Mario Guevara: el periodismo migratorio bajo amenaza en la era Trump
La deportación del periodista Mario Guevara a El Salvador tras ser detenido mientras cubría una manifestación en Georgia ha encendido las alarmas sobre la libertad de prensa y el tratamiento de los informadores en Estados Unidos, especialmente aquellos que reportan sobre temas migratorios. Guevara, premiado con un Emmy, advierte que su caso podría ser el primero de varios en una nueva ofensiva contra la prensa no ciudadana bajo la administración de Donald Trump.
- Mario Guevara: el periodismo migratorio bajo amenaza en la era Trump
- Una detención en directo y 112 días de encierro
- El periodismo como blanco de la política migratoria
- De la detención policial a la deportación: un sistema interconectado
- El aislamiento: una práctica extendida y denunciada
- Precedentes peligrosos: la detención de periodistas extranjeros
- Un futuro incierto para la prensa migratoria
Una detención en directo y 112 días de encierro
El pasado mes de junio, Mario Guevara se encontraba cubriendo la manifestación “No Kings” en el condado de DeKalb, cerca de Atlanta, cuando fue arrestado por la policía a pesar de estar debidamente identificado como periodista. El propio Guevara transmitió en directo el momento de su detención, que desencadenó una cadena de acontecimientos: pasó 112 días en centros de detención de inmigración y cárceles estatales antes de ser deportado finalmente a El Salvador el 3 de octubre.
El periodista asegura que su trabajo enfocado en las redadas de inmigración lo convirtió en un blanco para las autoridades. “Informar sobre las redadas de inmigración te va a convertir en un enemigo del gobierno Trump”, advierte Guevara, quien sostiene que durante su proceso legal fue tratado como un “estorbo” para el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
El periodismo como blanco de la política migratoria
Guevara era un rostro conocido en Atlanta, especialmente entre la comunidad migrante, donde sus reportajes en español eran seguidos por miles de personas. Obtenía información de primera mano sobre la presencia de agentes de ICE y cubría las operaciones en tiempo real. Aunque nunca fue molestado directamente durante sus coberturas, el periodista cree que su arresto estuvo motivado por su labor y por ser latino. “Me arrestaron por ser el único reportero hablando en español. La discriminación y el racismo han aumentado notablemente en Estados Unidos en los últimos meses”, denuncia.
A pesar de contar con permiso de trabajo, tras ser absuelto de los cargos menores que le imputó la policía, fue transferido a custodia migratoria. Se reabrió su proceso de asilo, que llevaba años paralizado, y comenzó un ciclo de traslados entre diferentes centros de detención y prisiones, una práctica cada vez más común debido a la saturación de los centros migratorios bajo la administración Trump.
De la detención policial a la deportación: un sistema interconectado
El caso de Mario Guevara ilustra el endurecimiento de la política migratoria en EE. UU., especialmente tras la reactivación de programas como el 278(g), que facilitan la colaboración entre la policía local y las autoridades migratorias. Guevara llegó a Estados Unidos en 2005, tras recibir amenazas de muerte en El Salvador, y solicitó asilo. Su caso no fue resuelto hasta 2012, cuando le fue denegado pero se le concedió un permiso de trabajo.
Durante su detención, organizaciones como la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) exigieron su liberación. Sin embargo, relata que fue presionado a firmar su autodeportación bajo la amenaza de una prisión prolongada. “Me dijeron: cuanto más pelees, más tiempo tendrás que estar en prisión”, señala Guevara, quien pasó por cuatro centros diferentes y fue víctima de extorsión por parte de otros reclusos.
El aislamiento: una práctica extendida y denunciada
En su último destino, el centro de detención de Folkston (Georgia), operado por ICE, Guevara fue sometido a aislamiento durante 72 días, saliendo de su celda apenas dos horas al día. “Sufrí ataques de pánico, depresión, trastornos del sueño. Llegué a pensar que prefería estar muerto”, confiesa. Según explica, durante ese tiempo fue privado de contacto con otros migrantes, lo que le impedía conocer y reportar otras situaciones de abuso.
El uso del aislamiento en centros de detención de ICE ha sido objeto de severas críticas. Un informe reciente de Physicians for Human Rights, el Peeler Immigration Lab y expertos de la Universidad de Harvard documentó que más de 10.500 personas fueron sometidas a confinamiento solitario entre abril de 2024 y mayo de 2025. La ONU considera que mantener a una persona más de 15 días en estas condiciones constituye tortura psicológica; Guevara permaneció 72 días.
Precedentes peligrosos: la detención de periodistas extranjeros
El caso de Mario Guevara no es aislado. El pasado 26 de octubre, el periódico británico The Guardian informó sobre la detención del periodista Sami Hamdi en San Francisco por ICE, tras haber criticado a Israel. Según fuentes oficiales, Hamdi podría ser deportado tras la revocación de su visado, bajo acusaciones de poner en riesgo la seguridad nacional estadounidense.
- La administración Trump ha endurecido las políticas hacia periodistas extranjeros, especialmente aquellos que cubren temas sensibles como inmigración o política internacional.
- El uso del sistema de detención y deportación como herramienta para intimidar a la prensa genera preocupación entre organismos internacionales y defensores de derechos humanos.
Un futuro incierto para la prensa migratoria
Mario Guevara teme que su caso siente un precedente peligroso para otros periodistas que, como él, no son ciudadanos estadounidenses y cubren la realidad migratoria. “Le advierto a mis colegas: informar sobre inmigración te puede convertir en un blanco”, concluye.
El panorama para la libertad de prensa y la protección de los derechos de los migrantes se complica en Estados Unidos, mientras se multiplican los casos de detenciones, abusos y deportaciones de quienes intentan informar desde el terreno.
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