Bruselas acoge una conferencia europea para denunciar la impunidad del franquismo
En la sede del Parlamento Europeo en Bruselas, más de 200 personas se reunieron recientemente para participar en una conferencia centrada en la memoria histórica y la denuncia de la impunidad de los crímenes cometidos durante la dictadura franquista en España. El evento, organizado por el Grupo de Memoria Histórica Democrática de la Eurocámara, reunió a víctimas, representantes de organizaciones memorialistas, historiadores, juristas e investigadores, con el objetivo de visibilizar la persistencia de las heridas abiertas por el franquismo y la falta de justicia efectiva.
Un legado que sigue presente medio siglo después
A punto de conmemorarse el 50º aniversario de la muerte de Francisco Franco, muchas víctimas y familiares consideran que España aún no ha cerrado el capítulo más oscuro de su historia reciente. Argumentan que ni la justicia, ni la reparación, ni la verdad han sido plenamente reconocidas para quienes sufrieron asesinatos, torturas, desapariciones, robos de bebés y represión durante la dictadura. Según los testimonios recogidos en las jornadas, la sombra del franquismo permanece latente, instalada entre la impunidad y el olvido institucional.
“Es un paseo por las cunetas”, resumió la eurodiputada gallega Ana Miranda, alertando sobre la “cortina oscura” que, en su opinión, ha tejido el relato oficial durante la transición democrática, dejando en la penumbra los crímenes del régimen.
Voces plurales contra la desmemoria
Durante cerca de cinco horas, las intervenciones se sucedieron en diferentes lenguas del Estado —asturiano, euskera, gallego, catalán y castellano— en una de las salas más grandes del Parlamento Europeo. Los participantes compartieron historias de niños robados a sus padres, refugiados civiles bombardeados, familias exterminadas, mujeres violadas, presos políticos condenados a muerte y familias rotas por el exilio y la represión.
Se abordó también el expolio económico sufrido: empresas, inmuebles y negocios arrebatados a sus legítimos dueños y transferidos impunemente a figuras cercanas al régimen, cuyos descendientes siguen beneficiándose de ese patrimonio. “Muchos de los actuales jefes de grandes empresas que controlan lo que leemos, vemos y consumimos son los herederos de aquellos franquistas”, denunció la eurodiputada Irene Montero.
Persistencia de símbolos y honores franquistas
Manuel Monge, víctima de tortura durante la dictadura y expresidente de la Comisión por la Recuperación da Memoria Histórica da Coruña, profundizó en los casos de permanencia de símbolos fascistas y honores públicos a quienes colaboraron con el régimen. “La ley de memoria no se está cumpliendo. Celebramos el 50 aniversario de la muerte de Franco, pero en realidad llevamos 90 años de franquismo”, afirmó el investigador.
- Decenas de miles de víctimas permanecen sepultadas en fosas comunes, sin identificación ni reparación.
- La simbología franquista sigue presente en espacios públicos.
- Se denuncia la continuidad de jueces afines al franquismo en el aparato judicial.
La profesora Rosa Pérez, de la Universitat de València, incidió en que “la democracia no se puede construir desde las fosas comunes”, recordando la necesidad de exhumar y dignificar los restos de las víctimas para avanzar hacia una sociedad verdaderamente democrática.
El debate sobre la transición y el silencio institucional
Los ponentes también criticaron la actitud de figuras institucionales, señalando que el exjefe del Estado, Juan Carlos I, heredero designado por Franco, ha contribuido a blanquear la imagen del dictador sin que exista respuesta institucional firme ante esa vulneración de la memoria y el sufrimiento de las víctimas.
“La impunidad de los crímenes del franquismo es el pilar sobre el que se construyó la transición sangrienta”, afirmó Rosa García, portavoz de La Comuna, asociación formada por represaliados y torturados durante el tardofranquismo. Por su parte, Gustavo Socorro, fundador del Centro de Estudios Justicia y Democracia, subrayó: “La memoria democrática es un requisito para poder vivir con dignidad”.
Un compromiso que trasciende fronteras
Los testimonios recogidos en Bruselas mostraron el compromiso de las víctimas y sus familias por continuar luchando, dentro y fuera de España, para que la historia no caiga en el olvido y se haga justicia. Irene Álvarez, portavoz de la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina contra los Crímenes del Fascismo en Galicia, cerró la jornada recordando las palabras del activista José María Chato Galante: “Aquí nadie se rinde”.
A día de hoy, el debate sobre la memoria histórica sigue abierto en la sociedad española y europea, con la exigencia de verdad, justicia y reparación como ejes fundamentales para cerrar las heridas del pasado y construir una democracia sólida y respetuosa con los derechos humanos.
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