El Partido Popular aprovecha el cierre de las nucleares en Extremadura para presionar al PSOE
El Partido Popular ha encontrado en el cierre programado de la central nuclear de Almaraz, en Extremadura, un potente argumento político de cara a las próximas elecciones autonómicas. La reciente derrota parlamentaria sufrida por los populares en el Senado, donde no prosperó su propuesta para alargar la vida útil de las centrales nucleares, podría convertirse en una oportunidad electoral, especialmente tras el voto del PSOE que allana el camino para el cierre de Almaraz en enero de 2027.
Contexto político marcado por la tensión
La situación del PSOE en Extremadura se complica tras los últimos acontecimientos. Miguel Ángel Gallardo, su candidato autonómico, enfrenta una difícil coyuntura procesal por su imputación en un caso de presunto enchufismo. Esta circunstancia se agrava ahora con la postura de su partido en el Congreso, que ha apoyado el cierre de la central nuclear de Almaraz, una instalación clave para el empleo en la región y cuya clausura pone en riesgo cerca de 4.000 puestos de trabajo.
Gallardo ha intentado restar importancia al asunto, asegurando que la central «no se va a cerrar» y que el voto del PSOE responde a la necesidad de evitar la «demagogia» del PP. Sin embargo, la presión política y social es creciente, especialmente desde que se ha hecho evidente el impacto que la medida tendría sobre la economía regional.
María Guardiola sitúa el debate nuclear en el centro electoral
María Guardiola, presidenta de la Junta de Extremadura y candidata del PP a la reelección, ha reaccionado con rapidez, criticando duramente al PSOE y poniendo el foco en el futuro de la central nuclear como eje de su campaña. Con la cercanía de las elecciones autonómicas del 21 de diciembre, el cierre de Almaraz se perfila como uno de los temas principales del debate político en la región.
La campaña adquiere así una dimensión nacional, con la inminente presencia de líderes como Pedro Sánchez, Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, lo que subraya la relevancia estratégica de Extremadura en el actual escenario político.
El PP busca la mayoría sin depender de Vox
El objetivo estratégico del PP en Extremadura es claro: sumar más escaños que toda la izquierda unida y reducir al mínimo su dependencia de Vox, como ya sucede en Baleares. Actualmente, según los sondeos, Guardiola se encuentra a entre uno y tres escaños de lograr la mayoría absoluta, situándose en torno a los 30 diputados, frente a los 33 necesarios. El PSOE se mantendría en los 26 escaños, mientras que Vox rondaría los siete y Podemos podría quedarse fuera del parlamento regional.
- PP: entorno a 30 escaños
- Mayoría absoluta: 33 escaños
- PSOE: alrededor de 26 escaños
- Vox: aproximadamente 7 escaños
- Podemos: riesgo de no obtener representación
El precedente de hace dos años, cuando Guardiola alcanzó la presidencia tras empatar en escaños con el PSOE pero sumar menos votos, gracias a un acuerdo con Vox, refuerza la importancia de obtener ahora un resultado más holgado.
El futuro de Almaraz, clave en la campaña
La central nuclear de Almaraz se ha convertido en un factor decisivo para el voto en Extremadura. El vicesecretario de Hacienda del PP, Juan Bravo, ha subrayado la importancia de que el PSOE explique en la región por qué sus diputados han apoyado el cierre de una infraestructura tan relevante para la economía extremeña. Desde el PP acusan al Gobierno central de anteponer sus intereses nacionales a las necesidades de las comunidades autónomas, en especial la extremeña.
Con este escenario, el debate sobre el futuro energético y el empleo en Extremadura se perfila como determinante en la recta final de la campaña, y el PP intensifica su ofensiva para capitalizar el descontento social y político generado por la decisión sobre Almaraz.
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