de EE.UU.
  • La salud y la lucidez física se han convertido en temas centrales de la agenda política.
  • Los episodios recientes refuerzan la atención sobre la transparencia en la información médica presidencial.

Por ahora, la Casa Blanca insiste en que el presidente goza de buena salud y que cualquier cambio relevante será comunicado. Sin embargo, la percepción pública y los episodios captados por las cámaras seguirán alimentando el debate mientras Trump enfrenta los desafíos de liderar Estados Unidos en una etapa marcada por el escrutinio y la polarización.

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