El asesinato de Javier Fernández Quesada: una herida de la Transición que Canarias no olvida
El 12 de diciembre de 1977, Tenerife vivió una de las jornadas más trágicas y emblemáticas de la Transición española. Aquel día, durante una huelga general marcada por la tensión social y política, la Guardia Civil irrumpió en la Universidad de La Laguna (ULL) y abrió fuego contra los estudiantes. Javier Fernández Quesada, joven de 22 años y estudiante de Biología, cayó abatido por una de las balas mientras intentaba ponerse a salvo. Casi medio siglo después, su muerte sigue siendo un caso impune y un símbolo de la represión de aquellos años.
Contexto de represión y protestas en Canarias
A finales de los años 70, la transición a la democracia en España no logró erradicar de inmediato las prácticas represivas heredadas del franquismo. La isla de Tenerife, en particular, se encontraba inmersa en un clima de alta conflictividad social. Los asesinatos de jóvenes como Antonio González Ramos y Antonio Padilla de Corona en 1975, y el de Bartolomé García Lorenzo en 1976, todos a manos de las fuerzas del orden, habían desencadenado una oleada de protestas y movilizaciones.
La situación se agravó por la crisis económica global, especialmente la subida de los precios tras el shock del petróleo de 1973. En 1977, la inflación en España alcanzó el 28%, lo que sumió a la población en un clima de indignación. Ante este escenario, las asambleas de trabajadores de Tenerife convocaron una huelga general el 12 de diciembre. Estudiantes, entre ellos Javier Fernández Quesada, se sumaron a la protesta, en un ambiente donde el miedo y la represión seguían latentes.
Un estudiante comprometido
Javier Fernández Quesada no era una figura destacada del activismo, sino un joven apasionado por la naturaleza y la ciencia. Había nacido en Gran Canaria y se trasladó a Tenerife para estudiar Biología en la ULL. Tras una interrupción de sus estudios por el servicio militar, acababa de regresar a la universidad. Compañeros y familiares lo recuerdan como un joven idealista, afable y deportista, comprometido con su entorno y su gente.
La tragedia en la universidad
La jornada de huelga transcurrió entre piquetes y manifestaciones. Al mediodía, cuando la tensión parecía haberse calmado, la Guardia Civil entró en el campus de la ULL y, sin previo aviso, disparó contra los estudiantes que se encontraban en la entrada del Paraninfo. Los testigos narran que los jóvenes intentaron huir, levantando incluso una bandera blanca para pedir alto el fuego cuando se supo que había heridos. Javier fue alcanzado por una bala y falleció poco después.
El impacto de la noticia sacudió a la sociedad canaria. Tres días de movilizaciones y un estado de sitio no declarado se apoderaron de La Laguna. Miles de personas acompañaron a la familia de Javier en su entierro en Las Palmas de Gran Canaria. Las autoridades, en cambio, optaron por la represión: se enviaron refuerzos policiales desde la península, se utilizaron gases lacrimógenos y se prohibió cualquier muestra de luto, como los crespones negros en las ventanas.
Una investigación sin responsables
Pese a la magnitud de la tragedia y la presión social, la respuesta institucional fue mínima. Se abrió una comisión parlamentaria para analizar lo sucedido y se incoaron dos sumarios judiciales, uno civil y otro militar. Sin embargo, ambos procedimientos fueron archivados sin identificar a los autores materiales del disparo que mató a Javier. Según la investigación posterior, no se realizaron pruebas balísticas ni se profundizó en los testimonios, lo que imposibilitó esclarecer los hechos.
Diversos expertos y familiares han señalado la responsabilidad política de las autoridades de la época, especialmente del entonces gobernador civil de Santa Cruz de Tenerife, Luis Mardones Sevilla, quien ordenó la intervención de la Guardia Civil. Sin embargo, nunca se depuraron responsabilidades ni se reconoció culpabilidad alguna. Mardones continuó su carrera política como diputado durante décadas.
La Ley de Amnistía y la impunidad de la Transición
El caso de Javier Fernández Quesada se enmarca en un contexto general de impunidad para las fuerzas del orden durante la Transición. La Ley de Amnistía de 1977 paralizó todos los procesos judiciales abiertos contra policías y militares implicados en crímenes de la época franquista y de los primeros años de la democracia. Esta situación no fue exclusiva de Canarias: casos como el de Manuel José García Caparrós en Andalucía siguieron una trayectoria similar, sin que se exigieran responsabilidades.
Reconocimiento tardío y memoria viva
Inicialmente, la Ley de Memoria Histórica de 2007 no incluyó a Javier Fernández Quesada entre las víctimas reconocidas, al limitarse a los sucesos ocurridos hasta octubre de 1977. Sin embargo, una modificación legislativa posterior permitió su inclusión como víctima de la dictadura.
En las últimas décadas, la familia y colectivos sociales han luchado por mantener viva la memoria de Javier. Documentales como Quesada: la verdad del silencio y libros de investigación periodística han recuperado su historia. Cada año, sindicatos y asociaciones estudiantiles de la ULL le rinden homenaje. Placas y espacios públicos en La Laguna y en la universidad recuerdan su figura.
- El Paraninfo de la ULL aún conserva las marcas de los disparos de aquel día.
- La plaza Javier Fernández Quesada fue inaugurada en 2008 en su honor.
- El caso es objeto de estudio en la actualidad como ejemplo de la represión y las carencias democráticas de la Transición española.
Un legado que trasciende generaciones
El recuerdo de Javier Fernández Quesada sigue muy presente en la sociedad canaria. Para quienes lo conocieron, su asesinato marcó un antes y un después en la percepción de la justicia y la democracia en España. Las nuevas generaciones de estudiantes de la ULL mantienen vivo su legado, no solo por su significado en la lucha antifranquista, sino como símbolo de la defensa de los derechos y la dignidad.
A pesar del paso del tiempo, Canarias no olvida. La historia de Javier Fernández Quesada pertenece ya al pueblo canario y sigue siendo un recordatorio de que la memoria, la justicia y la verdad siguen siendo tareas pendientes en la historia reciente de España.
Nota:
Los contenidos publicados en este sitio han sido generados y/o reelaborados mediante el uso de herramientas de inteligencia artificial.
elpuebloinforma.com declina toda responsabilidad, directa o indirecta, por eventuales errores, inexactitudes, omisiones u otras irregularidades presentes en los textos.
El usuario reconoce que dichos contenidos tienen exclusivamente fines informativos y no pueden sustituir en ningún caso fuentes oficiales ni asesoramientos profesionales.