Alemania rompe con la austeridad y lanza plan de estímulo económico

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Alemania abandona la austeridad y apuesta por políticas expansivas para reactivar su economía

Alemania, tradicionalmente reconocida como el principal defensor de la disciplina fiscal en la Unión Europea, ha dado un giro significativo en su política económica. Tras años exigiendo estrictos límites de déficit y deuda a sus socios europeos, Berlín opta ahora por flexibilizar sus propias reglas en un intento de reactivar su economía, marcando un contraste con su postura durante la crisis económica de 2008.

Un cambio de rumbo ante el aumento del déficit

Durante la pasada crisis financiera, Alemania lideró la presión sobre países del sur de Europa —como España, Grecia, Italia y Portugal— para que aplicaran severos recortes presupuestarios y cumplieran con los límites comunitarios de déficit y deuda. Estas políticas de austeridad contribuyeron a que dichas naciones sufrieran recesiones más profundas y prolongadas.

Sin embargo, el panorama actual muestra un cambio de posición por parte del gobierno alemán. Según las previsiones económicas presentadas por la Comisión Europea esta semana, Alemania superará el límite de déficit del 3% establecido por la Unión Europea. Este año, el déficit alemán rebasará el umbral por una décima, pero se prevé que aumente sustancialmente el próximo año, alcanzando el 4%. Para 2027, aunque se espera una ligera reducción, la cifra seguirá siendo elevada, situándose en el 3,8%.

España y otros países del sur, ejemplo de disciplina fiscal

En contraste con Alemania, España mantiene sus cuentas públicas dentro de los límites comunitarios. El informe de la Comisión Europea, en línea con las cifras del gobierno español, indica que el déficit español se situará en 2025 en el 2,5%, siete décimas menos que el año anterior, y descenderá aún más en 2026 y 2027 hasta el 2,1%. Además, se espera que España reduzca su deuda pública por debajo del 100% del PIB, impulsada por el crecimiento económico y la consolidación fiscal.

Otros países, como Francia, continúan enfrentando déficits elevados. Francia, por ejemplo, acumulará al menos seis años consecutivos con tasas alrededor del 5%, aunque Bruselas ha optado por relativizar el impacto de estas cifras dada la coyuntura actual.

Excepciones presupuestarias y el rearme alemán

La respuesta europea también refleja una mayor flexibilidad. Tras el anuncio del gobierno alemán de un ambicioso plan de rearme y renovación de infraestructuras, la Comisión Europea propuso una excepción temporal a los límites de déficit. Así, los Estados miembros pueden superar el 3% de déficit hasta en 1,5 puntos porcentuales, siempre que esos recursos adicionales se destinen a fortalecer las capacidades militares y la industria de defensa. Hasta ahora, este tipo de excepciones solo se habían aplicado en circunstancias extraordinarias como la pandemia de COVID-19.

  • Plan de rearme y renovación de infraestructuras en Alemania
  • Excepción al límite de déficit aprobada por la UE para gasto militar
  • Medidas similares solo vistas durante la pandemia

El peso de la historia y el giro alemán

La evolución de la política fiscal alemana se entiende mejor en el contexto de los traumas históricos que han marcado el rumbo del país desde la Segunda Guerra Mundial. La reticencia tradicional a un endeudamiento elevado y a la inflación comienza a ceder ante los desafíos actuales, como el expansionismo ruso y la incertidumbre sobre el compromiso estadounidense con la seguridad europea.

En los últimos años, Alemania ha revisado su constitución para permitir mayores niveles de endeudamiento, en una clara ruptura con el rigor impuesto en el pasado, incluso a costa de forzar a otros países a reformar sus propias constituciones para limitar la deuda, como ocurrió en España en 2011.

Política keynesiana para evitar la recesión

La estrategia actual de Berlín se basa en políticas económicas expansivas, principalmente a través de grandes inversiones públicas en defensa e infraestructuras. Esta apuesta por el gasto público contrasta con la postura adoptada durante la crisis de 2008, cuando Alemania, bajo el liderazgo de Angela Merkel, negó este tipo de medidas a los países más afectados del sur de Europa.

Las previsiones apuntan a que estas grandes inversiones podrían revertir la tendencia negativa de la economía alemana. Se espera que el Producto Interior Bruto (PIB) de Alemania crezca un 0,2% este año, y que las tasas de crecimiento se eleven al 1,2% en 2026 y 2027.

Conclusión

El giro de Alemania hacia políticas más flexibles en materia fiscal marca una nueva etapa para la Unión Europea, evidenciando la adaptabilidad de las instituciones europeas ante los desafíos económicos y geopolíticos actuales. Mientras tanto, países que antes fueron presionados para adoptar la austeridad, como España, son ahora ejemplo de disciplina presupuestaria y crecimiento sostenible.

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