Detienen a un centenar de personas en Londres acusadas de «terrorismo» por protestar pacíficamente contra el genocidio en Gaza
La céntrica Tavistock Square de Londres se convirtió este sábado en el epicentro de la última gran protesta del movimiento británico de solidaridad con Palestina. En la jornada, cerca de un centenar de personas fueron detenidas y acusadas de terrorismo, tras participar en una sentada pacífica en apoyo a la causa palestina y en rechazo a la clasificación de la organización Palestine Action como grupo terrorista por parte del gobierno británico.
Una protesta pacífica reprimida bajo la ley antiterrorista
El Jardín de la Paz de Tavistock Square acogió la manifestación organizada por Defend Our Juries (DoJ), en la que los participantes portaban carteles con el mensaje «Me opongo al genocidio. Apoyo a Palestine Action». La protesta se enmarca en una serie de acciones que la organización convoca regularmente desde que en julio el Ejecutivo británico proscribiera a Palestine Action bajo el artículo 13 del Terrorism Act (TACT), una medida que ha desencadenado controversia y debate sobre el derecho a la libertad de expresión y manifestación.
Desde la aplicación de la ley antiterrorista, más de 2.300 personas han sido arrestadas por actos similares, según datos de DoJ. Las detenciones se justifican por «vestir, portar o exhibir cualquier artículo, incluso en internet, que genere sospechas razonables de simpatía o pertenencia a una organización prohibida». Las consecuencias legales incluyen hasta seis meses de prisión, inhabilitación para acceder a empleos públicos o universidades, y la posible negación de visados para viajar a Estados Unidos, Australia y otros países europeos.
Testimonios de los manifestantes
Entre los detenidos se encontraba Carolyn Gelenter, ciudadana británica judía e hija de un superviviente del Holocausto, quien expresó: «Israel está asesinando en mi nombre y mi gobierno lo está apoyando. Por eso estoy aquí protestando hoy». Gelenter, como muchos otros, considera que la represión no detendrá el movimiento de solidaridad con Palestina.
Angie Zelter, fundadora de DoJ y activista galesa de 74 años, también fue arrestada. «Si perdemos el juicio y sigue la proscripción de Palestine Action, seré juzgada por terrorismo. Es terrible afrontar estos cargos, pero es peor quedarse de brazos cruzados ante un genocidio», afirmó momentos antes de ser detenida por octava ocasión.
El caso de Dave Killory, ebanista de 66 años, refleja el sentir de muchos manifestantes: «Mi abuelo luchó contra los nazis para que ahora no suframos esta represión ni retrocesos en nuestros derechos. Lo hago por mi familia, pero también por las familias que hoy sufren en Gaza».
Despliegue policial y arrestos selectivos
La protesta estuvo marcada por un fuerte despliegue de seguridad, con alrededor de cincuenta furgones policiales rodeando Tavistock Square horas antes del inicio de la acción. Bajo una intensa lluvia, los manifestantes se reunieron junto a la estatua de Mahatma Gandhi, símbolo de la resistencia pacífica, y comenzaron la sentada. El criterio para las detenciones fue claro: cualquier persona que mostrara un cartel en apoyo a Palestine Action era arrestada de inmediato.
- Decenas de agentes formaron filas y, siguiendo instrucciones de sus superiores, arrestaron a quienes portaban los carteles prohibidos.
- Manifestantes con movilidad reducida y personas jubiladas también fueron detenidas, en algunos casos siendo trasladadas por la fuerza.
A pesar del temor a las consecuencias legales, la determinación de los activistas fue evidente. «No podemos mirar a otro lado. Asumo el coste de apoyar a Palestina, aunque eso suponga mi detención», sentenció Gelenter.
Contexto y repercusiones
La actual escalada represiva coincide con el inicio, esta semana, del juicio que determinará si Palestine Action continuará siendo considerada una organización terrorista en Reino Unido. DoJ ha convocado movilizaciones similares en una veintena de ciudades británicas para exigir no solo el fin de la complicidad gubernamental con el conflicto en Gaza, sino también la defensa del derecho a la protesta.
«Si pueden reprimir un movimiento de solidaridad que condena un genocidio, ¿qué no harán contra otras luchas sociales?», advierte un miembro de DoJ que prefirió mantener el anonimato.
La situación ha generado un intenso debate en la sociedad británica sobre los límites de la protesta y la criminalización de la solidaridad internacional, mientras el número de detenidos continúa en aumento y la presión sobre el gobierno crece tanto a nivel nacional como internacional.
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