Flotilla Sumud: 96 horas de tensión y arresto tras asalto israelí rumbo a Gaza

Lectura de 7 min

Crónica desde la Flotilla Global Sumud: 96 horas entre el asalto y la prisión israelí

La reciente travesía de la Flotilla Global Sumud, cuya misión era alcanzar las costas de Gaza desde Barcelona, se vio abruptamente interrumpida por la intervención de fuerzas israelíes. A bordo del Adara, una de las embarcaciones de la flotilla, viajaban 23 personas de 13 nacionalidades, entre ellas un periodista español que relata en primera persona los intensos momentos vividos desde el asalto hasta la detención y posterior traslado a la prisión de Kétziot. Este testimonio arroja luz sobre las condiciones de la operación y el trato recibido por los tripulantes, en un episodio que ha vuelto a poner el foco sobre la situación humanitaria en la región.

El avance hacia Gaza y la inminente interceptación

La noche del 1 al 2 de octubre marcó un punto de inflexión para la Flotilla Global Sumud. Tras haber partido de Barcelona y superar la retirada de escoltas militares de Italia y España, los barcos humanitarios se acercaban a las costas de Gaza. Sin embargo, a escasas millas del enclave palestino, la tensión se apoderó de la tripulación ante la aproximación de una docena de embarcaciones no identificadas. Los responsables de seguridad alertaron rápidamente para ponerse los chalecos salvavidas, mientras los barcos enemigos acortaban distancias.

Hacia las 21:30 horas, el primer buque de la flotilla, el Alma, fue interceptado. Le siguieron el Sirius y posteriormente el Adara, que se encontraba bajo el mando de Jordi Coronas, concejal de ERC. La comunicación entre las embarcaciones fue anulada tras las primeras intervenciones, dejando a los tripulantes aislados y a merced de las órdenes militares.

El asalto: hostigamiento y resistencia pacífica

A medida que se intensificaba la presión, dos buques militares israelíes emplearon chorros de agua y gases irritantes contra el Adara, causando dificultades respiratorias y escozor ocular entre la tripulación. Siguiendo el protocolo de resistencia pacífica, los pasajeros se situaron en formación en U, con chalecos salvavidas y las manos en alto. Todos los objetos susceptibles de ser considerados armas, incluidos equipos periodísticos, fueron arrojados por la borda para evitar cualquier pretexto de violencia.

El abordaje fue ejecutado por unos quince soldados armados, quienes despojaron a la embarcación de sus sistemas de comunicación y navegación, dejando a los ocupantes incomunicados. Durante cerca de 20 horas, permanecieron bajo estricta vigilancia, con movimientos restringidos y prohibición de hablar o alimentarse, salvo cuando los soldados activaban sus cámaras para registrar imágenes de un supuesto «trato humanitario».

Traslado a puerto y trato a los detenidos

Una vez neutralizadas todas las embarcaciones, cerca de 500 personas fueron conducidas al puerto israelí de Ashdod. En la explanada portuaria, activistas, periodistas y personal sanitario permanecieron inmovilizados durante horas, sometidos a amenazas, insultos y, en algunos casos, agresiones físicas por parte de los soldados. Personalidades reconocibles, como Greta Thunberg y dos tripulantes judíos, fueron apartados del grupo y fotografiados ante banderas israelíes, en un gesto propagandístico grabado y dirigido por el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, quien calificó a los presentes de «terroristas» y les acusó de apoyar la violencia.

Detención y proceso burocrático

Posteriormente, los detenidos fueron llamados individualmente para ingresar en un circuito burocrático dentro del puerto. Allí, funcionarios y militares israelíes realizaron cacheos, escáneres y confiscaron pertenencias, muchas de las cuales nunca fueron devueltas. Se exigió la firma de documentos en hebreo e inglés que acreditaban una supuesta entrada ilegal en Israel y la aceptación de una deportación voluntaria en 72 horas. Todo el proceso se llevó a cabo sin asistencia consular, ya que Israel no permitió el acceso a representantes de los países de origen de los detenidos, y solo algunos activistas recibieron apoyo legal de la ONG Adalah.

Camino a la prisión de Kétziot

Tras el trámite, los detenidos fueron trasladados en camiones penitenciarios hacia la prisión de Kétziot, ubicada en el desierto del Néguev y conocida por albergar a prisioneros palestinos acusados de terrorismo. Durante el trayecto, permanecieron esposados, con escasa ropa y sometidos a bajas temperaturas dentro de los vehículos.

La llegada a la prisión se produjo de madrugada. Los hombres fueron conducidos a una jaula metálica al aire libre, donde aguardaron hacinados hasta ser sometidos a un último registro, entrega de uniformes de prisionero y registro fotográfico individual.

Reflexión final: si fueran palestinos, el desenlace habría sido otro

El relato de estas 96 horas revela no solo la dureza de la intervención militar israelí, sino también el contraste en el trato recibido por los activistas internacionales frente al que habitualmente se dispensa a los prisioneros palestinos. Tal como resume uno de los testimonios: “Si fuéramos palestinos, estaríamos muertos”. Una afirmación que plasma la desigualdad y la gravedad de la situación en torno al bloqueo de Gaza y la respuesta a las iniciativas humanitarias internacionales.

  • La Flotilla Global Sumud partió de Barcelona rumbo a Gaza en misión humanitaria.
  • Fuerzas israelíes interceptaron las embarcaciones en aguas internacionales, empleando métodos intimidatorios y violentos.
  • Cerca de 500 personas fueron detenidas y trasladadas a la prisión de Kétziot, sin asistencia consular.
  • El episodio evidencia la tensión en la región y las dificultades para la ayuda humanitaria en la Franja de Gaza.

Nota:

Los contenidos publicados en este sitio han sido generados y/o reelaborados mediante el uso de herramientas de inteligencia artificial.

elpuebloinforma.com declina toda responsabilidad, directa o indirecta, por eventuales errores, inexactitudes, omisiones u otras irregularidades presentes en los textos.

El usuario reconoce que dichos contenidos tienen exclusivamente fines informativos y no pueden sustituir en ningún caso fuentes oficiales ni asesoramientos profesionales.

Compartir este artículo
No hay comentarios